¿Ayudarme?

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-ayudarme? - dije con el entre cejo fruncido.

- Si... Mira! Laura me a comentado algunas cosas sobre ti, por lo que estas pasando y de verdad me nace del corazón ayudarte. - decía él como un buen cristiano mientras me miraba muy fijo a los ojos.

- Laura le comento ? - no entendía nada. Que acaso no fue Laura la primará en advertirme no hablar nada con este hombre?

- Si, ella se sentía muy preocupada. A mi me pudo la curiosidad y después de algunos ruegos me contó que pasaba.
Te gustaría tomar un café o algún refresco, mientras hablamos un poco ¿ te parece?

Como por que decir que no? Laura ya le contó todo entonces. Ya no hay motivos por el cual decir que no.

- esta bien.

Él sonrió de lado y ella bajo la cabeza.
Salieron de aquel lugar y se dirigieron a una pequeña tienda a unas cuantas cuadras del hospital. En el trayecto aquel lugar la acompaño un silencio incómodo, muy incómodo no sabía como actuar ni mucho menos de decir o como hablar con aquel hombre que no conocía.

- y... debe ser terrible estar en una situación como esta.

-si, no se equivoca. Es muy desesperante, es como un túnel tan oscuro y aterrador que te atrapa y te envuelve.

- quiero ir al grano señorita, Adele.

- ujum

- se que su madre necesita una operación urgente y que para poder ser realizada es necesario costear los gastos de ella. ¿es asi?

- asi es... acaso usted...

- déjame terminar, por favor.

Su mirada estaba tan fija en él procesando cada palabra con tanto temor pero por allá, muy adentro de ella, con ganas de escuchar lo que sus oídos han querido oir todos estos días.

- yo le puedo dar ese dinero ya, ahora mismo, sin legalidades extensas.

- usted me va a dar ese dinero a mi, una persona la cual no conoce?

Estaba tan confundida.

- no estoy para bromas ni juegos estúpidos!

Se para indignada del asiento con su puño en la pesa.
Él, se para de inmediato y trata de controlar a aquella rabia la cual había llamado la atención de mas de uno con su actitud.

- calma por favor, señorita. No son juegos ni burlas. Siéntase, si.

Dijo aquel señor muy apenado.

La rubia estaba tan fuera de si que no procesa bien lo que estaba pasando
¿ que no era eso lo que queria?

Ella toma asiento una vez mas haciendo caso aquel señor que la miraba muy fija a los ojos.
Aquel hombre sabe que no está allí en vano y que ella cederá. Esta seguro que Adele no tiene muchas opciones.

- claramente no hace esto por caridad ni un gesto de amabilidad. Diga usted que es lo que busca a cambio. - dice la chica mientras retuerce sus dedos uno con otros.

- si, claramente tiene usted razón - dijo mientras se ponía de lado, cruzaba las piernas y acomodaba el saco que llevaba puesto esa noche fria.

- pero eso es lo de menos, Sr Adele, podemos dejar eso para después y solo preocupemos por el dinero que necesita usted para su madre.

- pero yo...

- no es eso lo que necesita...

El sabía manejar muy bien su estrategia. Es un hombre de negocio no es ningún tonto.

mete la mano derecha por la parte interna del saco que llevaba puesto y de allí saca algo parecido a un cuaderno; pequeño en altor pero largo de ancho, algo parecido a un rectángulo.
Obtenía hojas de papel color blanca con márgenes azules; con muchas líneas de autenticidad.
Eran hojas de cheque esperando ser firmadas por él.

- dígame si en verdad lo necesita y solo sera necesario poner mi firma aquí y la suma exacta de que usted necesita.

Esto es lo que ella tanto a esperado. Ella anhela ese dinero mas de lo que un dia pensó querer algo.
Adele es una chica muy vulnerable pero es inteligente y ella sabe muy bien que con esto le podría estar vendiendo el alma al diablo pero no ve otra salida y por su madre no le cabe ninguna duda que hará lo que sea.

Cuánto Me Amas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora