Capítulo 6

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Avery y Hope habían desaparecido de la habitación sin mediar palabra. Derek no sabía a donde se habían dirigido ni qué estaba ocurriendo, así que se sentó en la silla de su escritorio, sintiéndose inútil y nervioso. La silla chirrió al afrontar su peso. Se sentía responsable de Hope, y no dejaba de pensar en que era él quién debería estar con ella, especialmente teniendo en cuenta que todo aquel misterio alrededor de Avery le irritaba profundamente.

No habían pasado más de diez minutos desde que Avery y Hope abandonaron la habitación cuando Derek comenzó a sentirse mareado. Por miedo a caer de la silla, apoyó su cabeza en el frío escritorio de madera y cerró los ojos, evitando así ver el mundo girar a su alrededor. Algo raro sucedió entonces.

Parecía estar soñando, se encontraba en algo parecido a un cuartel militar. Todo a su alrededor era de acero inoxidable, lo que convertía aquel espacio en un lugar oscuro, vacío y sin vida. Encontraba máquinas a sus lados, con luces apagándose y encendiéndose constantemente, y una gran cantidad de gente que se movía de un lado a otro sin hacerse eco de su presencia.

Entonces, algo llamó su atención, se estaba mirando las manos, pero no eran las suyas. Podía reconocer perfectamente aquellos dedos largos y finos, que acababan en unas uñas pintadas de violeta. Eran las manos de Hope.

De repente, la chica giró la cabeza hacia su izquierda. Derek vio a Avery caminando a su lado, se tocaba el pelo en señal de nerviosismo y parecía hablar desenfadadamente, aunque no podía escuchar ni una sola palabra de lo que decía.

De nuevo, aquellas imágenes se transformaron en oscuridad y el mareo disminuyó, pudo entonces abrir los ojos e incorporarse en la silla.

Por muy extraño que aquel suceso hubiese resultado, a Derek no le sorprendió, porque sabía que tarde o temprano aquello ocurriría.

Cuando Avery agarró su mano, Hope se sorprendió por el tacto suave y cálido del chico, aunque aquella sensación no duró mucho, ya que todo comenzó a dar vueltas a su alrededor. Se sentía como en el medio de un huracán, apunto de salir volando.

Avery pasó la otra mano por su cintura y la sujetó con fuerza. La chica comenzaba a sentir que iba a devolver lo poco que había comido en el último día cuando por fin divisó tierra.

–¡Prepárate! ¡Todavía no he perfeccionado mi aterrizaje! –avisó Avery gritando para poder ser oído por encima del viento.

Hope no había entendido muy bien cómo debía prepararse para el aterrizaje, así que simplemente se preparó para recibir el golpe.

Ambos cayeron disparados sobre un descampado lleno de arena. Hope perdió la respiración por un momento, sintiendo un rasponazo en su brazo derecho.

Avery se incorporó primero, acostumbrado a las caídas y golpes que recibía constantemente. Buscó a Hope con la mirada y cuando la encontró se acercó a ella.

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