Mi mejor amigo [En Edición]

Capítulo 4

—A ver, enseñame la conversación —esa fue la primera frase de Sting cuando se vieron a la mañana siguiente.

El rubio, al notar la noche anterior el nerviosismo de Rogue, había decidido llamarlo. El pelinegro le había contado lo de los e-mails y lod mensajes de whatsapps, pero no sobre lo que decían. Era obvio que Sting le pediría la conversación, ¿por qué mierda se lo había contado?

—La borré—mintió—no creo que haya que darle importancia. Se cansará de molestarme si paso de él—Sting lo miró poniendo una mueca sin saber si eso había sido lo correcto.

—Si vuelve a ocurrir avísame, ¿vale?—Rogue asintió sin darle importancia y Sting sonrió —A lo mejor era una chica tratando de llamar tu atención —bromeó el rubio con una gran sonrisa provocando que Rogue riera, en verdad el rubio era estúpido.

—No creo que una chica haga esas cosas para llamar la atención—Sting se quedó pensativo antes de hablar.

—Tu nunca has tenido novia, ¿verdad? —Rogue negó algo nervioso, odiaba ese tema de conversación—podría presentarte a alguna amiga si quieres—sonrió el rubio haciendo que Rogue bufase mirando a otro lado.

—Sabes perfectamente que ahora mismo no estoy interesado, necesito centrarme en los estudios para conseguir una beca—se excusó.

—Pero Skiadrum te dijo que si le necesitabas te ayudaría en lo que fuese, ¿no?—Skiadrum era una especie de padrastro para Rogue, le ayudó a salir de la casa de menores pero nunca llegó a adoptarlo. Siempre estaba de un lado para otro y casi no lo veía, pero le había dejado una cuenta de banco con dinero para que lo utilizara cada vez que quisiera, aunque nunca la había tocado y no pretendía hacerlo, se sentiría como un aprovechado.

—Sabes que no me gusta usar su dinero... Además, si puedo sacarlo todo por mi mismo lo haré.

—Oh, eso ha sonado tan épico—dijo Sting abrazando a su amigo por los hombros—Rogue, el adolescente trágico que consiguió ganarse la vida con sus propias fuerzas, queda bien para una película basada en hechos reales, ¿eh?

—Sí, de esas que no va a ver ni el tonto del pueblo—murmuró Rogue fastidiado, aunque no molesto por la cercanía de su amigo que le ponía bastante nervioso.

—¡Tortolitos! ¡A este paso vamos a llegar tarde!—Lector gritó en la distancia con toda la intención de hacer rabiar a Sting.

—¡Cállate y hecha a andar tu solo si tanta prisa tienes!—le respondió el rubio—Es un idiota, no quiero ni imaginar que ha visto bien las relaciones entre hombres por un momento.

—¿Te imaginas? —rió Rogue sin ganas ante el comentario de Sting.

—Ugh, ni en broma—Sting fingió vomitar para luego sonreír a Rogue, que le correspondió como pudo—La verdad es que Lector tiene razón, esta posición es muy gay—dijo Sting quitando su brazo y separándose de Rogue—no me gustaría que la gente pensara cosas que no son.

—¿Qué el maravilloso chico rubio del aula 4.B es gay?—bromeó Rogue.

—Exacto—respondió Sting metiendo sus manos en los bolsillos de los pantalones del uniforme del instituto.

Rogue, ya bastante acostumbrado a los comentarios de Sting, no le dio más vueltas al asunto y continuó charlando con su amigo. Volvió a pensar en los mensajes, había tenido la tentación de abrir el chat esa mañana pero se había resistido. No quería estar distraído el resto del día con tonterías como esas.

Completamente contrario a lo que había pensado, cuando se encontró en las aburridas clases del profesor de historia abrió la aplicación para ver una de las muchas fotos que Sting le había pasado y ver al chico en el pupitre de al lado mirándole con una sonrisa esperando ver su reacción. Una vez vio la foto, la tentación pudo con él y abrió el chat.