Hope estaba concentrada en el acertijo, como hacía cada tarde, acompañada tan sólo por el calor que desprendía su taza de café. Sin embargo, ni la cafeína conseguía darle las fuerzas suficientes para continuar con la adivinanza. Se sentía saturada y desanimada y tenía la certeza de que antes recorrería el mundo a pie que conseguir resolver aquel enrevesado trozo de papel.
Derek, por otro lado, había pasado el día encerrado en su habitación. Apenas podía concentrarse, ya que todo en lo que podía pensar era en Hope. En la forma que su respiración se aceleraba cuando estaba con Avery, y en como su corazón se perdía entre las palabras del pelirrojo.
Sentía su pecho comprimirse cada vez que pensaba en ella. Ni siquiera estando vinculado a ella podía competir con aquel Savante de pacotilla, que había vuelto loca a Elyse por él y ahora lo estaba haciendo con Hope. Aquello le hacía enfurecerse demasiado. ¿Es que acaso nadie podía ver que algo no estaba bien en aquel chico? Parecía ser que una sonrisa bonita y unos abdominales marcados eran suficiente para ocultar todo lo demás.
Se decidió a levantarse de la silla en la que había pasado tantas horas y dirigirse a la cocina a ver a Hope. No conseguiría su corazón de vuelta ignorándola por completo.
–¿Ha habido suerte? –preguntó cuando llegó a la cocina y vio a la joven chica con su melena rubia apoyada en la encimera. Los círculos negros que adornaban sus ojos indicaban que estaba exhausta.
–No demasiado – respondió suspirando quitándose el pelo de la cara con el soplo de aire–. ¿A ti te ha ido mejor?
Derek negó con la cabeza y se sentó en el taburete junto a Hope, buscando las palabras correctas que le hiciesen recuperarla de nuevo, o al menos, hacerle retroceder dos pasos en el camino que la llevaba hacia Avery y lejos de él.
–Hope yo... –comenzó a hablar, evitando la mirada de la chica–. Siento haber estado distante éstos días.
Entonces el corazón de Hope se rompió en dos pedazos, cada parte perteneciente a una persona distinta. Y en el medio, en el hueco entre ambos, un vacío que sólo contenía culpa por el sufrimiento que ocasionaba a aquellos a los que amaba.
Le miró fijamente, con los ojos llorosos, avergonzada por la traición que había supuesto aquel beso con Avery. Sabía que Derek, si bien tal vez no estaba enterado del beso, estaba al tanto de sus sentimientos hacia el pelirrojo, y sin embargo allí estaba, disculpándose por haber estado ausente, por haberse sentido dolido.
–Soy yo quien debería disculparse –habló finalmente con un hilo de voz.
–No es necesario –respondió el chico y la estrechó entre sus brazos, y en ese momento fueron conscientes de cuanto habían echado de menos aquello. Tal vez no fuesen capaces de entender y descifrar la magnitud de sus sentimientos, pero aquel abrazo era todo lo que necesitaban.
Fueron entonces interrumpidos por el pelirrojo, que acababa de aparecerse junto a ellos. Derek se sorprendió al ver que no había caído por el suelo, se había acostumbrado a los destrozos que ocasionaba cada vez que hacía acto de presencia. Y después de la sorpresa inicial, se sintió extremadamente irritado. Había pasado toda la semana fuera durante todo el día, y justo en aquel momento que había decidido acercarse a Hope aparecía. Le habría golpeado repetidas veces en aquella cara de guaperas si Hope no hubiese estado presente.
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Vínculos
Science-FictionTras ser perseguida por un misterioso encapuchado, Hope se despierta completamente desorientada. Sus amigos no la reconocen, sus llaves no abren la puerta de su casa y su madre dice no tener hijos. Desorientada y con la ayuda de un joven demasiado i...