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   Cielo estacionó la moto mirando la última casa que quedaba por repartir y suspiró con pesadez. Se bajó aún con el casco en la cabeza y buscó el pedido en la mochila refrigerante de atrás, totalmente despreocupada. Avanzó hasta la casa, en una zona bastante linda en Seúl, realmente no podía creer que alguien que viva en un lugar como aquel pidiera una simple orden de ramen en el local japonés en el que trabajaba, pero dejó de darle tanta importancia cuando tocó el timbre.
   Frente a ella, había un joven, posiblemente de 26 años, con una expresión que le costó comprender. La muchacha levantó la orden con su mejor sonrisa cordial y aguardó a que el chico reaccionara al decir el precio. El moreno se disculpó un momento mientas gritaba algo a alguien dentro de su hogar, hasta que volvió su atención a la joven con una sonrisa que podría haber dejado a cualquiera en el suelo, pero no a Cielo.
   Esta aceptó el pago con una reverencia y se dispuso a contar el dinero que tenía mientras volvía hasta la motocicleta presurosa por llegar al restaurante, recibir su paga del día e ir a casa.
Su vida era muy rutinaria, y no exactamente porque quisiera, sino porque debía serlo. Desde que había comenzado a vivir sola en Seúl, tenía cosas que arreglar, fantasmas del pasado que quería olvidar de una vez por todas, y aún así, estar en otro país, no la alejaba del pesar.
Por otro lado estaba Kim Seok Jin, integrante de una banda famosa en el mundo, era talentoso y tenía el potencial de tener todo lo que quisiera con solo proponérselo, pero si tan solo hubiera sabido que tener que lo que deseaba entonces era tan inalcanzable, quizá se habría ahorrado todo el embrollo que pasaría en su vida, porque solo necesitó una sonrisa cansada y un par de ojos oscuros como la noche, para perderse incondicionalmente.

Worldwide Handsome ~ Kim Seok JinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora