El Amor de Illumi Zoldyck

9

Illumi esboza una media sonrisa burlona. La coge del mentón y termina de pegar sus labios para luego susurrarle:
-Pero eso ya lo tengo cuando quiera.
Los ojos aguamarina de Kiyomi se abrieron de indignación, pero prefirió morderse la lengua.
-Qué quisieras a cambio?- pregunta ella.
-Qué puedes ofrecerme?
Ella suelta un suspiro. Lo único que le puede ofrecer es dinero.
-Si matas a Matsumoto, yo seré la única heredera del negocio...
Por la mente del pelinegro cruza la información que le proporcionó Hisoka sobre la bancarrota de su padre y socio.
-Tu padre tenía muchas deudas.- Illumi la interrumpe.- Deudas que ni él o su socio tenían cómo pagar.
La confusión invade el rostro de la rubia.
-Yo n-no...
-Tenían una deuda grande con un conocido mío, así que tu padre y su socio decidieron ofrecerte como paga...
A la muchacha le comienza a faltar la respiración.
Kiyomi tiene los ojos fijos en el rostro del muchacho. La confusión viene acompañada de unos labios temblando tratando de aguantar las ganas de llorar.
-Mentiroso.- murmura la chica.- Eres un mentiroso.
-De todas formas....- la voz del Zoldyck permanece tranquila con el mismo tono semi muerto que tiene.- Tu oferta de paga monetaria no es la más factible.
Ella ignora totalmente el tema de la paga. No puede pensar en eso ahora.
-Canary.- apenas podía hablar por la dificultad en respirar que presenta por tratar de mantener la calma.- Ella me dijo que mi padre me estaba buscando...
-Igual Matsumoto. Y aún así mandó a asesinar a tu padre...
El recuerdo de su padre muriendo a manos de este espantoso ser que ella tenía al frente, solo aumentó su asco.
-Lo mataré. Con o sin tu ayu...- la muchacha se detiene antes de completar la palabra.- Bueno, servicio.
-No seas idiota. No sobrevivirías ni un momento sola.
Kiyomi sigue sin entender porque su destino ha resultado tan insoportable, hasta tal punto que el único quien puede ayudarla a vengar la traición hacia su padre, es el mismo que lo ha asesinado.
-Elige el cobro tú, entonces.- replica ella.- Hazlo y cóbratelo!
Illumi la contempla sin ningún gesto en el rostro. Siempre le había parecido interesante la desesperación en las personas, al menos en lo que él podía haber observado cuando asesinaba a algunas. Pero incluso a pesar de las circunstancias, lo que le pareció interesante es que dentro de su debilidad y hasta ridiculez, ella no se resignaba a ser una víctima.
-Si lo mato, a él y toda su familia, tú serás mía.
La bella muchacha siente el latir de su corazón desbocándose ante esas palabras. No entiende, qué es lo que planea hacer con ella aquel monstruo?
-En otras palabras.- él continua.- Serás mi esposa.
Tuvo que aguantar un grito ante esa declaración.
-Ya no tendré fortuna.- ella se apresura a decir buscando desanimarlo.- Tú mismo dices que ellos estaban en quiebra .
-No me casaría por dinero.- responde.
-Entonces por qué quisieras casarte conmigo?
-Por placer.
Quizás lo que más le sorprende a ella es cómo él puede mantenerse inexpresivo cuando suelta palabras "importantes".
Más allá que eso, la idea de casarse con él, a ella le resulta insoportable. Ella no lo haría, o si? Aunque en lugar de asco, siento más miedo de él y su loca familia.
-Tu familia no lo aceptaría
-A mi familia no le importa que tan inútil seas siempre y cuando no estorbes.
-Pero mi familia...- vuelve a agregar ella. Buscando una manera de desanimarlo.
-Ya está muerta.
-PORQUE TÚ LA MATASTE!
Kiyomi lo empuja apartándolo aún más de ella. Él la sujeta de los brazos y la vuelve a acercar.
-No me digas que juzgas la muerte de un padre que te vendió como prostituta.
-ESO ES MENTIRA! ÉL...
Los ojos de ella chorreaban lágrimas.
-Tu padre te vendió, tu prometido ofreció dinero a cambio de matarte.- los ojos de Illumi chorreaban fuego.- Tuve que comprarte para que no...
No pudo seguir diciendo más. La mirada de ella chica le indicaba que la estaba rompiendo por dentro. Aún más. Y eso lo frustraba.
-Por qué te creería?- pregunta ella mirando hacia el suelo.
-Porque no me tomaría tantas molestias en mentirte cuando no estoy ganando nada y solo me estoy complicando aún más.
Es la segunda vez que Kiyomi puede notar un rayo de "algo" más allá de la eterna indiferencia del muchacho.
Quizás era muy débil, o estaba enferma ya, pero le creyó. Aún así, lo de su padre, no se lo perdona. Pero por ahora, si quería seguir con el plan de vengarse de Matsumoto, tiene que dejar de decir todo lo que piensa.
-Trato hecho.- responde ella.- Pero... yo quiero ir contigo.
Illumi frunce los labios en señal de duda.
-Ayúdame a atraparlo.- continua ella.- Pero yo quiero matarle.
El pelinegro suelta un bufido. Hasta la sed de venganza puede corromper a una inocente como ella.
En ese momento, él suelta los brazos de la muchacha que mantenía atrapados con sus manos, para meterlas por debajo de la pequeña toalla que la muchacha tenía amarrada a su cuerpo.
De esta manera siente el eterno hirviente de la piel de ella, la suavidad de sus pronunciadas nalgas, la humedad creciente de su entrepierna por el que ahora pasea un dedo indiscretamente, y la punta erecta de los rosados pezones que siente incluso a través de la toalla.
Ella suelta un gemido. Él pega sus labios al cuello de la chica sin dejar el recorrido de sus manos.
-Mañana.- le susurra.
Ella entrecierra los ojos mientras coloca sus delgadas manos sobre los hombros de él, atrayéndolo aún más.
-Sí, mañana...