CANCELADA•••|Eldarya|••• Tus Ojos En Mi (Ezarel)

Episodio 2

Vinculación con Episodio 44 de "Eldarya... El mundo de las hadas" 

He despertado nuevamente en la camilla en la que estaba con anterioridad. Es de noche, no más de las dos de la mañana. Tengo las muñecas, los tobillos y el torso atados a la camilla con correas de cuero, no están muy apretadas, pero poseen la fuerza para no dejarme ir.

He comenzado a forcejear, las correas han empezado a soltarse poco a poco, de mis violentos movimientos, la camilla chirrea, pero parece que nadie logra oírme, creo que por fin la suerte está de mi lado. Me puse a inspeccionar discretamente el área, había, no muy lejos, una camilla con una cortina corrida, insinuando que hay algo que no puede ver nadie o simplemente algo peligroso. Bastó con que únicamente la correa de mi mano derecha se zafara para poder liberarme en mi totalidad. Estaba descalza, el piso estaba helado, traía puesta mi ropa, por increíble que parezca, pero me habían arrebatado de mi lado mi cazadora y mis botas. Caminé con sigilo, abrí la puerta y me detuve unos instantes a verla, azul y con detalles dorados, me recordó al chico de cabello largo y azulado.

¿Cómo era su nombre? ¿Israel, Asrael? Bah, no es importante (Por el momento 7u7)

Salí con mucho cuidado de no hacer ruido, pero me tropecé con algo largo y un poco duro, al caer al suelo me giro para ver que es ese extraño objeto, me siento empalidecer cuando veo que es nada más y nada menos que el peli verde, recuerdo que tenía nombre de una joya, ¿Quizá haciendo referencia a la Esmeralda?

Oh, no, pero es hombre, entonces, ¿Esmeraldo? Creo que no, suena poco varonil.

Pareció que, a pesar del golpe, no despertó. En cambio, solo se removió en su lugar y volvió a dormir, ¿Será que acaso está ahí para "vigilarme"? Si es así, que pésimo trabajo el suyo.

Comenzando a caminar me topo con un montón de puertas seguidas, la primera, era prominente y tenía una cabeza de chivato, la segunda tenía una flor, para ser especifica una rosa roja intensa, el material de las hojas se asemejaba al oro, la tercera tenía un rombo con unas alas de murciélago de plata. Moví el pomo de la cabeza del animal, cerrado.

Giré el de la flor, clic, y se abrió.

Dentro de la habitación estaba el chico de cabello azul, estaba sentado en un escritorio, se entendía que había trabajado mucho en unos papeles extraños que tenía bajo sus brazos, su rostro pegado al frío mármol, sus atrayentes ojos verdes cerrados por lo que susurraba el cansancio, visto así, podía decirse que dormía como un ángel, pero yo misma presencié que era un demonio. Me acerqué un poco para ver las hojas que tenía, había muchas tiradas en el suelo hechas bolita, inicié a abrir una por una, primeramente una mujer con el aspecto de una sirena, seguido de, la chica que habían dicho que era mi hermana, posteriormente, una mujer rubia con pecas en el rostro, y lo que me congelaba la piel y los pensamientos era que esa mujer era parecida a mí. Eran dibujos hechos a mano con una precisión maravillosa, como si hubieran sido dibujadas por un artista nato, entonces dudosa me puse de pie y caminé hasta el chico, no me faltaba mucho, me acerqué y el alma se me cayó a los pies cuando vi lo que había dibujado finalmente.

Era mi rostro, no era solo un dibujo, eran como cinco o más, en uno traía puesto un vestido blanco con holanes y el cabello suelto, corto para mi gusto, en otra un vestido rojo, largo y ajustado, el cabello lo tenía recogido en una especie de cebolla extraña y desaliñada, un vestido azul a la rodilla con un escote pronunciado en el pecho. Dibujos majestuosos, en su mayoría podía apreciarse como mi rostro era tornado desde la ternura hasta la lujuria, me atemorizaban sus dibujos, pero a la vez me atraían.