вonнoмιa ❡ ᵗᵉᶰ

ƿՐ૯ς૯Ո੮ : 3

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- Yo también quiero, cuídate... Adiós Nīchan - ella separó su celular de su oreja para posteriormente colgar la llamada.

Miró hacia afuera, el patio, un típico patio japonés, amplio, con una pequeña fuente-lago artificial >que parecía natural< y que se hallaban ahí varios salmones nadando y la mayoría del lugar tenia pasto, Akiko estaba sentada justamente en en riel para la puerta corrediza que daba hacia afuera. Estaba más afuera que adentro.

- Es tan tranquilo aquí - susurro.

Sus labios soltaron un gran suspiro haciéndola sentirse más tranquila y en paz, cerró sus ojos por un momento respirando el aire tan fresco de aquel lugar, sintió el viento en su rostro así llenando sus pulmones de ese vital oxígeno que venía en el para luego abrir sus ojos lentamente y quedarse viendo el hermosos patio de aquella casa. La casa de sus padres.

¿Como ha de tener esa sensación? lleva bastante tiempo sin estar en su hogar, el lugar en donde creció. Todos necesitamos volver aunque solo por un momento a nuestro lugar de origen.

Todos salen de sus hogares ya sea muy jóvenes o muy grandes, pero lo común entre ellos es para que así por si mismos puedan enfrentar el mundo descubriendo cosas y confirmando otras.

Intentando comerse al mundo o terminar siendo comidos por el. 

Ella no fue la excepción, tuvo que salir de su hogar siendo apenas una joven de 19 años, pero por lo menos ella pudo estar más tiempo, no como su hermano que apenas cumpliendo 17 salió de casa, y no solo eso sino del país. Que su hermano no esté significa que no sean cercanos, hablan muy seguido sobre ellos, lo que les preocupa, sobre su vida o simplemente de temas triviales.

Su hermano siguió su sueño de ser cantante y es algo que su familia está orgullosa, aunque no es solista hace lo que le gusta con personas que ahora se han convertido en su familia en aquel pais, lo único malo de eso es uno de sus...

- Hija - oyó una voz femenina, dulce apesar de lo gastada y cansada que estaba por los años.

- Okāsan - dijo al ver a su madre que se agachaba para poderse sentar alado de ella.

- ¿Te llamo Yuta? - ella solo asintio con la cabeza - ¿Cómo está? - Akiko le dijo lo que le contó su hermano, excluyendo solo una cosa.
Al terminar de contar comenzaron una plática bastante agradable entre madre e hija.

Pero no tardó mucho pues escucharon un gritó proveniente de algún cuarto de aquella casa, una casa tradicional, bastante antigua puesto que ya lleva en vivido su familia desde hace unas ¿cuatro generaciones?.

- Parece que ya se ha despertado el niño - dijo la madre volteando a ver el pasillo por donde había llegado y en el donde se encuentran las puertas de las habitaciones.

- YA VOY!! - grito y apesar de eso sonó dulce para que quien estaba gritando y ya comenzado a llorar la oyera y talvez, solo talvez se tranquilizarla por aquella voz.

Apenas dijo esas palabras cuando se escuchó un gritó desgarrador que la alarmó haciéndola levantarse rápido del suelo y salir corriendo hacia el cuarto de dónde provenían esos lloridos tiernos.

- ¿Tienes hambre verdad?  - pregunto con voz muy dulce y tranquilizadora.

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No he dejado notas hasta ahora

Quiero preguntarles una cosa

¿Si les gusta hasta ahora la historia?