Cielo estaba siendo atendida en una ambulancia fuera del galpón. El chaleco antibalas le había herido un poco la piel en el impacto, por lo que la doctora que estaba a cargo de ella, estaba revisando un poco la herida meditando si hacían falta suturas o no. La bala había cruzado la tela debido al lugar donde había dado, pero había evitado la muerte de la joven. Colocando un poco de anestesia local en el lugar, la doctora suturó hábilmente el pecho de la muchacha, que ni siquiera se había quejado por algún dolor. La doctora estaba limpiando la herida mirando curiosa en la misma dirección que la castaña, encontrándose con Seok Jin, que hablaba con los policías cruzado de brazos muy serio.
-Ya me acuerdo de donde te me hacías conocida. - Dijo la doctora con la mano sobre le pecho de la muchacha mientras colocaba un vendaje. - Eres la chica que fue al hospital hace un tiempo, la del intento de suicidio.
-¿Me conoce? - inquirió Cielo ligeramente confundida.
-Sí, cariño, yo fui la que te atendió ese día también. - Comunicó la mujer mientras terminaba con su trabajo. - De hecho fui quien te reanimó en la ambulancia. Dios, aún recuerdo como ese chico estaba corriendo contigo en brazos cuando llegamos, y cuando tuvimos que reanimarte, parecía como si fuese capaz de intercambiar lugares, jamás olvidaré su rostro cuando abriste los ojos.
Cielo se puso la camiseta correctamente otra vez mientras volvía a posar su mirada en Seok Jin, que ahora se encontraba hablando por teléfono, de seguro con Kenotsuke o alguno de sus amigos, explicando lo que sucedía. La castaña recibió una píldora de parte de la doctora, que estaba explicando como debía tomar los analgésicos y los antibióticos, cómo debía curar la herida y las posiciones en las que podía dormir el primer tiempo para evitar molestias. Agradeció a la mujer a tomando la píldora con abundante agua, descansando su agotado cuerpo.Cuando se despertó, se encontraba arriba de la camioneta, sentada en el asiento del copiloto, con Seok Jin bajando de su asiento del conductor. La castaña frunció el ceño meditando cómo carajo había subido al automóvil, y la respuesta de donde estaba le llegó en cuanto se giró a ver por la ventanilla. Vio a Kim abrir la reja de su casa y volver hasta la camioneta, esta vez del lado de su puerta, la cual abrió y miró sorprendido a la joven, que aún estaba muy desorientada.
Con una pequeña sonrisa, el muchacho la ayudó a bajar explicando que eran los analgésicos y el antibiótico, que la ayudaban a relajarse y a descansar, aunque la castaña solo podía pensar en lo cómodo que era estar entre los brazos del moreno, escuchar su voz hablando suavemente. Se sintió abrumada cuando entraron a la casa de los integrantes de Bangtan, y tanto los dueños como Kenotsuke, se acercaron a preguntarle si estaba bien.
Seok Jin la salvó de tener un colapso al decir que necesitaba descansar por un rato llevándola sin consultar hasta su habitación, en donde la sentó en la cama con cuidado y se alejó a buscar una camiseta para tirar la que llevaba, que tenía un agujero y sangre, no mucha claro, pero de todas formas no era algo que Cielo fuese a conservar de todos modos. Cuando se acercó a la muchacha, vio que estaba volviendo a quedarse dormida, por lo que acarició su mejilla hablándole para que se cambie la camiseta.
La castaña se sacó el abrigo que constaba en una sudadera de color azul viejo y gastado.
-No puedo sacarme la camiseta, me duele cuando hago mucha fuerza. - comunicó la joven mirando la camiseta que Kim le había entregado. - Necesito que me ayudes. - dijo tragando pesado, incómoda y desconfiada.
-Tranquila, sé que hacer. - El moreno pasó su camiseta sobre la cabeza de Cielo, que lo miró entonces confundida. - Así no veré nada, levanta tu camiseta hasta donde puedas y te ayudaré. El muchacho cerró los ojo paciente mientras Cielo hacía lo que le había pedido, soltando un quejido cuando llegó al límite de su capacidad.
Jin preocupado abrió los ojos buscando que la chica le diga qué le dolía, pero ésta simplemente asintió para que sepa que podía continuar. Kim tratando de tocar lo menos posible, terminó de sacar la camiseta de la muchacha, pasando las mangas una a una fuera de la que iba a desechar, y luego por las mangas de la que le pertenecía. En cuanto terminó, abrió las sábanas de la cama y ayudó a la castaña a meterse entre ellas para poder descansar.
-Quédate, por favor. - rogó Cielo tomando la muñeca de Seok Jin cuando éste se dispuso a irse. - Solo hasta que vuelva a dormirme.
- Estaré aquí hasta que despiertes. - Aseguró el muchacho metiéndose a la cama en el espacio que la castaña había dejado al moverse. No se opuso cuando la chica lo abrazó por la cintura como pudo, fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba llorando. - Ya estás a salvo, Tengoku, no llores...
-No es eso... quiero explicarte todo lo que pasó...
-Ya lo sé, el detective me explicó todo, no necesitas decirme nad...
-Lo siento. - La castaña estaba entonces sentada en la cama observando al chico a los ojos, llorando sin parar. - Debí quedarme el día que te dispararon, decirte todo lo que pensaba realmente.
-Cielo...
-Eres un idiota, realmente lo eres, pero así te quiero y los días que estuve lejos fueron como si me estuviera muriendo, como si cada minuto me desecara, me pudría desde dentro... Por favor perdóname por ser tan insoportable y terca y molesta, por gritarte cosas horribles siempre cuando no es lo que realmente opino...
Seok Jin silenció por tercera vez a la joven, pero esta vez colocando sus suaves manos sobre las mejillas de esta, limpiando el recorrido de sus lagrimas, sonriendo levemente con lágrimas acumuladas en sus ojos de estar escuchando las únicas palabras que aliviaron su mente y sentimientos. Cielo no podía hablar aunque eso quería; le temblaba el labio inferior mientras lloraba, por lo que Seok Jin dejó un tierno beso sobre éste antes de rodear el pequeño cuerpo frente a él, en un abrazo. Sintió los brazos de la chica abrazarlo mientras sollozaba en su hombro.
Seok Jin pudo sentir la tranquila respiración de Cielo cuando se quedó dormida otra vez, por lo que la recostó y se levantó con cuidado para poder ir a la sala. Sus amigos lo vieron salir de la habitación y se pusieron de pie de inmediato, preguntando si estaba todo bien, que habían escuchado a Cielo llorando hacía un rato. Kim abrazó al que tuvo más cerca, resultando ser YoonGi, que correspondió dando palmadas a la espalda del mayor; los demás se sumaron al ver los ojos aguados de Seok Jin.
-Estará bien, todos lo estaremos. - Aseguró Seok Jin bebiéndose un vaso de agua completo y volviendo a la habitación limpiándose las lágrimas.
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Worldwide Handsome ~ Kim Seok Jin
Historia Corta¿Hasta qué punto puedes escapar? Es una historia corta que se me ocurrió por escuchar musica en el auto, no aseguro su seguridad mental, chicas. Ya lo saben, no se aceptan ni copias ni adaptaciones. Respeten el trabajo de otros.