Episodio 9

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Los siguientes días pasaron tranquilos, bueno, quizá no taaan tranquilos.

Valkyon e Ykhar se casaron y digamos que ocurrió un pequeño "incidente" en la boda.

A mitad de ceremonia  Ezarel me tomó del brazo y me sacó de ahí, se encontraba muy emocionado por mostrarme algo en la enfermería. Llegamos, pero nos encontramos a Kero despierto, muy nervioso además, puedo asegurar que había un aura morada circulando por sus ojos.

Desde ahí lo he vigilado constantemente.

El día de hoy m encuentro haciendo algunas guardias inútiles dentro del perímetro de todo lo que abarca el segundo piso, mientras que Valkyon se encarga del segundo, Nevra del exterior y Eweleïn del sótano.

Entré por ociosa a la biblioteca, el pelo verde estaba ahí, con cara de pocos amigos, Zafiro tenía el genio muy de "mírame y no me toques" desde que Ezarel habló seriamente con él sobre la relación que pretendía conmigo.

—Hola, Zafiro —saludé sonriendo, pero no obtuve respuesta, solo un leve gruñido—, ¡Oh, hola, Ágata! Gusto en verte hoy, ¿Cómo estás? —imité su voz.

—¿No se supone que debes estar haciendo guardia? —preguntó molesto.

—Es lo que estoy haciendo, zopenco —repliqué mirando por la ventana.

Sentí la tensión que mantenía su cuerpo sobre el mío, no era necesario que lo tocara para percibirlo, eran vibraciones mecánicas negativas que salían de sí mismo, atravesaban el suelo debajo de sus pies y llegaban hasta mí.

Lo he pensado, quizá no soy tan "humana" como creía, soy capaz de sentir lo que la otra persona siente a través de vibraciones, como con Ezarel. Probablemente de un cien por ciento, dos pertenecen al género de las hadas y el restante es mi humanidad, quizá no soy normal como creía. Este es mi don y lo explotaré para  que de lo mejor de mí.

Agudicé mis sentidos lo más que pude, en especial el oído; la respiración de Zafiro estaba fuera de los parámetros de normalidad, pero para mí, eso no era lo que hacía que el bello de mi nuca se erizara, había una tercera respiración además de la mía y de Zafiro. Había un tercero que no había contemplado.

—¿Quién más está aquí, Zafiro? —pregunté.

—Aquí no hay nadie que no seamos tu y yo —contestó extrañado—, ¿Por qué?

Le hice señas para que me siguiera. Busqué al dueño de aquellas exhalaciones apresuradas, guiando a Zafiro mientras le decía que el se fuera al lado norte y yo al sur.

Ezarel me había enseñado a perfeccionar mis sentidos, en este caso me fié del tacto para localizar al intruso. Cerré los ojos para lograr una mejor concentración, las vibraciones arrasaban por el suelo, eran como espasmos seguidos uno de otro: su corazón.

<<Tras aquel estante>>, le señalé al pelo verde <<A mi señal, le brincamos encima>>.

Asintió entendiendo el plan, caminamos con sigilo, estábamos a punto de atacar, cuando caímos en cuenta de quién era.

—¡Keroshane! —exclamé—, ¿Por qué no dijiste que eras tú quien estaba aquí? ¡Pudimos haberte hecho daño!

Tal cual hablarle a una bella pared, solo que con cuerno. El chico con cola sofisticada estaba en otro mundo, mirando asustado una planta que tenía enfrente, conocía bien esa flor, era una gardenia, pero algo la hacía ver anormal: poseía algunas manchitas moradas en uno de los pétalos.

—El tache... —susurró Zafiro, la voz le tembló—, ¿C–Cómo? Desde la muerte de Alajéa no se había presentado otro caso similar, más que en los experimentos de Eweleïn y Leiftan...

CANCELADA•••|Eldarya|••• Tus Ojos En Mi (Ezarel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora