-Rurú.-
-¿Sí?-
-¿Por qué?...-
-¿Por qué qué?-
-¿Por qué te gustan tanto los muros?-
-¿De que hablas?-
El menor veía al azabache fijo, pensativo.
-Construyes Muros en ves de puentes, Te cierras y prefieres no avanzar.-
El azabache solo se quedo callado.
Aunque parescan simples palabras, eran suficientes.