Capítulo 12

9 1 0
                                    

Hope se encontraba esperando a Avery en los pasillos de las instalaciones de Éter. Había mirado repetidas veces a ambos lados del pasillo, lo último que quería era ser descubierta, por lo que decidió cubrirse tras un pilar. En Ámbar, había conseguido proyectarse sin mayor problema, y su cuerpo yacía allí junto a Derek, quien se mantenía sumergido en su cabeza, alerta de cualquier problema que pudiese ocurrir mientras acariciaba con delicadeza la melena del cuerpo sin vida que sostenía en brazos.

Por fin Avery hizo aparición, golpeándose contra una pared metálica del pasillo. Aunque en cierto modo la torpeza de Avery le hacía pensar que sus probabilidades de triunfar disminuían considerablemente, no pudo evitar reír, había empezado a considerar los fallos de Avery cómicos e incluso tiernos.

–Shhhh, nos van a oír –dijo Avery habiéndose recuperado del golpe. Miró a Hope y no pudo evitar contagiarse con su risa –. ¡No te rías de mí!

–Shhh –replicó Hope aún con una sonrisa en sus labios.

Ambos se movieron despacio y a cuclillas por el pasillo, tratando de llegar al cuarto 282. El próximo cuarto que divisaron fue el número 220, sabían que aún les quedaba pasillo por recorrer y debían apretar el paso antes de que alguien saliese de una de las estancias y les viese.

Por fin divisaron los números negros en relieve sobre una puerta metálica. Hope trató de esconderse de nuevo tras los pilares, mientras Avery, que era incapaz de ocultar su nerviosismo al tocarse el pelo en repetidas ocasiones, llamaba temeroso a la puerta 282.

Quien fuera que estuviese al otro lado de la puerta, no parecía poder abrirla. Había bajado y subido el tirador de la puerta por cuarta vez cuando por fin consiguió abrir, con un tirón tan fuerte que Avery pensó que la había desencajado del marco. Tras un segundo vistazo, se dio cuenta de que no era así.

––Maldita puerta, llevo semanas pidiendo que la cambien ––un señor que parecía rondar los cuarenta años apareció tras ella. Sus gafas redondas de fina armadura estaban colocadas al filo de su nariz. Sus ojos negros finalmente se levantaron y se posaron en el chico, a quien había reconocido al instante––. No esperaba verle aquí señorito Avery, pensaba que era su hermana quien golpeaba la puerta.

Hope no pudo evitar escuchar aquella conversación. Sabía que Avery tenía familia, ya que Elyse le había dicho que vivía con ellos el día que les conoció, pero nunca había pensado que Avery pudiese tener una hermana. Se imaginaba una preciosa chica de larga melena rojiza y ojos grises. Ni siquiera sabía si aquella visión era exacta, pero tanta belleza, aunque fuera imaginaria, le hizo sentir celos.

–Buenas tardes Henry. En realidad vengo en nombre de mi hermana. Me ha mandado a decirle que hay un problema en la sala de nuevas creaciones y requerían su ayuda –explicó Avery, quien se sujetaba las manos tras la espalda, evitando tocarse el pelo demasiadas veces y mostrar su nerviosismo.

–Ya mismo voy entonces –cerró la puerta tras de sí y sin despedirse del chico se puso a atravesar el pasillo con paso apretado, incluso casi corriendo.

VínculosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora