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Al cabo de una hora en la que mis amigos hacían sus boberías y comimos, llegaron mis padres, y puesto que los tres estábamos en el sofá tuvimos que ponernos de pie para saludarlos, mamá como siempre tenía una agradable sonrisa al ver a mis amigos, y papá pues sólo a YoungJae ya que él parecía el más normal de todos.
Me puse de pie, no costó mucho pero pude mantenerme de un pie fingiendo que con el otro también estaba parado.
—¿Y qué tal les fue en clases, niños?— preguntó mamá aún con la conciencia de que ya no éramos niños, pero eso se podía esperar de una madre, para ella siempre seríamos sus pequeños, aunque sólo yo fuese si hijo.
—Nos fue bien señora Moon, hoy agradablemente no dimos ningún examen sorpresa como cada lunes.
Respondió sonriente JunHong, aunque tuviese razón, cada lunes había un maldito examen sorpresa en la materia de biología, aunque siempre nos iba bien en esos exámenes, se podría decir que siempre estábamos preparados.
—Muy bien, bueno nuestro hijo debe ir alistando sus maletas, como sabrán se cambiara de escuela y esta será como un... Instituto.
Dijo mi padre discretamente dejando poco claro que era un internado.
—Si... Lo tenemos en cuenta, no podremos visitarlo... O tal vez si, ¡o tal vez podríamos cambiarnos de escuela con él!— soltó Zelo emocionado, no sabía de donde sacaba tantas energías, pero era realmente adorable.
—Aunque eso dependerá de nuestros padres ya que ellos son los que deciden por nosotros aún.
Habló con demasiada madurez el mayor de entre los más jóvenes tomando su mochila del sofá, al parecer tenía planeado dejarme con Zel... Éste también tomó su mochila y fue el primero en hablar:
—Señores, lamentablemente ya es algo tarde y no nos dará tiempo para hacer la tarea que debemos presentar el miércoles, JongUp no lo olvides es una investigación e informe de quince páginas sobre la cultura de Bolivia, ya que es uno de los países americanos con más diversidad cultural.
Me recordó Zelo y me quedé sin habla, al parecer el maestro de la última clase de hoy había estado molesto de tanta bulla evidente que hicieron los de mi salón.
—Oh, esta bien, gracias ya lo estaba olvidando.
Respondí y estos se colgaron las mochilas y se despidieron de mis padres, tras compartír unas cuantas palabras se marcharon dejándome sólo con mis padres.
—Hijo, ya están hechos los trámites así que... Cuando quieras, antes del viernes podrías faltar a clases para tener tus horarios y conocer un poco esa escuela— dijo mi padre con seriedad sentándose del lado en que hace unos minutos estaba Jae.
—Esta bien papá, veré cuando podré ir, no me gustaría ir un día sin uniforme si no es correspondiente.
Mencioné sonriendo y mis padres se observaron, ellos por lo general no entendían mis chiste y no lo había dicho si mis padres no hubiesen puesto una cara como si yo estuviese loco, y como saberlo:
—Amor, ¿no le diste las reglas que debe seguir?— dijo mi madre extrañada mirando a mi papá y luego a mi porque si lp hubiese olvidado me llevarían a un psiquiatra.
—Oh... Am... Creo que no— se buscó en los bolsillos y luego en su maletín y sacó como un libro y de allí un par de hojas—. Una son las reglas, o la mitad, la otra mitad los deportes que te gustarían y la otra hoja es un pequeño cuestionario.
Explicó mi padre y yo lo tomé, lo bueno es que no tenía que leer mucho, pero el maldito cuestionario...
—Gracias— dije y no me puse de pie, más bien, come dos fosas con metal en mis manos y me fui levitando pero como tooodo mundo lo sabe, el sexto sentido super desarrollado de mi madre se activó.
—¿Por qué no caminas hijo, tu habitación no queda muy lejos, o quieres ir al techo?
Preguntó con cizaña, a veces me preguntaba si no era su culpa que yo fuese un mutante, porque llama si tenía las aptitudes de uno. Pero había aprendido en biología, que todo tipo de mutaciones o enfermedades congénitas se debía al padre.
—No, es que, me da pereza caminar.
—Si tuvieras pereza para caminar habrías tomado uno de los artefactos de cocina de tu madre, o algo de metal para ir sentado hasta tu habitación.
Dijo esta vez mi padre y me di cuenta de que ellos siempre sabían cuando sucedía algo, y esta no era la primera vez que reclamaban por algo así.
Como aquella vez que notaron que siempre se rompía mi labio, o tenía una herida en la ceja, sus preguntas me sorprendían, y justo en ese momento no sabía que responder o como reaccionar.
—Bueno... Es que... Rodé por las escaleras esta mañana en clases y me duele mucho la pierna, y no queria que lo notarán, por eso estoy así.
Dije haciendo puchero y m fui lentamente esperando alguna respuesta.
—Esta bien hijo, puedes irte.
Dijo mi padre al parecer dudando de mi respuesta y me fui, de seguro sabrían que algo estaba pasando.
Y así terminó mi día porque ya no quería estar allí y me fui directamente a comer.

Mutantes [SHINEe & B.A.P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora