Regresando

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Mi ausencia del colegio había sido grande, todas mis compañeras ahora estaban dos grados más arriba y yo aún en séptimo. Aunque nunca tuve buenas amigas.

Mala pata la mía enfermarme justo antes de terminar el año... Soportaría un poco que la diferencia solo fuera un grado pero ahora son dos.

Las clases comenzaron hace dos semanas, y apenas logré que me dejaran regresar al cole, claro bajo la verificación diaria de mi madre trayendome y recogiendome a diario como a las chicas de grados inferiores. Incluso las de 4 grado van solas por Dios. Pero este era el pago para que me permitieran volver a estudiar y bien lo valía.

En ese entonces lo único que no me daba esfuerzo eran las matemáticas, pero me ganaba la literatura, las ciencias sociales y la pereza.

Afortunadamente mi cabello ya ha crecido, aunque nunca recupero mi color castaño. Ahora es blanco y corto cual el de un niño. Mi figura no cambió mucho, apenas crecí un par de centímetros y ya me resigne a ser enana.

Por mi apariencia mi madre me llama blanquita, odio ese apodo. ¿No le es suficiente con llamarme Maria Victoria Romero?

Hoy me preparo para ir mañana. Estoy muy entusiasmada y quiero conocer a mis nuevas compañeras, ademas tendre contactos en grados superiores, espero todavia se acuerden de mi.

Aunque me preocupa mucho mi apariencia... Soy muy plana, también las fiebres no permitió que crecieran mucho mis bubis y con el uniforme de deportes no me diferenciaría de los chicos más enclenques (si los hubiera), y si soy una enclenque, ¡pero me veo como un niño!

Como voy a llamar la atención de los chicos si me veo como uno de ellos... Bueno aunque no del mismo colegio ya que el mio es solo para chicas pero hacen muchos eventos con los colegios cercanos. Ya no podrá ser con el baloncesto ya que no tengo estado físico para correr y saltar.

Ya esta listo mi uniforme de gala y el de deporte es incluso más chico que el que usaba hace dos años. Mi bolso ahora me parece tan incómodo pues mi brazo se cansabá rápido cargandolo de solo un lado.

Ya, ya, ya basta, son las 11:30 pm y no logro conciliar el sueño por la ansiedad de regresar.

Hay virgencita, que todo salga bien...

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Ya es hora... Mi madre me mira con ojos de pánico.

-Mamá, estaré bien. Debo entrar ya y mira que todos están mirándonos, puedes soltarme que iré directo donde la profesora Laura para que coordine mi presentación al grupo.

-Dile que Estela espera noticias.

-Mamá, tranquila todo saldrá bien. Y tu nombre aún no se me olvida.

-Esta bien... Ve.

Por fin mi madre me soltó y pude caminar hacia adentro, miraba de lado a lado, el colegio no ha cambiado mucho aunque el pequeño bosque de Guaduas ahora es mucho más pequeño de como lo recuerdo.

Precisamente allí hay una chica malacarosa tomando del cuello a otra mientras revisa sus bolsillos y otras dos sostienen sus manos. No hay profesor a la vista así que imagino es la bravucona de turno y sus compinches. Espero no toparme pronto con ella.

-PROFESORA LAURA.

Llame su atención y ella me saludo con un ademán.

Ups, mal momento para llamarla en voz alta, la chica que estaba siendo atacada pudo liberarse de sus captoras y la más grande se enderezó mirando fríamente. Mis piernas se congelaron con su mirada y casi tropiezo. Sentí un frio en mi abdomen y supe que me había ganado un paseo por ese bosque de bambú.

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