confesión

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- Adele! ya basta ! me tienes cansado con tus mentiras! ¿que? ¿acaso tanta cara de idiota tengo? 

- Por favor, créeme... - cabizbaja por novena vez se lo decía, ella no mentía, mucho menos a él. Ella lo ama. Nunca lo haría - Nunca te he mentido.  

- Entonces porque te vas a ir con él...

- Por favor! no me preguntes mas!! - cae como trapo al suelo de rodillas; derrotada, triste y vacía. A ella le dolía en el alma hacer eso pero no encontraba otro camino.

....

- Hola mamá! - dijo la rubia entrando a la cocina donde se encontraba su madre preparando el desayuno para ambas. Eran las 10 de la mañana el sol irradiaba luz por la pequeña ventana; el pequeño tesoro de la señora se acerca a dejar un beso en la frente de su madre como ya es costumbre.

- como te fue anoche?- pregunto la señora que ya estaba en la 4 década y unos cuantos añitos mas 

- eh... me fue bien un poco agotada, pero bien – le sonríe a la Sr Penny, su madre.

- debió ser pesado para ti mi delly ya que no estas acostumbras a trasnochar, ojala y  ese patrón tuyo no se le ocurra de nuevo pedirte un favor como ese.

- mama, soy una trabajadora más y si vuelve a ver un percance como ese pues me toca cumplir. Mejor dime ¿ ya te tomaste la pastilla de las 10?

-  la olvide pero...

- ay penny, siempre es lo miso contigo,  es a las diez en punto no a las diez y quince. Por favor mama, esto no es para mi bien es para el tuyo así que por favor se mas responsable. - Ella estaba realmente enojada. Penny no se tomaba en serio su enfermedad y eso le podía costar muy caro después pero Adele si era muy consiente de ello. Ella ama a su madre y si es necesario estar  las veinticuatro horas del día encima de su madre para que se cuide ella lo va hacer. - tómala, hasta el fondo!... hazlo penny... excelente. Ahora abre yo veo. - Mujer precavida, ya sabes. 

- sabe a carne podrida!. - exclamo la señora con el entrecejo fruncido. En verdad las odia. 

- Pero te hacen bien. Ahora me iré a bañar y luego me voy a la U,pero  mientras tú ve y reposa yo lavo esta loza.  

Y así fue, la señora Penny se acostó a reposar ya que ese medicamento la hacia dormir mas de lo habitual. 
Y es que la Sr Penny y su hija saben lo grave que es la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica)  y de lo mucho que se debe cuidar porque de lo contrario se puede presentar la situación de tener que hacer un trasplante y el solo echo de pensar eso, a la rubia la enfermaba también.

Mas tarde Adele ya se encontraba en su primera hora de clase de lengua materna, Laura estaba en esa clase con ella; siempre lo ha estado pero nunca la vio o quizá no le prestaba atención.

- Entendiste que decía ese calvo? Maldicion no entendí un carajo y aparte este dolor me quiere estallar la cabeza. - decía Laura quejándose por el guayabo mientras se sentaba en la silla del restaurante.

- ay  Laura- me sonreía burlesca - toma un poco de agua para que pases un poquito la resaca - le dije mientras le ofrecía mi vaso de agua.

- ay Adele, jamás en mi vida volveré a tomar ni una  gota de licor.

No pude evitar reír a su comentario es que eso ni ella se lo cree. No es necesario conocerla de toda la vida para saber que ella es del alcohol y las fiestas.

- muy buen chiste Laura.

Ella por poco y me mata con su mirada.

-  mejor dime que hiciste con Alex? Estaba borracha pero no pendeja y me di cuenta que toda la noche la pasaron juntos.

- Como que hice con él? - sentí mi cara arder.

- ajá que hiciste? - dijo la ojo azul con cierta picardía.

- pues nada, sólo reíamos y luego me llevo a casa.

- sólo rieron

- Laura, no entiendo que quieres decir  - tragame tierra- .  Ya te estoy diciendo que sólo fue eso.

- um... Con un hombre que esta como quiere, que bota la baba por tí y sólo rieron y ya? Pero bueno, Como tú digas.

- Laura yo puedo confiar en tí ? - le pregunte metiendo una papita a mi boca. Se lo quería contar, se lo contaré.

- claro adele, claro que puedes confiar en mí desde el día en que me conociste puedes contar  que yo estaré ahí para tí... Sea para hacer algo bueno o alguna estupidez siempre te voy apoyar, siempre. Desde el primer día que entablamos una conversación tienes mi confianza

- de verdad, Laura? - yo la miraba directo a los ojos. Nunca alguien me a brindado su confianza de esa manera y no sé que hacer o como actuar. Siento que es mucha responsabilidad... Pero quiero hacer lo mejor para ella

- si adele, de verdad. Ahora dime. - dijo ansiosa afrontando la palma de sus manos.

- bueno... Eh yo... Es que no se. Me da pena. - estaba decidida pero sentí tanga vergüenza y me sentí en ese momento tan estúpida y como una niña de cinco años.

- Adele, no sienta pena de mí que yo soy más ordinario y más básica que todo el mundo. A ver cuentame - dijo mostraron una gran sonrisa de ansiada.

- yo...- tome un mechón de pelo. -
Yo nunca estado con un hombre.  - tape mi rostro que puedo jurar que en ese momento estaba más  rojo que la blusa que llevaba Laura.

Yo esperaba escuchar una gran carcajada de parte de ella, como las que usualmente suelta... Pero no, eso paso antes por lo contrario ella me miraba con sus ojos tan serenos una pequeña sonrisa.

- Adele, no hay nada de malo en ello ni nada de que avergonzarse. - dijo mientras tomaba mi mano y la abrazaba con la de ella. - mira, todas las personas no tenemos el mismo destino algunas tienen su primera vez mucho antes de los trece  otras después de los quince y a otras después de los veinte, y están las que nunca llegan a estar con un hombre ya sea porque asi lo decidieron o simplemente su lapso de vida fue corto. A lo que quiero llegar con esto cariño, es que no importa a que edad tengas tu primer encuentro sexual, lo que importa es quien será ese primero,si lo quieres, si te sientes cómoda con él y sobre todo si estas segura. 

- sip, entiendo. Pero aún así no deja de ser extraño que alguien de veintiún años aún no ha tenido su primera vez.

- si esto te consuela entonces te diré que mi primera vez fue a los diecinueve años.

- en serio? - la mire muy sorprendida

- sip, de verdad. Obvio el dedo nunca falto pero...

- ay Laura! - no pude evitar reír

- se siente bien, muy bien. Intentalo tú  mientras llega ese y verás que no miento.

- ay claro que no - reí una vez más

- estas roja - ahora era ella la que se reina como foca retrasada - vamos a clase.

Y así lo hicimos. Entramos a la tercera clase del día que era cálculo.
Laura esta en casi todas mis clases menos los viernes y yo no lo sabía.

Cuánto Me Amas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora