Propuesta Inesperada.

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Nosotras ya no regresamos a clase. Hablamos sobre varias cosas pero ella fue muy cauta evitando temas fuertes pues aún notaba la ira en mis ojos.

Al final de la jornada marla se acercó y empezamos a chismear mientras esperaba a mi madre.

Nos contó que realizó la evaluación y confirmó que Claudia seria promovida aunque debía mejorar su caligrafía. Eso no me extraño, a pesar de todo ella es muy inteligente. Con excepción de su horrorosa letra he podido ver que tiene a controladas sus notas.

Claro que con las chicas que hacen sus tareas eso no será difícil.

Vi trotando en grupo al equipo de basket y entre ellas a Claudia, no se veía tan alta entre ellas. Al ellas pasar cerca de la puerta pude ver que mi madre se acercaba, entonces tomé el bolso y me despedí de las muchachas con un ademán de mano.

-Quieta allí. - Dijo Karla.

-Así no se despiden las amigas. - dijo Leticia.

Levante ambas manos en son de paso y ellas se acercaron a despedirse de beso en la mejilla.

-¿Está bien así?

-Mejor.

Karla se sentía victoriosa cada vez que ganaba una discusión y no se molestaba en ocultarlo.

Nuevamente hice el ademán de irme mientras ellas decías - Chiao.

Me monte en la parte de atrás del carro, ya se me estaba haciendo costumbre tumbarme boca abajo en ese sillón.

-Hola mamá.

-Hola, ¿Y tus cosas?

-En la basura, solo pude rescatar el bolso.

-Menos mal dejas en casa la pluma de tu padre.

-No la pondría en peligro y menos ahora. - eso lo decía mientras miraba mi bolso sucio en la bolsa.

-Sabes... Ahí se asomo esa chica.

-levante mi cabeza para asomarme por la ventana hacia donde miraba mi madre.

Mi torso era chico pero debí esquivar una manigueta en la puerta para no dejar mi cabello blanco en ella.

Y si, efectivamente era Claudia mirando desde la puerta.

Ella se percató que la estaba mirando cuando cruzamos la mirada. Nuevamente sentí su aroma y respiración cerca de mi…

Me estremecí y sonroje mucho.

-¿Es ella?

Yo sabía que mi hermano le había contado y por ende ya no tendría razón en ocultarselo o mentirle.

-Si, se llama Claudia.

-Es muy bonita. Y se ve grande para su edad. Cuidaría bien de mi chiquita.

-¡Mamá! - Estalle en un grito pues estaba muy sonrojada con esto.

-Entonces ¿cómo te va con ella?

-Mal, no soy nadie para ella.

Mi madre mantuvo el silencio y no quise contradecirla.

Cuando llegamos a casa ella tomó mi bolso. - Yo me encargo de esto.

-Gracias mamá.

-Ve a descansar, llévate este jugo.

Era un cajita de jugo y al verla recordé que no me había tomado mis pastillas en la hora del almuerzo.

Menos mal mi pastillero se mantiene en mi uniforme así que no se fueron a la caneca. Las saque y aproveche el líquido para pasarlas.

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