El Amor de Illumi Zoldyck

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ESCENA 1

Illumi partió de la casona Zoldyck ese mismo mediodía utilizando una de las movilidades de la familia. Los únicos dos recados que dejo fue un mensaje a su padre, Silva, indicando que se ocuparía de la misión encomendada, y otro a Gotoh, que cuidara de Kiyomi durante su ausencia.
Ha logrado conseguir cierta información sobre  el paradero de Hisoka, aunque la veracidad de esta solo será confirmada cuando llegue ahí.
Le tomó casi dos días de viaje sin descanso para llegar al punto. Incluso aunque este estuviera en la misma Región de Dentora, los caminos son algo complicados de acceder.
Llega finalmente a una pequeña y sombría ciudad cerca al anochecer.
Al igual que en la mayoría de sus misiones, su rostro está desfigurado por las agujas que él mismo incrusta en su cabeza y cuello. Si bien esto resultaba algo innecesario, puesto que Hisoka lo reconocería casi inmediatamente cuando sintiera su Nen.
Una posada se levanta en una de los callejones de esa ciudad, los cuchicheos de los comensales que se encuentran en el bar paran repentinamente cuando lo ven ingresar. Bueno, quizás ese aspecto tan poco estético no es exactamente el más "sigiloso".
Se acerca hacia la barra del bar que hace de recepción del lugar y se dirige al cantinero.
-Neona.- es la palabra que Illumi le dice al hombre parado frente a él.
Este hace un gesto de la cabeza indicando unas escaleras detrás de una manta que él mismo levanta.
-Última puerta de al fondo.
Un deformado Illumi atraviesa esa peculiar y rústica entrada para ingresar a un pasadizo apenas iluminado por una luz roja fosforescente. Conforme va acercándose puede oír risas agudas de mujer.
Una sonrisa se le forma en el rostro. Parece que la información fue correcta.
Sin previo aviso, Illumi abre la puerta con total facilidad e ingresa a la iluminada habitación. En ella se topa con un Hisoka desnudo, con una bella muchacha de cabello rosado montándolo.
Su repentina aparición no parece haber causado alguna interrupción al vaivén de las caderas de la mujer, que solo se limita a girarse hacia él y soltar nuevamente una risa.
Illumi camina hacia un sofá que se encuentra al frente de la cama y toma asiento tranquilamente, disfrutando del espectáculo.
-Cuando termines.- empieza a decir.- Necesito hablar contigo, Hisoka.
El pelirrojo levanta el cuerpo hasta sentarse en la cama y con la mujer aun montándole.
-Si quieres después sigues tú.- le invita lascivamente.
Illumi hace una mueca de desagrado. Machi era una mujer hermosa, de eso no cabía duda, e incluso admite que un par de veces él mismo la "probó" por curiosidad, pero Machi y Hisoka, dentro de su depravación, estaban juntos, y eso de los triángulos amorosos no son lo suyo.
-Paso.- contesta fríamente.
Sin embargo, aunque no participe, el pelinegro no duda en disfrutar el espectáculo...
Después de unos cuantos minutos más de cabalgada, Hisoka se quita de encima a Machi para ponerla de a cuatro y estamparla contra la cama.  La pelirrosa grita descomunalmente con cada embestida mientras fija sus ojos en Illumi.
En cambio, él solo observa sin inmutarse siquiera.
Cuando Hisoka termina con Machi, sale de ella y con sus dos manos la empuja de la cama, haciéndola caer al suelo.
-Bueno, caballeros.- la chica empieza a recoger su ropa y ponérsela.- Muero de hambre, los espero afuera para cenar.
-No nos esperes.- contesta Hisoka.- Adelántate tú.
El pelirrojo y la pelirrosa intercambian miradas por unos segundos más de lo habitual, algo que a Illumi no le pasa desapercibido.
Machi, una vez vestida, se acerca dando pequeños saltos a Illumi y posa un beso fugaz sobre los labios del pelinegro.
-Cuídate, Illumi.
Sin decir nada más, atraviesa la puerta de salida y desaparece.
Hisoka ya tiene puesto sus pantalones habituales y se voltea hacia su viejo amigo.
-A qué debo la visita?- pregunta divertido.
-Vengo por unas respuestas.
-Aún no planteas las preguntas.- el pelirrojo contesta divertido.
Illumi se levanta del sofá y comienza a caminar hacia la dirección del payaso, que ahora sin tanta ropa ridícula y maquillaje deja entrever un atractivo hombre.
-Quién te contrató para violarla?
-Importa?
-Sí.- responde el ojinegro.- Porque quiero saber  a quien debe culpar por los posibles problemas que me traiga haberla matado.
Los ojos de Hisoka se abren como platos.
-La mataste? Vaya... Eso es nuevo.
La sorpresa parece ser sincera, puesto que no hay atisbos de sarcasmo o mentira en su rostro.
-Sí ya la mataste, no hay problema, además te dejé muy en claro que el dinero por hacerlo solo me pertenecía a mí.
Illumi ya no contesta. Conoce bien los preámbulos que Hisoka emplea para no contestar una pregunta o evadir responsabilidad. Normalmente no le hubiera importado tanto, pero acaba de mentir sobre el estado de Kiyomi, y sí le resultaría un problema que de verdad alguien intentara matarla. Tal solo la idea le resulta insoportable.
Al no obtener respuesta por parte del pelinegro, el payaso suelta una risa. Sabe que no puede mentirle a su viejo compañero.
-Han Matsumoto.- dice por fin, mientras se arregla frente a un sucio espejo sus cabellos.- Él me contrató para el trabajo.
-Te contrató para que violes a su prometida?
-En realidad, mentí en eso, no me contrató... me la ofreció de paga.
El mayor de los Zoldyck apenas puede contenerse. Tiene la mirada gacha y fija sobre el suelo.
-Paga de qué?
-Él y su socio me debían  por unos servicios anteriores. Sabía que si no me pagaban lo que me ofrecieron, los mataría... pero están en quiebra, así que se les ocurrió ofrecerme a la muchacha. Es bella, y por eso la acepté.
-Y quién es el otro?- el interrogatorio de Illumi casi llega a su final.
-Cuál otro?
-El otro socio que estuvo de acuerdo en ofrecerla...
La sonrisa se borró del rostro de Hisoka. No había sido su plan contarle todos los detalles Illumi por creerlos innecesarios, más se lo había tomado como una pequeña jugarreta en el que Hisoka le terminó regalando uno de sus "bocaditos" a su amigo. Pero la incomodidad y rabia contenida en Illumi le confirma que por primera vez en su vida, vería algo más que la indiferencia de su compañero frente a una situación o una vida. Y eso lo excitó. "Intentará matarme?", piensa deleitado Hisoka, "Eso seria interesante".
-Nobu Hira. El padre de la muchacha.
Hisoka no lo pude ver venir, ni siquiera sus casi sobrenaturales instintos pudieron poner defensa ante el rápido actuar de Illumi.
El pelinegro le estrelló contra la pared, casi rompiéndola, con uno de sus brazos presionándole el cuello mientras que con el otro colocaba una de sus letales manos justo en la boca de cuello.
-Por qué mentiste?- inquiere el pelinegro encolerizado.
-Era un win win.- responde Hisoka con dificultad pero visiblemente divertido.
No, no va a matarlo. Si lo quisiera, ya lo hubiera hecho en esa primera oportunidad, y sabía que su compañero conocía perfectamente que sería la única oportunidad que tendría si la pelea continuaba.
-Me dieron a la chica gratis, luego Matsumoto me ofreció 500 más que le asegurarían que yo iba a matarla. Por eso te los ofrecí a cambio de secuestrarla y que me la guardaras, aunque esa fue la parte del trato que tú no pudiste cumplir...
Illumi lo suelta y da un salto para atrás. Ya no lo mira a él, mira hacia la salida de la habitación.
-Me dijiste que estabas esperando la orden de matarla, pero lo sabías desde un principio...
-Iba a tomar el dinero pero no matarla. Quizás cuando me aburriera de ella se la regalaría a alguien. Si hubiera sabido que te gustaba, te la hubiera regalado a ti...- Hisoka acaricia su cuello con delicadeza.- Aunque te me adelantaste. Lo mínimo que podía hacer era cobrarte por esa falta de respeto. Eso no es de amigos...
-Yo no soy tu amigo.
Illumi contesta. El aura oscura que lo rodeaba hace unos momentos ya ha desaparecido.
-Para mí sí lo eres, Illumi.- el payaso lanza un suspiro.
Ambos hombres se vieron interrumpidos por el repentino retorno de la pelirrosa. Machi esboza una sonrisa un tanto hipócrita.
-Todo en orden?- pregunta fingiendo inocencia.
-Sí, querida.- responde Hisoka.- Solo vino a arreglar un pequeño malentendido.
Illumi los ignora a ambos y camina fuera de la habitación. Su Nen parece estar controlado, pero Hisoka sabe que la bestia dentro de su compañero está ardiendo en furia.
-Vino por lo de la muchacha.- No es una pregunta por parte de Machi, es una afirmación.
-Sí. Sabía que le iba a gustar.
-Por eso los dejaste solos desde un principio, no?- Machi luce divertida.- Qué fastidioso eres!
-Illumi no iba a aceptar un regalo. Fue lo único que se me ocurrió.- Hisoka envuelve la cintura de la muchacha con sus brazos.
-No es un regalo si tuvo que pagarte por el.
-Cabe la intención. Ya me conoces que tan desintereso no soy.
-Siento lastima por la chica.- agrega Machi.- La vendieron como una vulgar prostituta y termina de juguete de Illumi. Que triste fin.
-No la ha matado.- confirma el pelirrojo mirando hacia el camino que tomó su "amigo".- Si le pareciera insignificante, la hubiera matado. Además tampoco hubiera venido hasta aquí a preguntar por muertes insignificantes.