Masturbación

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Tengo que admitir que siempre me ha encantado el tema del sexo, ya desde pequeña sentía curiosidad y necesidad por saber más... Tanto así que empecé por juntarme con personas más grandes que yo, sobre todo con chicos, para saber más sobre la sexualidad.

No tarde en empezar a ver por la televisión escenas eróticas donde mujeres tocaban su intimidad, y dónde hombres les hacían de todo... Yo me quedaba boquiabierta con esas imágenes delante de mis ojos, era como si a mi alrededor se detuviera el tiempo, era bastante fascinante que dos personas se hicieran eso y les gustara.

No obstante una vez, (espero no ser la única) me pilló mi abuela viendo eso, la verdad fue bastante incómodo; cruce de miradas, boca apretada, tambaleos raros en el sitio.

En definitiva, un caos.

Me encerré en mi habitación durante varios días, cuales días, ¡Semanas!

Mi abuela era de esas personas que no solían darte la charla, y como mamá estaba ausente tenía la gran suerte de no tener esas bobas charlas incómodas sobre algo que no van a saber explicarte hasta que tú misma lo vivas.

Bueno, querido cuaderno, de eso se trata, te contaré la primera vez que me toque lo que sé ahora que es el Clítoris. Aunque en su tiempo yo lo conocí como "Botón del placer"

Mucha gente determina que el Clítoris es el "Punto G" pero nah, eso solo es una leyenda urbana.

Aquel día espere a que se hiciera de noche y todos durmieran, pues está de más decir que obviamente sería desastroso que me pillaran también tocándome la almeja.

Metí la mano por mi pantalón suavemente, sin prisas, y entonces fui acercándome ahí acariciando con mi dedo suavemente, al principio era una caricia casi imperceptible pero pronto empecé a sentir un cosquilleo satisfactorio por la zona, me gustaba... Mucho. Apreté mi dedo más en la zona haciendo que éste se estimulara más aún y sin darme cuenta empecé a emanar gemidos, aunque en ese momento no me importaba. Podía notar un líquido saliendo de uno de mis orificios, el cual en aquel entonces no sabía ni cómo se llamaba, lo que hoy sé es "Vúlva". Era la primera vez que me excitaba de aquella manera y no sabía cómo sentirme. Paré un poco a meditar si debía seguir.

Quise continuar la verdad, no me gustaba dejar a medias lo que empezaba y menos si se sentía tan bien... Comencé a imaginar a alguien una persona, aunque no le puse cara, supongo que era porque en aquel entonces no gustaba de nadie pero me gustaba imaginar sus manos encima de mí, apoderándose de mi intimidad.

Sentí mi dedo un poco seco al volver a tocar mi zona, y no se sentía igual, como por instinto baje mi dedo a donde sentí la humedad y lo moje. Volví a tocarme y ahí estaba otra vez, ese placer intenso que me hacía gemir como loca, me dejé llevar un poco más a lo que comencé a acariciar mi abdomen un poco y a quitar mi ropa por calor, estaba ardiendo.

Sentía unas intensas ganas de hacer pis a medida que me iba tocando más y más, aunque me negaba a parar, más bien mi cuerpo se negaba a ello, empecé a jadear en mi cama fuertemente y a moverme al compás de mi mano. Por momentos pensé en parar pues no quería manchar mi cama de pis, pero quise olvidar esa tonta idea ya que lo estaba pasando muy bien. Continúe.

Comencé a apretar mis pechos también, los gemidos eran cada vez más fuertes... Era increíble. En ese momento no era consciente de que me podían escuchar, pero mucho no me importó.

Estaba apretando mi colchón con las uñas, parecía ya toda una poseída por el placer y entonces lo sentí.

Mi abdomen se contrajo y mi espalda se arqueo por sí sola, un fuerte placer inundó mi zona dejándome sin aliento por unos segundos y comencé a respirar demasiado agitada.

Estaba tremendamente sorprendida.

Me empecé a reír sola al saber lo que había descubierto, y lo bien que se sentía. Pasó por mi mente la cantidad de mujeres que tienen vergüenza a hacer esta clase de cosas y sentí pena por ellas.

Hoy en día a mi edad en pleno siglo XXI aún hay gente que piensa que la masturbación es algo obsceno y de hombres, pero querido cuaderno, ojalá todas las mujeres descubrieran lo que yo descubrí con tan solo 9 años.

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Vaya con Mía. ¿Quë más tendrá para enseñarnos?

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Muchas gracias n.n

Atte: Amanda ML

Las Vivencias de Mía.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora