-¿Qué es lo que crees que va a pasar ahora, Jin?- inquirió la castaña mirando al chico frente a ella en la sala de prácticas de Big Hit.
-Leí que mantener tu mente ocupada con actividades, ayuda a la gente que está pasando por momentos difíciles. Y me costó mucho lograr que nos dejaran usar la sala, me levanté temprano y comí poco, así que encontraremos en qué eres buena, quieras o no. - Seok Jin sonrió entusiasmado.
-Pero no soy buena en nada, así que no tiene sentido. - Cielo se cruzó de brazos. - ¿Puedo irme?
-Nop.
La castaña tuvo que abstenerse de seguir negándose, ya que no serviría de nada. Resoplando, siguió lo que el chico le explicaba, copiando cada paso, escuchando música a la que no estaba acostumbrada. Había estudiado danza contemporánea cuando vivía en Argentina, hasta que su padre la había obligado a dejar la academia por sus estúpidos reclamos y celos. Para entonces, solo escuchaba música clásica y bailaba sola, en la privacidad de su departamento, rememorando viejos sentimientos. Seok Jin lo sabía, se lo había comentado levemente de camino a la agencia luego de obligarla a levantarse de la cama, muy temprano en la mañana.
Cielo cayó exhausta en cuanto repitieron la misma canción algunas veces; se arrastró hasta las botellas de agua y se tomó una completa en pocos minutos. Jin, estando más acostumbrado a los ensayos, simplemente se sentó a beber agua con tranquilidad. Molesta con que el chico le tuviese que enseñar a bailar un ritmo tan extraño para lo que ella estaba acostumbrada, se levantó con su teléfono y puso música latina, enseñando al chico algunos pasos básicos. Las risas extrañas por parte de los dos no tardaron en hacerse presentes, al ver las torpeza de ambos. La castaña estaba explicando como sostenerla y dejarla caer sobre su espalda con delicadeza, pero Cielo no tardó en en estar en el suelo cuando risas desconocidas se hicieron presentes; no solo porque Seok Jin la hubiese soltado, sino porque Cielo también se separó muy brusca.
La muchacha miró de donde provenía el sonido mientras el moreno la ayudaba a levantarse, disculpándose vergonzoso.
-Hola, Cielo. - Saludó TaeHyung con su sonrisa cuadrada.
-Mucho gusto, soy Kim NamJoon. - Saludó un chico con el cabello oscuro, sonrisa dulce y hoyuelos pronunciados.
-Y yo soy Park JiMin. - Mismo color de cabello, labios carnosos y sonrisa inocente.
-Y yo soy Jeon JungKook, es un placer. - El moreno hizo una reverencia, sus dientes parecidos a los de un conejo, le sacaron una sonrisa a la castaña.
-Mi nombre es Jung HoSeok, pero puedes decirme Hobi o J-Hope. - ''sol brillante'' es lo que definía al muchacho, tan animado, incluso siendo tan temprano.
-Soy Min YoonGi, también me dicen Suga. - Era de baja estatura, con facciones delicadas, casi parecía de mentira.
La castaña hizo varias reverencias completas, presentándose algo avergonzada y nerviosa.
-Yo ya debo irme a trabajar, mi turno empieza en un rato y ustedes deben ensayar...
-¿Te veré más tarde verdad? - inquirió Seok Jin persiguiendo a la muchacha hasta la puerta, ignorando las burlas de sus amigos.- ¿El almuerzo, como siempre? - aclaró mirando sus manos unos segundos.
-Claro, yo misma vendré si quieres...
-Estábamos pensando en ir al restaurante hoy, ya sabes, como a Jin Hyung le encanta la comida de allí. - Tae abrazó al nombrado por los hombros.
-Allí los espero, disculpen. - La castaña hizo otra reverencia y salió como alma que se lleva el diablo.
Llevaba tanto tiempo sin entablar conversaciones con otras personas que no sea el señor Kenotsuke... y sí, sólo el señor Kenotsuke. Se dio algunas palmadas mentales mientras iba a paso rápido hasta su motocicleta estacionada, se subió y arrancó, camino al una larga jornada de trabajo repartiendo y cocinando.Cielo estaba limpiando la mesa del mostrador, ya que la hora de reparto había acabado y su jefe la hacía atender a los clientes que fueran llegando. Muy concentrada en alternar sus tareas y comer su ramen medio escondida detrás de la mesa, no noto cuando los siete chicos entraron al restaurante. Casi se atragantó con sus fideos cuando escuchó las mismas risas que esa mañana, lo que la llevó a quemarse al tragar su comida tan rápido mientras levantaba la cabeza.
Seok Jin sonrió al verla y trataba de no reírse; antes de que la castaña lo insultara o le pregunté el porque de tanta risa, el chico le explicó que tenía un poco de comida en el rostro, y la ayudó a quitarla.
-¿Que van a pedir? - Kenotsuke hablo antes de que la chica diga palabra alguna guiñandole un ojo.
-Iba a preguntarles lo mismo...
-Ve a comer con ellos, el día está de lo más tranquilo, quemarte la lengua no hace ningún bien. - el mayor agarró los tazones que la castaña tenía de comida y los dejó sobre otra mesa, empujando luego a la jovencita hasta una silla.
Cielo puso los ojos en blanco y aguardó a que los chicos hicieran el pedido, Kenotsuke cocine y tomen asiento, para recién entonces comenzar a comer nuevamente, esa vez con cuidado de no quemarse todo el tracto intestinal. Estaba escuchando atenta lo que los siete jóvenes hablaban; tenía que admitir que era divertido escuchar las cosas que se les ocurrían, pero que eran demasiado ruidosos para lo que estaba acostumbrada. Solo había tenido que lidiar con su jefe y Jin gritando como gallina hambrienta, lo que seguro había demostrado en sus facciones, porque HoSeok inmediatamente le preguntó si estaba bien.
-Son muy ruidosos, pensé que solo Jin era así. - Aclaró la castaña que no sabía distinguir si sus comentarios podrían molestar o no a los demás.
Pero estuvo a años luz de resultar disgustante, puesto que el grupo entero estalló en escandalosas risas, que se contagiaron a la castaña de inmediato, luego de descubrir que Jin parecía alguien limpiando un vidrio. Estaba riéndose tanto por eso, que cuando intento explicar que le había causando tanta gracia, no le salían palabras cuerdas de la boca. JungKook fue el que entendió las señas raras que hacía, por lo que pasó a hacer de traductor para los demás, que le siguieron en las carcajadas.
-Ademas de feo te ríes extraño. - agregó Cielo, Jin se sonrojó mientras reía de frustración.
-Me sorprende que aunque hayas herido lo que él cree su mayor atributo, aún así te hable y se preocupe tanto de lo que haces. - YoonGi tenía los ojos como platos, su comentario había sonrojado entonces a Cielo, que parecía un tomate.
-Es mí super poder, caerle bien a la gente siendo odiosa. - bromeó la joven tratando de ocultar que estaba nerviosa.
Debía admitir que se sentía un poco mal de ser tan mala con Seok Jin, decirle que era feo todo el tiempo, solo para llevarle la contraria. Era atractivo, cualquier mujer con ojos y medianamente enterada de lo que es belleza física, sabría eso: era alto, atlético, y tenía una sonrisa que podría dejar en el piso a la gente. Pero no podía luchar con su propio genio, odiaba a la gente que era egocéntrica, porque una cosa era bromear con eso y otra muy distinta era creerse mucho por al tan efímero como el cuerpo o el rostro. Quizá inconscientemente quería enseñarle a Jin que era lindo por otras cosas, como el hecho de que se hubiera preocupado por una extraña que era odiosa y mal educada.
Mientras estaba debatiendo en su mente, en la radio del restaurante había empezado una canción de Twice que hizo a la morena rodar los ojos, ya que no le gustaban los grupos de chicas, pero su hermana los amaba, en especial Twice, con esa faceta tan adorable pero a veces ruda que podían llegar a tener.
J-Hope ya estaba bailando con JungKook, quienes aseguraban ser expertos en el tema, hasta que la castaña comenzó a corregir como bailaban Candy Pop. JiMin entonces le pidió que pase al frente a hacerlo ella y Kenotsuke hizo un comentario que podría haber sido de padre orgulloso.
-Es divertido verla bailar cuando creer que no la veo. - en anciano dejó otro tazón de ramen en frente de la castaña, que se levantó a bailar rodando los ojos, sintiendo que hacía el mayor ridículo del mundo.
Los siete chicos aplaudieron entre risas mientras la castaña hacia reverencias exageradas y volvía a su lugar a comer, porque sabía que aunque dijera que estaba llena, Kenotsuke la obligaría a comer, asegurando que estaba demasiado delgada. Lo cual era una gran mentira, pero no había mucho que acotar.
Así y todo, recibió interrogatorios de cómo podía contener tanta comida dentro de su cuerpo y no explotar. NamJoon parecía estar teniendo un dilema, haciendo cuentas matemáticas que lo expliquen, pero solo recibió un encogimiento de hombros por parte de la castaña.
Luego de pagar la comida, los siete chicos felicitaron al chef y saludaron amistosamente a la chica, que los despidió en la puerta con una sonrisa amable. Cuando estuvo dentro llevando los trastes a lavar, su celular vibró en su bolsillo trasero. Era un mensaje de Jin, avisando que quería invitarla a desayunar mañana con el resto de los chicos en su casa.
-¿Tan rápido te habló? Acaba de irse. - Kenotsuke había visto la sonrisa que se había formado en el rostro de la chica, que aunque lo negara, le agradaba tener con quién compartir el tiempo.
-No se de qué estás hablando. - Aseguró Cielo guardando el teléfono luego de contestar una afirmativa y volver a sus tareas antes de ir a casa.
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Worldwide Handsome ~ Kim Seok Jin
Short Story¿Hasta qué punto puedes escapar? Es una historia corta que se me ocurrió por escuchar musica en el auto, no aseguro su seguridad mental, chicas. Ya lo saben, no se aceptan ni copias ni adaptaciones. Respeten el trabajo de otros.