Vínculos

Capítulo 5

El sonido del despertador taladró los oídos de Hope, haciéndole salir de un profundo sueño en el que estaba tranquilamente durmiendo en su piso compartido con Hayley, como si nada de la noche anterior hubiese pasado. Por el contrario, Derek no había conseguido pegar ojo. ¿Y si era cierto todo lo que aquel chico les había contado, y la muerte de su madre fue sólo el entretenimiento de un loco manipulador? Cuanto menos, la historia que contó Avery desafiaba todas las creencias que tenía, debatiéndose sobre la posibilidad de que su madre no hubiese muerto por su culpa.

–Buenos días –farfulló Hope con la cara hundida en la almohada–. No quiero levantarme.

En verdad, no quería enfrentarse a la realidad de nuevo.

–Nos espera un día ajetreado, ciertamente –afirmó Derek en un bostezo–. ¿Has reflexionado algo sobre lo que pasó anoche?

–No –dijo Hope, dubitativa–. En realidad me quedé dormida según me metí en la cama.

–¿Lo dices en serio? –preguntó él, anonadado.

–Anoche era el tiempo de dormir. Ahora es el tiempo de reflexionar –se incorporó en la cama, aún envuelta en las mantas–. Fue una situación demencial. ¿Crees que decía la verdad?

–Sabía información de mi vida que poca gente conoce, lo cual es bastante inquietante ––tras una pausa, continuó hablando–. ¿A que crees que se refería con que es peligroso que salgas de esta habitación?

–Probablemente quisiese darle dramatismo a la historia –Hope se encogió de hombros–. A levantarse, no puedo seguir encerrada en esta habitación todo el día.

–¿Te vas a ir? ¿Así sin más?

–No pienso quedarme para tener otro encuentro con ese mago de poca monta –Hope comenzó a vestirse en el baño con sus ropas ya limpias y secas. Lo último que quería eran preguntas acusatorias, sólo deseaba que todo esto acabase.

–¿Ni siquiera vas a considerar la idea de que lo que dijo Avery fuese cierto? – le habló él a través de la puerta, al mismo tiempo que cogía su ropa del armario y se vestía.

–Ya la consideré anoche. Pero es una locura. Y si fuese cierto, ¿Por qué iba a arriesgar mi vida por un universo que ni siquiera es el mío? –con todas las cosas recogidas, Hope se acercó a la salida–. Vamos, se hace tarde. Podemos mantener esta conversación por el camino.

–Es tan considerado por tu parte que tanta bondad me abruma –espetó Derek irónicamente, cogiendo la chaqueta y saliendo por la puerta.

–No pienses que estoy siendo egoísta –argumentó ella–. Sólo tengo sentido de autoconservación.

Salieron del dormitorio de Derek para encontrarse con el pasillo concurrido, lleno de estudiantes preparándose para acudir a clase. Los jóvenes les observaban pasar con una media sonrisa dibujada en sus caras. Hope se dio cuenta de que probablemente aquellos chicos pensaban que había pasado algo entre ella y Derek. Automáticamente, un rubor alcanzó sus mejillas, lo que provocó una tanda de risas y silbidos a su paso. La primera vez en su vida que recorría el paseo de la vergüenza y ni siquiera tenía de qué avergonzarse.