Capitulo 2

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3 de Julio
Me desperté tumbada en una gran cama de matrimonio, ni siquiera sabía en que habitación. Ya era la segunda vez que me despertaba en un sitio desconocido.
El cuarto no era muy grande, o al menos la inmensa cama daba la sensación de que el espacio era pequeño.
Me levanté nuevamente de la cama, me sentía como si acabara de despertar de un sueño muy profundo, como si me hubieran sedado durante varios días.
Abrí la puerta, seguía sin saber donde me encontraba, la puerta daba a un largo pasillo donde había varias puertas que posiblemente darán a otras habitaciones, así que no me molesté en comprobarlo.
En frente bajaban unas escaleras, empecé a descender por ellas hasta encontrarme con un recibidor, donde encontré a Dani limpiando la puerta. Terminé de bajar las escaleras lo más rápido que pude.
-¡Dani!
-¡Mia!-dejó lo que estaba haciendo y me abrazó-¿estás bien?
-Si, claro. ¿Por qué no iba a estarlo?-pregunté algo asustada.
-El hombre ese, os llevó a Liam y a ti del salón, llevaba días sin saber de ti, estábamos preocupadas y Liam tampoco sabía nada.
Ahora lo recordaba, habíamos ido a para en una casa extraña con un hombre todavía más extraño que no estaba muy dispuesto a dejarnos marchar.
-Dani, ¿qué ha pasado mientras yo no estaba?
Dani suspiró y empezó a contarme todo lo ocurrido en los días en los que yo había estado dormida. Ella tampoco sabía mucho más que yo, todos se habían dedicado a dejar impecable la casa de aquel señor que no dejaba de darles ordenes. Por suerte Dani no parecía a ver sido herida de ningún modo o haber estado mal alimentada, lo que era un alivio.
-Bruno ha pagado caro lo de dejar el suelo del salón lleno de sudor.
No pude evitar reírme imaginando a Bruno limpiando a conciencia su propio sudor del suelo.
La risa se me apagó enseguida cuando apareció aquel hombre por la puerta que yo sabía que daba al salón.
-Vaya, parece que ya estás despierta.
Dani y yo nos lo quedamos mirando asustadas.
-Dani, ¿por qué no continuas con esa puerta? Mia y yo tenemos mucho de que hablar.
-Si señor.
-¡Molly!-mi amiga apareció corriendo a través de otra puerta-avisa a Liam.
Molly me dirigió una mirada fugaz para luego dirigirse al hombre.
-Si señor, enseguida lo llamo.
Y desapareció corriendo por donde había venido. El hombre se me quedó mirando, yo miré a Dani para intentar encontrar apoyo en ella, pero había vuelto a su tarea de dejar la puerta impoluta.
-Bueno Mia, ¿cómo te encuentras?-dijo el hombre pasando un brazo sobre mis hombros con familiaridad y dirigiéndome a las escaleras.
-Descansada.-respondí insegura.
-Jajaja.- rió-eso esta bien, dime ¿qué tal te llevas con Liam?
-Pues... No sé, apenas hemos cruzado un par de palabras en todo el curso. ¿Por qué lo pregunta?-dije, aunque enseguida me arrepentí, no estoy segura de si estoy en condiciones de preguntar. Para mi sorpresa el hombre me respondió sin atisbo de haberse molestado.
-Pues porque a partir de ahora vais a pasar mucho tiempo juntos.
Seguimos andando hacía la habitación donde yo me había despertado hace un momento intentando asimilar lo que me acababa de decir.
- ¿Cómo dice?-pregunté. Mientras nos sentamos en el borde de la cama.
-Ahora lo entenderás todo.
Justo en ese momento Liam apareció por la puerta.
-¡Oh, Liam! Justo hablábamos de ti-Liam se quedo en el marco de la puerta sin hacer ningún movimiento, mirando atentamente al hombre-Ven, sientate con nosotros.
-No, gracias señor, aún me queda limpiar el sótano.
-Olvídalo, eso lo puede hacer Bruno en otro momento. Tengo que hablar con vosotros.
Liam siguió sin moverse, yo cada vez estaba más nerviosa con este hombre a mi lado. Y más asustada todavía por lo que tendría que decirnos.
-Verás, Mia está embarazada.
¿Qué? No pude evitar mirar al hombre con asombro. ¿Qué es lo que ha dicho? Liam abrió un poco los ojos, pero no hizo ningún comentario, supongo que ahora me toca hablar a mí.
-¿Embarazada? Eso es imposible.
-Si querida, pero es mucho más que eso. Veréis os habréis dado cuenta de que entre mis libros de la estantería del salón predominan los de hombres lobo.
Liam asintió con la cabeza. La única que he estado en el salón estaba demasiado asustada como para fijarme de que iban los libros de la estantería, pero supongo que Liam los habrá tenido que limpiar estos días varias veces. Aunque no entendía que tener eso que ver con mi supuesto embarazo.
-La verdad es que es un tema que me fascina-prosiguió el hombre-por eso quiero hacer un experimento, pero para ello necesito la ayuda de Mia. Sabéis que los hombres lobo son mitad humanos mitad lobos, ¿verdad? Entonces un buen día me pregunté: en el momento de la fecundación humano se juntan las dos mitades de dos ADN distintos, ¿y si juntará los ADN de un humano y un lobo?
Derrepente encajó todo y no me gustó, espero que no haya hecho lo que creo que a hecho.
-La mitad del ADN de lobo pertenece a mi querido amigo Wolf, lo encontré en el bosque, que adorable criatura.-empezó a dar vueltas por la habitación gesticulando mucho con las manos.-y obviamente la mitad del ADN humano te pertenece a ti Mia, tu llevas dentro la que será mi creación.
Me quedé paralizada, intentando encontrar algo que decir. Quería gritarle que si estaba loco, que no podría salir nada de ese experimento, era una locura. Quería gritar y correr todo lo lejos que pudieran llevarme mis pequeñas piernas. Pero no hice nada de eso, me quedé allí sentada paralizada mirando el suelo.
-Juro que lo pagarás cabrón.
-¡Liam! ¿Qué vocabulario es ese? Cierto aún no te he dicho tu misión en todo esto.
-¡No quiero participar en esto!¿¡no lo entiendes!?¡quiero salir de aquí!¡déjanos salir!
Pegué un respingó, nunca había oído gritar a Liam de esa manera, siempre parecía un chico tan tranquilo...pero, ¿quién iba a reprochárselo?
-Tú te encargarás de estar con Mia en todo momento-prosiguió ignorando sus gritos-no querríamos que hiciera alguna tontería mientras lleva a mi criatura dentro. De echo es para lo único que me servís los chicos, aparte de limpiar claro, las chicas son las que realmente participarán en el experimento, cogí cuatro por lo que pudiera pasar con tres chicos me apañaré.-se dirigió a la puerta, pero en el último momento se volvió-por si os interesa el resto de vuestro compañeros están todos muertos, solo sobrevivisteis vosotros.
-No te vas a salir con la tuya, en algún momento alguien volverá a buscarnos.-dijo Liam mirándole con desafío.
-Tú concentraté en vigilar a Mia, no quiero que la dejes sola ni para ir al baño, serás su sombra en todo momento. Tendrá prohibido utilizar los utensilios de comer, solo por si acaso, tendrás que acuparte de todas sus necesidades. Claro esta, mientras limpias.
Se fue dirigiéndonos una de sus malditas sonrisas. Liam apretaba los puños con más fuerza de la que debería y soltaba tacos por lo bajo.
Yo me sentía una estúpida allí sentada mientras me iban resbalando las lágrimas. No sabía que hacer, ese hombre me daba autentico pavor.
Solo espero que nada de lo que ha dicho sea cierto.

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