Aveces...eres un idiota pero siempre....mi angel

Caricias

Todo empezaba con risas, pequeñas caricias cotidianas, deseo ardiente que emergía de la nada o de todo...incluso luego de una pelea, el clima siempre cambia inesperadamente...

Tenerlo así...

Aceptando todo lo que le daba, tan dulce, tan dispuesto, tan suyo...

Amaba...adoraba cada extensión de piel, amaba la forma en la que era recíproco con cada caricia, amaba la manera en la que lo miraba y la forma en la que su cuerpo temblaba con cada toque...

Escucharlo decir su nombre una y otra vez, escuchar su respiración agitada, sentir su corazón acelerado...por él y solamente para él...

Adoraba su lado suave y tierno que lo llevaba a la deriva...lo hacía sentir aletargado y mareado...de una buena manera, de la mejor manera...

Su lado travieso y juguetón que lo volvía loco y lo hacía sentir un revoltijo agradable en el estómago, euforia y risas aquí y allá... todo era igual y diferente...cada beso era diferente...

Su lado salvaje y exigente, que lo llevaba al borde de todos sus sentidos...

No importaba cual fuera su estado de ánimo...si sus cuerpos se unían, se entregaba por completo a él a cada emoción, a cada demanda, a cada broma compartida a cada fantasía implicada... porque no importaba nada más que ellos en ese momento... hacían el amor... porque era eso exactamente "amor"...cada encuentro por muy rápido o muy romántico, por muy rudo o muy suave siempre estaba impresa esa palabra...

Beso sus manos, admirando las mejillas ruborizadas, los gestos pequeños nunca pasaban desapercibidos por el cuerpo ajeno...que era una extensión propio del suyo...

- te amo - día simples palabras que significaban tanto para ambos...

- te amo Hannie - cada beso era más que simple intercambio de saliva, cada empuje dentro de su cuerpo era más que simple instinto, cada caricia era más que un simple toque...

Lo amaba y él sabía perfectamente que era mutuo ese sentimiento...

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Su mirada fija en él, lo hacía sentir como si fuera lo único importante en el mundo para él...lo hacía poder despojarse de todo y dejarse llevar por la corriente...

Si podía comprarlo con algo su novio sería como el mar...lo llevaba y lo sumergía, lo mareaba y lo ahogaba en miles de sensaciones... luego lo arrullaba como una suave oleada...

Amaba todo de él, su tonto romanticismo, su intensidad, su pasión...cada beso desde el pequeño roce de labios hasta la desesperada necesidad de sumergirse en el una y otra vez, desde los suaves toques con la punta de los dedos hasta la presión que provocaban pequeña marcas difuminadas en la piel... sí, amaba su forma única de hacerlo suyo...su rudeza era opacada por su extremo cuidado y sus caricias que extendían una extraña y agradable sensación por todo su cuerpo que llegaba hasta su mente nublando por completo su razón y sus prejuicios...

Sus besos, era impresionante la sensación de hormigueo que recorría hasta la punta de los dedos al recibirlos...no solo cuando hacían el amor, si no en su vida cotidiana...

No importaba si era una noche romántica, una noche de pasión, una mañana bienvenida, un tentempié en la cocina, en la sala o en cualquier lugar del departamento...
No importaba cuanto tiempo durara (aunque estaba muy agradecido de que fuera el suficiente para ser considerado) ni dónde, ni cuando si no la manera de establecer ese lazo afectivo y necesario entre ellos...