Capítulo III

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Tony Stark se había despertado con el mayor humor del mundo, por unos momentos había olvidado todo el pasado que diariamente lo atormentaba, sentía que finalmente las cosas estaban a su favor, justo ahora no importaba nada, nada podía quitarle el humor que tenía, incluso durmió una noche entera tranquilamente sin que sus constantes pesadillas aparecieran.
Esto de iniciar de nuevo le había resultado y solo había una persona a quien agradecerle, aquella que pese a no verlo por tanto tiempo le mostró su apoyo sin dudar ni un momento, Stephen.

Sin vacilar se dirigió a la pieza de su compañero obviando el hecho que solo usaba boxers, abrió la puerta con calma esperando que Stephen aún se encontrara durmiendo, pero por sorpresa del menor este no se encontraba en su cama ni alrededores, de la forma mas cuidadosa se decidió entrar y averiguar el paradero de su amigo, camino por los alrededores pero este no aparecía, vaya compañero extraño que tenía, la decoración de su pieza era de lo mas anticuada a su parecer, libros viejos y artefactos de su mas rara naturaleza, el simple hecho de estar ahí le daba pánico, lo cierto es que con todos sus problemas en mente no le había prestado atención a la rareza de su amigo, no se había tomado el tiempo de preguntarle como le había ido todo este tiempo, se había centrado en sí mismo que dejo de lado el nuevo comportamiento de Stephen, estaba seguro del dolor de trasero que era su amigo y ahora parecía ser todo lo contrario.

Entre tanto pensamiento fijo su mirada en una foto que Stephen tenía en su escritorio, era evidente que algo debió ocurrir para que Stephen llegué de ese punto al actual, todo en él mostraba un cambio radical, desde su forma de vestir, su semblante y su personalidad.
Claro que hay cosas que nunca cambiarían, como la mirada penetrante que posee, no había forma de escapar de ella, simplemente te perdias en esos ojos azules que aveces se tornaban verdes. No importa que tanto haya cambiado, su mirada seguía siendo la misma, tan calida e intimidante al mismo tiempo.
Eso y el hecho de que siempre ha sido atractivo. 

Estaba tan concentrado husmeando en las cosas de Stephen que no se dio cuenta en que momento apareció su compañero quien, aparentemente acaba de tomar una ducha, llevaba el torso descubierto, la parte baja cubierta con una blanca toalla.

- Esa fue la última fotografía que me tome antes de llegar a este punto, a veces me avergüenzo de la persona que solía ser, pero de no ser así no sería la persona que soy ahora- Mencionó el mas alto mientras secaba su cabello con una toalla.

El menor dio un pequeño salto del susto, se le había olvidado por completo que estaba invadiendo la pieza de su compañero y husmeando en sus cosas, se sentía avergonzado totalmente y en lo único que pensaba era en dar la vuelta y disculparse por lo sucedido.

- Yo... Lo sien... - Cuando volteo ya tenía al mas alto justo atrás suyo  y no pudo evitar soltar un pequeño sonrojo, por lo que dio un paso hacia atrás para que este no lo notara, definitivamente no quería que el otro lo viese de tal forma.

- Descuida, no tengo nada que ocultaros, Tony. Siéntete libre de tocar lo que quieras, cuando quieras- Agrego Stephen con calma, usualmente no dejaría a nadie acercarse a sus cosas pero sentía que con Tony era diferente, sentía como si fuesen la misma persona, Tony le recordaba a él en muchos aspectos, tal vez era eso el porque se sentía seguro de confiar en él.

Cada uno estaba consumido en  sus propios pensamientos, un silencio largo se hizo presente en la habitación, ambos parecian estar tan perdidos en su mente, probablemente pensando que decir.
Una vez reaccionaron estaban juntos uno frente al otro enrollados por lo que parecía ser la capa de levitación, se miraron a los ojos sin decir nada, ninguno sabia como actuar, era una situación incomoda pero a ninguno le molestaba, Stephen empezó a moverse para soltar el amarre de la capa, pensó que su compañero estaba en total disgusto puesto que no había reaccionado desde el suceso.

- Tony, lo lamento. La capa tiene vida prop.. - Stephen no pudo terminar la oración porque los labios del moreno se juntaron a los suyos de forma repentina, no le molestaba, no le molestaba para nada, sin dudarlo dos veces Stephen correspondió el beso de Tony, se sentía bien, de alguna manera su cuerpo le exigía continuar, pero al final fue obligado a parar.

- Steve - Mencionó el moreno  

La capa finalmente los soltó, ambos cayeron al suelo y se miraron, Tony se dio cuenta de lo que había hecho e inmediatamente se levanto para ofrecerle ayuda a Stephen.

- Lo lamento, fue repentino - Mencionó el moreno en tono de vergüenza - Aún me dejo llevar por esos impulsos, aún no lo supero del todo.

- Descuida, lo entiendo perfectamente - Agregó Stephen de forma amable, no podía culpar a Tony por ello, es una herida reciente y aún tiene sus cicatrices, pero no podía obviar que una pequeña parte de él se sentía lastimada.    

- Escucha, jamás me tome el tiempo para agradecerte el apoyo que me has ofrecido estos días, de no ser por ti aún estaría lamentándome por lo ocurrido, realmente lo agradezco, me preguntaba si aceptarias ir a cenar fuera mas tardé como muestra de lo agradecido que estoy.

- Por supuesto, aunque no tienes que agradecerme, es lo mínimo que puedo hacer por un amigo...

- Perdona que no te haya prestado atención estos días, siento que he actuado mas imbécil de lo normal, ¿Puedo preguntar que te ha pasado? Luces distinto al Strange que solía conocer.

- Pues, nada muy importante, actúe de forma muy idiota en el pasado y me accidente, perdí la posibilidad de seguir como neurocirujano, sentí que lo perdí todo en ese momento, pensé que todo se había acabado para mi pero termine aprendiendo un poco de magia y ahora soy el hechicero supremo, se que es algo de lo que seguro no estas familiarizado, pero quiero que sepas que estoy muy bien, pese a que perdí tanto en el pasado, lo que he conseguido ahora se lo debo a ello.
La vida te da golpes, Tony. Pero es para que recuperemos nuestro camino. 

- Ya veo, así que eres una especie de Harry Potter- Stephen colocó una cara de disgusto, pero luego la cambio por una calidad sonrisa, sabia que Tony solo bromeaba.

- Bueno a diferencia de Harry Potter yo soy mas hábil y listo - agregó Stephen orgulloso.

- Bueno Dr. Potter, si vas a ir a cenar conmigo esta noche será mejor que hagamos algo con tu vestimenta, cero capas esta vez. - La capa se enrollo a Strange mostrando su intención de no querer alejarse de él - Vamos Capa, dale un poco de libertad al menos una noche.

Stephen solo rió ante el hecho de que Tony le dirigía la palabra a una capa.

- Descuida, yo me encargo de ello, ahora si me disculpas, Stark. Necesito cambiarme y al parecer tu también.

- ¿Qué? Acaso nunca viste a un hombre sexi en boxers - Añadió Tony con tono altanero- Como sea, nos vemos luego, Strange.

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Tony se encontraba en el sofá revisando unos papeles cuando Stephen se le acercó.

- ¿Qué haces? - Pregunto el mas alto, curioso.

- Reviso el papeleo del hospital sobre el embarazo, quiero que todo salga perfecto

- Ah si... sobre eso... yo - Stephen sentía la necesidad de decirle a Tony la verdad, pero a la vez sentía que Tony no necesitaba oir eso, no ahora con tanto en su cabeza - Yo me alegro por ti, seguro serás un gran padre.

- ¿Realmente lo crees?   

- Seguro, esto de los niños se te da bien, al menos eso he escuchado de Friday

- ¡¡Ohh vamos Friday, tienes que contarle a todos eso!! - Agrego Tony apenado. - Es tu hijo, Stephen.

- ¿¡Qué!?

-  Que serás su padrino - Bueno eso si no te molesta.

Stephen estaba nervioso, ¿De donde vino eso? La culpa lo estaba empezando a joder, pero no debía permitir caer ante ella, por Tony, por su bien. 

- Sabes, tengo asuntos que atender, nos vemos en la cena, Stark.

- No llegues tarde, Strange.

- No lo haré.

Little MistakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora