Quince.

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JUNGKOOK




Era jueves por la tarde y el restaurante estaba muerto. Taehyung se mantuvo dándome miradas mientras acomodábamos las mesas y yo seguí ignorándolas. Mi semana había sido un torbellino de actividad. El martes, tuve que trabajar y Jimin me había forzado para que lo dejara reemplazar mis libros de texto. Le agradecí por esto toda la noche. El miércoles, tuve clases, lo que estaba bien porque necesitaba un respiro de Jimin. A este ritmo, iba de principiante sexual a profesional durante la noche sin darme tiempo a recuperar el aliento o procesarlo mientras estaba sucediendo. Jimin tuvo que salir el miércoles en la noche, por lo que le había dicho que solo me quedaría con Taehyung. Pensé que estaba de acuerdo con eso hasta que recibí una llamada a las tres de la mañana diciéndome que estaba fuera de la casa de mi amigo y yo tenía dos minutos para sacar mi culo y meterlo en el auto. Quería ignorarlo, quería hacerlo quedarse ahí y sentirse mal por ordenarme, pero no lo hice. Yo estaba en el auto y de vuelta a la casa, y debajo de él, todo en menos de veinte minutos. Él acababa de tomar todo, y por mucho que no me gustara y estuviera asustado hasta la mierda por esto, al parecer yo no podía evitar que sucediera tampoco.

—Deja de mirarme así.

Taehyung sacó una de las sillas vacías en la mesa que yo estaba acomodando y me vi obligado a mirarlo.

—¿Desapareciste en el medio de la noche con un tipo al que vi romperle el brazo a otro hombre a la mitad con sus propias manos y no crees que voy a preocuparme? ¿Quién es él, Jungkook? Más importante aún, ¿quién es él para ti? Porque desde que llegó a escena, no has estado actuando como tú mismo.

—Te lo dije, él va a encontrar a Hoseok.

—¿Cuándo? Ya casi ha pasado un mes y Hoseok no ha hecho acto de presencia. Sé que estás teniendo sexo con él. ¿Estás seguro de que no está solo llevándote para que así él pueda conseguir un pedazo de culo sin tener que trabajar por este?

Era una pregunta válida, pero Jimin no era el tipo de hombre que tenía que trabajar muy duro con el fin de echar un polvo.

—No es así, Taehyung.

—Entonces dime lo que es, Jungkook, porque estoy preocupado por ti.

Suspiré y saqué una silla junto a él. Apoyé mi mano sobre la mesa y lo miré directo a los ojos.

—Yo lo quiero, Taehyung.

—Bueno, holaaa, él es un infierno de chico. Todos los chicos con esa arrogancia del lado equivocado de la ley lo son, pero tú eres lo suficientemente inteligente como para saber que es peligroso y que nada con él va a ser permanente.

—Lo soy, pero no parece tener importancia. Solo me mira y todo dentro de mí se calienta, y si me toca, todo hierve. Siento que soy adicto a él o algo así. Sé que es malo para mí, pero no me importa.

—Jungkook... —Su tono era de advertencia—. Necesitas detener lo que sea que estás haciendo con él antes de que llegues demasiado lejos. Querer a alguien es diferente de necesitarlos, y no hay maldita manera de que necesites algo de lo que ese tipo está llevando. Quédate conmigo hasta que Hoseok se presente, o mejor aún, sal rápido de la ciudad hasta que todo esto se calme.

Me mordí el labio inferior y solo moví la cabeza en sentido negativo. No quiero dejar Busan, y no solo porque mi hermano todavía estaba por ahí en alguna parte.

—No puedo. —Y Taehyung estaba equivocado. Cuando Jimin se distraía y se olvidaba de ser un criminal, todas las cosas que llevaba a la mesa yo muy bien podría necesitarlas a partir de ahora. Jimin me volvía loco y enviaba mi control por la ventana. El lado criminal de Jimin hacía que mi corazón doliera y que la parte estupida y débil de mí quisiera hacer todo en su vida mejor; hacerle olvidar los cinco años de su vida que se habían perdido tras las rejas.

Mejor cuando es audaz. #1  [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora