Ambos estaban en la escuela, juntos se miraban.
Solo se observaban , como si hablaran por sus mentes entre ellos, pero no era así.
Era una mirada que daba comodidad y tranquilidad a ambos.
Ink rompió el silencio al darse cuenta de un tema.
-¿Me dejas contar tus heridas?-pregunto el albino
-¿Para que?-preguntó confuso el pelinegro
-Para ver cuantas veces me necesitaste, y no estuve ahí...-
Error le miró sorprendido.
Solo dio una sonrisa.
-Siempre estuviste ahí.-
