Capítulo 8

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—Menuda excusa de mierda—Rogue estaba muy molesto. La interrupción a mitad de conversar con Minervs podía tolerarla, pero que Sting fingiera que todo ese tiempo sin hablarle había sido para darle tiempo para pensar.... Eso era tener mucha cara.

—¿Qué dices de excusas? Solo quiero hablar contigo—Sting se sentó donde antes estaba Minerva mirando a su amigo algo molesto. Rogue se había cruzado de brazos y, bufando, había apartado la mirada.

—¿Qué quieres?

—Simplemente quiero saber lo que te pasa Rogue, estás distinto.

—¿Qué estoy que?—Rogue miró a Sting demasiado molesto para expresarlo correctamente—eres tu el imbécil que consigue novia y decide olvidarse de su supuesto mejor amigo.

—Yo no hago eso, Rogue. Eres tu el que se aleja—contestó el rubio sin elevar el tono de voz, su amigo ya parecía estar lo suficientemente cabreado.

—Sí, por supuesto. Siempre soy yo—murmuró Rogue para apartar la mirada de nuevo. No tenía ganas de discutir y mucho menos de ponerse a gritar, se iba a quedar una vez más con ganas de golpearle.

—Sí, eres tu. Tu eres el que se encierra en su maldita burbuja y decide que lo mejor es sufrir las cosas en silencio. No dices nada y tampoco das señales de que algo te está pasando hasta que explotas—Sting se había levantado para ponerse en el campo de visión de Rogue.

—¿Qué tratas de decir con eso Sting?—Rogue se levantó colocándose frente a Sting—
¿Quieres hacerme sentir mal o algo parecido?

—No estoy haciendo nada de eso, deja de poner en mi boca palabras que no he dicho.

—Comprendo, solo quieres sacarme la mierda para sentirte buen amigo—Rogue soltó una risa floja—perfecto, hablemos del amigo de mierda que eres—Sting se sorprendió ante las últimas palabras de su amigo y frunció el ceño.

—¿Amigo de mierda?—Sting elevó el tono de voz indignado—¿Estás de coña? Prácticamente vives en mi casa, Rogue.

—Me paso las tardes en tu maldita casa porque si no el pobre Lector estaría con depresión, ¿es que no eres capaz de verlo tu mismo? No haces nada de caso a tu hermano y crees que llevando a esas chicas a tu casa le conseguirás una especie de prototipo de madre, pero Lector no necesita eso. Necesita a su hermano—Rogue suspiró antes de seguir hablando—¿Sabes a dónde se va Lector todas las veces que se escapa? A mi casa, porque al final he acabado yo haciendo tu papel.

—No metas a mi hermano en tu mierda Rogue—Sting no sabía que contestar a eso.

—Yukino no va a poder hacer el papel de madre, Sting, por mucho que quie-

—Callaté—Rogue se sorprendió por el tono furioso de su amigo—no tienes ni puta idea de nada, así que cállate—Sting cogió a Rogue por las solapas de la camisa y lo estampó violentamente contra la pared. Rogue sintió miedo ante la mirada furiosa de Sting, sabía que no era momento de sacar ese tema y aún así lo había hecho, tendría que haberse callado.

—Sting, suéltame—el pelinegro ordenó serio tratando de no demostrar su nerviosismo, pero este podía verse perfectamente en sus ojos.

—Ya no te parece tan cierto todo lo de antes ¿eh?—Sting no se molestaba en esconder su rabia a la hora de hablar.

—Yo no he dicho eso—negó Rogue, colocó sus manos tembloeosas sobre las de Sting apretando, tratando de que este aflojara el agarre—la realidad es esa, y si no me crees solo tienes que fijarte—Sting apretó más el agarre aun más furioso. ¿Cómo se atrevía? Iba a verlo porque estaba preocupado por él y le daba la vuelta a la conversación para inventar tonterías.

—¿Sabes que te digo? Jódete—Sting lo soltó de repente, haciendo a Rogue trastabillar para mantener el equilibrio. El pelinegro lo vio dirigirse hacia la puerta sin darse la vuelta ni decir una sola palabra más.

Cuando la puerta se cerró y el silencio en la azotea se hizo pesado, Rogue se arrepintió de todo lo que había dicho. Quería salir detrás del rubio y suplicarle que le perdonara pero sus piernas no le respondían. No quería perderlo, ese era el único pensamiento en su mente, pero su cuerpo al parecer no quería lo mismo.

La puerta de la azotea volvió a abrirse y Minerva apareció con ella. Se acercó al chico comprendiendo que todo había salido mal al ver su rostro reflejando tristeza.

—Lo he perdido, estoy seguro—dijo el chico con una sonrisa triste—quizá sea lo mejor, olvidarme de él puede ayudarme en muchas cosas.

—Siéntate Rogue—le indicó Minerva ocupando las posiciones de antes de que Sting apareciera—no te preocupes, Sting se habrá enfadado pero estoy segura de que volverá, no es fácil olvidarse de tu mejor amigo.

—Yo no estoy tan seguro—respondió Rogue—ni siquiera le dije ni la mitad de las cosas que pretendía y ya me odia.

—No te odia Rogue, y si no es un idiota. Aunque en realidad ya lo era—Rogue rió levemente por el comentario.

—¿Has hablado con Yukino?

—Sí, no me ha ido mal. Me ha dado la razón y se ha disculpado, a partir de mañana volveremos a la rutina que teníamos antes—contestó la chica un poco apenada por Rogue, que solo sonrió y dijo:

—Me alegro que te haya ido bien, es un alivio—aunque su mirada reflejaba alegría por la chica, no conseguía sonreir en realidad.

—¿Quieres venir a mi casa esta tarde? Podemos ver una película.

—No te olvides del helado, siempre es necesario.

Nueva portada, aunque es un poco fea porque no sé editar pero we xd

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Nueva portada, aunque es un poco fea porque no sé editar pero we xd

Este capítulo es cortito, pero necesario. Espero que les haya gustado❤

Gracias por leer

Soul Free

Mi mejor amigo [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora