Capítulo IV

3.5K 335 47
                                    

El restaurante era acogedor, un lujo que solo Tony Stark podía pagar, usualmente preferiría ir a un restaurante pequeño por una hamburguesa pero quería impresionar a su extraño compañero.

- Pedid lo que queráis - Mencionó el castaño - Esta noche invito yo.

Stephen se sentía apenado, cuando solía ir a restaurantes lujosos era él quien invitaba, desde que le ocurrió el accidente se había alejado de esos lujos, había perdido toda su riqueza y se había acostumbrado a vivir con lo necesario, se sentía diferente, las personas a su alrededor tenían pinta de ser unos engreídos, de no haber vivido un cambió en su vida él seguramente fuese igual.

- Nunca he venido a este restaurante, ¿Algún platillo que me recomendeís? - Añadió Stephen mientras observaba el menú.

- No lo sé, esperaba que tu le conocieras.

- Me has invitado a un restaurante que no has visitado antes, pareces un novio tratando de impresionar a su novia.

- Bueno no sabía que tipo de lugares prefieres, me imagine que gustabas de cosas finas.

- A la próxima con una hamburguesa basta, ¿Vale?

- Justo en el blanco, conozco un lugar perfecto para ello.

Puesto que ambos eran nuevos visitando el restaurante decidieron pedir el platillo principal. Pese a que trataron de comer tranquilos, los ojos de las personas a su alrededor estaban sobre ellos lo que les generaba cierta incomodidad.

- Te queda bien- Agregó el castaño intentando romper el aura incomoda que los acompañaba.

- ¿Eh?

- El traje. Te sienta muy bien.

- Bueno, supongo que el halago es vuestro, tu escogiste el traje después de todo.

- Dime... ¿Qué es lo que hace un hechicero realmente? Nunca escuche de uno antes, ¿Animan fiestas de cumpleaños para niños? Porque sabes pronto seré padre y me gustaría contratar un hechicero para las fiestas de mi hijo

- Eres un dolor en las bolas ¿Te lo han dicho?

- Posiblemente - Contestó el castaño con una sonrisa burlona. - ¿Podemos irnos ya? Parece que llamas mucho la atención con ese atuendo o tal vez por las temblorosas manos que cargas.

Ambos se retiraron del restaurante tan rápido como pudieron, al final la velada no terminó tan cómoda como Tony quería, había evitado salir en publico desde lo que pasó con el capitán, las personas lo veían con repudio, o al menos así lo sentía él, se sentía totalmente vulnerable, agradecía que Stephen le acompañara, él nunca veía a Tony de tal forma, pese a las veces que discutían o actuaba de forma egoista, nunca le dio una mirada indiferente.

Iban caminando hacia la torre, al Dr. Strange se le ocurrió que era saludable caminar de vez en cuando y quien era Tony para abandonar a su compañero.
De vez en cuando los ojos de las mujeres recaian sobre ellos, ambos eran atractivos y el misterio que emanaba su compañero lo hacia atractivo, hay que aceptarlo, Stephen tiene ese semblante tan fino y elegante que no se puede pasar desapercibido.

- Seguro eres popular con las mujeres ¿Cómo es que el Dr. Strange sigue soltero? - Preguntó Tony mientras elevaba sus cejas - Aunque puede ser que las espantes con tus truquitos mágicos.

- Pues para su información, Sr. STark, no tengo una relación porque no estoy interesado en ello.

- ¿Qué hay de esa chica peliroja? ¿Cómo se llamaba? Ahhh si, Christine

- Yo... yo me porte muy mal con ella, la decepcione, aún seguimos siendo amigos por supuesto, pero no la merezco.

- Ya veo, espero algún día encuentres a alguien que pueda soportarte.

Little MistakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora