Efectos secundarios

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Cuando llegamos al tercer piso me registre y abrieron una puerta. Adentro solo veía un gimnasio y me sorprendí mucho.

-Allí puedes cambiarte. - Me señaló el enfermero una cabina de hombres.

Antes de que se fuera lo hale de la camisa y lo miré feo. Respire profundo y me calme.

-El vestier de las niñas ¿por favor?

-Oh, lo siento. Es del otro lado.

En verdad lo dijo muy avergonzado por lo que no quise seguir con el tema y fui a cambiarme por unas prendas que me entrego.

Ya en el vestidor pude ver a una chica muy linda y delicada vestirse para salir. Su silueta me recordó a Claudia y me hizo suspirar.

Seguí a otro cubículo y me cambie. Al salir estaba el mismo enfermero que me cedió un cajón con llave. Coloque mis cosas allí y me entregó una tarjeta con la llave y una tabla chica.

Otra enfermera me hizo señas y acepto la tabla.

-¿Cual es tu nombre y edad?

-Maria Victoria Romero. 15 años

-Mmuuyyy bien. -dijo con algo de incredulidad - Déjame te tomo unas medidas.

Me tomo la altura y unas medidas de mi nariz, me recordaron cuando me hicieron las medidas para la máscara del respirador con el que duermo.

Efectivamente abrió un cajón y sacó una máscara desechable. Me la entregó y me señaló cuáles estaciones debía recorrer.

Yo las recorrí una y veía como a notaban en la tabla y me pedían apretar, correr, caminar despacio y muchas cosas más, siempre conectada a un respirador.

El examen duró casi dos horas, yo sudaba a cántaros y me dijeron que ya me podría cambiar. Nunca me había ejercitado tanto.

Entre a los cambiadores y habían duchas con toallas y jabones. Tome uno y me relaje bajo la ducha. Mi respiración estaba aún agitada pero lo había disfrutado tanto.

Me sequé y vestí, respire profundamente y y salí. Entregue la ropa que me entregaron para hacer deporte junto con la toalla.

Mi madre entró cuando la llamaron.

-Por favor pasen donde el deportologo. Él les leerá los resultados, dará indicaciones y las recomendaciones necesarias.

Pasamos y la enfermera detrás de nosotros con los documentos..

-La "señorita" terminó el estudio de aptitud física.

Él doctor estaba de espaldas pero ante el tono de la enfermera volteo con curiosidad.

-Muy bien. Soy el doctor Nicolás León. ¿Quien te remite?

Mi madre levantó unos documentos y se apresuró a responder.

-El ginecólogo Gardiazabal.

-Muy bien chiquilla, sube a camilla te revisar un par de cosas.

Me encaramé literalmente a esa mesa que estaba enorme, el empezó con la presión y a auscultar mis pulmones.

-¿Haces mucho ejercicio en el colegio?

Y empezó a observar y palpar mis piernas y brazos, las reacciones y flexión de coyunturas.

-No, ella tiene prohibido realizar ejercicio desde el tratamiento de hígado.

RetornoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora