Tomemos café

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La jornada acabó a eso de las cuatro de la tarde salimos media hora antes lo cual agradecía profundamente ya que debía de ir a la oficia del señor pitter, mi patrón a recibir mi sueldo de la semana. Normalmente es por targeta pero por problema debí cancelar  la mía unos quince día, después de ese lapso de tiempo no tendré que venir hasta por aquí pero mientras eso pasa debo verle la cabeza calva a mi patrón.

- Buenas tardes Señor pitter - salude al señor calvo que estaba sentado en su silla habitual y el me brindó una sonrisa

- hola señorita. Que tal su día? - dijo el haciendo una seña con su mano para que me sentara en la silla que estaba justo en la mesa en la que él estaba detrás.

- pues te diré que bien pero un poco expresada para el examen que me dará el cincuenta por ciento de nota antes del final. Pero ahí vamos, cada vez mejorando.

- excelente señorita Adkins. Bueno, aquí tiene su pago y ahí están las propinas que hizo durante la semana.

- muchas gracias. - tome en manos los billetes, le brinde una sonrisa y me levante del puesto. - tenga Lindo resto de día.

- que así sea - me dijo - nos vemos en dos días señorita Adkins y puntual, por favor

- sip. - dije un poco apenada.

Luego salí de ahí y me fui director a tomar el colectivo azul que me lleve a casa. Estoy súper cansada y quiero dormir.

Eran las las siete y quince minutos de la noche y voy saliendo del ascensor y ahora paso por el pequeño pasillo blanco  del edificio de apartamento.
Casi voy llegando al mío cuando una puerta se habré y más fue mi sorpresa al ver esos crespos saliendo de allí con una bolsa negra en mano.

- hola, Adele. - dijo el sonriente. Y fue hasta ese momento cuando me di cuenta que estaba en pantaloneta y una camisa sin mangas, esas que le dejan ver hasta los costados... De verdad se ve muy bien.

- hola, Alex. - Ahora mi sonrisa no disimulaba. No podía evitar sentir esa facilidad al verlo... Es tan extraño.

- disculpa las facha. - dijo y señala con su mano todo su cuerpo. - como puedes ver estoy sacando la basura.

- tranquilo, te vez bien - ay por Dios! Que oso, que dije.

El sonrió y dijo:

- gracias, y es mi peor facha. Ahora permiteme voy a tirar esto.

- ve tranquilo, yo también ya me voy.

- no no - eso me sorprendió y me quede mirando directo a eso ojos café. El bajo su cabeza y paso su mano por su cabello - quiero hablar contigo un ratito.. Quieres?

Entonces eso me encanto más.

- si, claro. - No dije más, sólo espere a que el llevará la bolsa de basura al lugar donde se acumula todo eso y luego entramos a su apartamento.

Al entrar me sorprendio que todo estuviera tan perfectamente ordenado y limpio, bueno! Nunca espere mucho de un hombre sólo en casa.
El me ofreció que me sentará en su sofá. El juego de alcoba era color vino tinto. Espectacular , divino; Muy buen gusto realmente.

- que te ofrezco para tomar? Dijo desde la cocina. - Adivina que!

Exclamo sin siquiera dejarme hablar.

- que?

- tengo el mejor café que puede existir.

- tienes café colombiano ?

- sisi, El mismo, es el mejor y obvio no puede faltar en la cocina de un amante al café.

- excelente! Entonces yo quiero uno.

Y así fue. El ya lo tenía preparado en el aparato donde se conserva una vez se hace.

- y Adele, a que te dedicas? Ósea, quiero decir que haces? - dijo para después darle un sorbo a su taza.

- bueno yo estudio y trabajo algunos dias.

- mujer dedicada.

- así es

- puedo saber con quien vives?

- si, si claro. Vivo con mi mamá, Siempre he vivido con ella. Y tú? Vives sólo?

- sip, exactamente. Vivo sólo desde los diecisiete años. Siempre me ha a gustado la independencia entonces apenas tuve la oportunidad lo aproveche. No fue fácil pero soy feliz así.

- ya, um - luego no sabía qué más preguntar.

- Bueno, ya que nos estamos conociendo dime ¿ tienes novio? - eso le salió tan natural como si preguntar eso ya era algo tan natural. Ósea, yo eso no se lo preguntó a alguien que apenas estoy conociendo.

- nop, no tengo. - dije seca son más

Y sonrio y luego dijo

- yo también estoy soltero.

- pero no por Mucho. - el me miró sorprendido quizá no se lo esperaba p quizá lo puso doble sentido el mismo que yo puse metí lo que ya había dicho. - bueno, quiero decir que a usted de seguro le llueven las mujeres y es seguro que muy pronto dejara de estarlo.

- si, quizá tengas razón pero yo no estoy buscando algo de rato. Ya me cansé de eso. yo quiero a una mujer que me acompañe siempre, la que yo pueda presumir con todos  una que me apoyé que me entienda y ame. Quiero algo seguro y duradero y hasta el momento no ha llegado. Sólo hay una... - y dejó de hablar.

Yo lo miraba atento. Quiza esas eran solo palabras de hombre que va de casería pero yo lo sentía tan sincero que le quise creer.
Aún no entendía porque dejo de media lo que había comenzado a decir pero igual no quise  preguntar, no lo presionaría.

- y tú Adele ¿ crees en el amor? .. O no, una más difícil ¿ crees en el amor a primera vista?

- sip, bueno no... A ver, creó que un hombre me puede llamar demasiado la atención y cuando me habla sentir miles de cosas.. Pero no creó que sea amor...

- Adele, te has enamorado alguna vez?
- él no dejaba de mirarme pero no me sentía incómoda ni mucho menos

- nop, nunca... Pero si hay alguien que me llama mucho la atención. - dije mirando a otro lado.

- sip, y ...

Antes de que preguntara lo que estaba segura que preguntaría

- ya me tengo que ir... - me pare y tome mi bolso.

- fue un placer platicar un poco contigo, Adele.

- yo igual, alex. - no podía dejar de ver esos ojos café prenetrante

salí de mi trance y me acercó para dejar un beso de despedida en su mejilla pero él no estaba buscando un beso en la mejilla y quizá yo tampoco pero no sabia como hacerlo ... Pero el si.
Me acercó y el toma mi cabeza desde el cuello yo me quedó en stop, que hago? Pues nada, solo me deje llevar.
Es se acerca poco a poco a mis labios sin dejar de mirar mis ojos y yo lo él y cuando hubo el primer rocé de labios el mira los míos los cuales estaba abiertos ¿ por que? No sé... Pero nunca cerré mis ojos hasta él se adueñó de los mío.
Los suyos eran tan suaves,  cálidos, dedicados y se movían de un lado a otro. Los míos estaban quietos yo sólo deje que el hiciera todo el trabajó. Me encanto, me fascinó.
Pasaron quizá unos segundo y el paro y liberó los míos pero entonces sería mi turno. Tome de su cuello  así como él tomo del mio y ahora yo me adueñe de los suyos.
No se cuanto paso pero lo disfrute tanto hasta el pequeño mordisco que dejó en mi labio cuando me separe de los suyo.

Entonces ahí si, sin decir más nada salí de allí y casi corriendo entre al mío, a mi apartamento.
Eso fue tan mágico tan especial; al menos para mí. Tanto que ya estaba en la puerta de mi apartamento con la espalda recostada en la madera café deslizando mi cuerpo por ella dejando tocar mi trasero el piso.

- Me encanta el café.








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