Situación Incómoda

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Al día siguiente me levante muy incómoda por lo que me esperaba y dado que debía estar en ayunas para los exámenes me sentía aún peor. Mi apetito había aumentado considerablemente y ahora casi siempre tenía hambre. Lo que me hacía sentir mejor era que también había vuelto un poco el color a mis mejillas.

La toma de sangre fue normal, ya me habían hecho grandes hematomas pero en este caso no hubo inconveniente, más que por el hecho que la enfermera que tomó la muestra me dijo:  “ya esta, eres todo un varoncito muy valiente”. Yo solo atine a mirar feo y levantar la orden del examen donde estaba mi nombre. Ella solo miro con cara de la embarre y mi madre solo se reía.

Esperamos entonces a la ecografía. Yo había llevado una camiseta habana y unos pantalones verdes que me encantaban, imitaban los de un pescador. Me encantaba el campo por lo que no perdía la oportunidad de tomar aire y estar entre los árboles. Por ende me salí al área de la fuente donde había peces en una charca y árboles ornamentales muy bonitos.

Mi madre me hizo señas desde adentro y entre a un cuarto que estaba a media luz, mi madre se sentó en una silla y el médico muy formal me empezó a hablar.

-Hola peque. Te llamas -miro la orden y mostró sorpresa- ¿Maria Victoria de 15 años?

-Si señor.

-Vaya, ahora entiendo por que este examen tan completo. Súbete aquí, tu blusa hasta debajo del top y el pantalón deberás soltarlo, ¿Estás de acuerdo?

-Si.

-Mire a mamá quien me hacía señas de seguir adelante.

Una enfermera me limpio con unos paños helados y luego una crema aún más fría cubrió mi abdomen. Comenzó el doctor cuando mis espasmos por frío habían terminado y puso un aparato sobre mi con una mano y con la otra movía unos controles de otro aparato.

No pronunció más palabra hasta que levantó el aparato y lo desenrollo de su brazo.  -Muy bien, ¿cuando tienes la cita con tu médico?

-El martes creo.

-Esperen afuera unos minutos ya les entregó los resultados. Ya puedes comer algo.

Yo abrí los ojos de par en par, en verdad tengo mucha hambre. La enfermera se acercó y me limpio lo mejor que pudo. Me entregó unos paños mas y me acabe de limpiar, arregle mi ropa y sali.

-Gracias doctor.- Agrego mi madre.

Salimos y esperamos un poco. recibimos los exámenes y yo los tome.

Nos fuimos directo al carro y de camino pasamos por una cafetería, ella pidió una parva como para el fin de semana. imagino también para la merienda más tarde con Claudia porque empaco también unos pasteles dulces.

Volvimos al carro y empecé a escudriñar la bolsa. No aguantaba y me comí un pastel dulce, con tan mala suerte que un poco de crema callo sobre mi pantalón. Ahora tendría que llegar a cambiarme.

Cuando llegamos limpie el interior de migas. Con la mirada que mi madre me dio supe que no debería salir de este hasta no hacerlo. Esa costumbre decirnos cosas solo con la mirada me había ahorrado muchos jalones de orejas.

Listo, termine y salí corriendo a cambiarme, mientras miraba a mi madre con cara de sorpresa mientras pasé a su lado. Llegué y respire profundo...que me pondré. No puedo creerlo estoy nerviosa de como me vere frente a Claudia. Lo único que me faltaba.

-Toma. -dijo mi madre detrás de mí.

Traía un vestido azul de dos piezas muy lindo. Yo la mire.

-Ayer pase a comprarte algunas prendas, las que tienes te están quedando apretadas...Por cierto ¿no estás fatigada después de esa carrera del carro a aquí?

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