Todos podemos quemar viejas fotos para que no quede rastro, pero sin lugar a dudas, jamás podremos borrar los recuerdos de nuestra memoria.
Querido cuaderno, me preguntó cuántas niñas a mi edad ocultaban sus miedos escondiendo su cabeza tras las sábanas, esperando a que eso la protegiera... Bienvenidas al mundo real chicas, aquí es donde las niñas debemos abandonar nuestra coronas de plástico y entender que ni tú príncipe azul vendrá en un caballo, ni sacará su espada para defenderte, y bueno... Si saca la espada no creo que haga otra cosa más que disparar leche. (Al menos la mayoría)
Hoy quiero hablar de dos personas a las que, no le he dedicado ninguna hoja y eso que son importantes para mi, empecemos por Carmen; es la principal persona de mi día a día, ella es mi abuela; considero que es la mujer más fuerte que han visto mis ojos, y de la que a pesar de los múltiples golpes recibidos por su marido nunca le faltó tiempo para sus siete hijos, padres y hermano y nietos.
A pesar de todo, ella siempre quiso que yo tuviera una infancia normal, que fuera feliz que tuviera amigos que supiera encajar. Fue a mi a la que no le fue bien haciendo amistades... Por más que ella tratará yo no era... De hacer amistades, a pesar de que hablando soy una persona muy sociable considero que no todo el mundo merece mi amistad, porque luego por nada o por todo se van.
Sin embargo como todo el mundo... Esa amiga llega, ella se llamaba Mulán, sí como la princesa, aunque su madre siempre la llamara por su nombre (verdadero) ella solo contestaba a Mulán, aunque yo le decía Mili.
Ella era 2 años menor que yo, pero a pesar de eso jamás tuve reparos en qué fueramos amigas, ciertamente ambas sabíamos que éramos uña y carne.
A ella la conocí por casualidad, en su peor momento. Acababa de cortar con el novio, y este se encargó de difundir unas cuantas fotos subidas de tono que ella le envío cuando estaban juntos. Todos empezaron a juzgarla, como si las demás no lo hubieran hecho, como si tuvieran el derecho de catalogarla como carne... Sin embargo yo la entendí, entendí que se sentía sucia y usada, y que por desgracia le tocó ser el cebo en un mar de tiburones locos por tapar sus miedos e inseguridades en otros.
Y entre consejo y chiste, conocí a una persona maravillosa, a una persona a la qué quise muchísimo tanto como si fuera mi hermana.
Hacíamos todo juntas, no era yo sin ella, ni ella sin mí, pasábamos meses sin hablar porque ella tenía que estudiar muchísimo en su escuela y tenía cosas que hacer pero siempre volvíamos a estar juntas en cuanto tenía tiempo... Sí todo era tan perfecto.
Lastimosamente la que no estaba bien era yo, yo le tenía un gran rencor y asco a los hombres los repudiaba, me parecían los seres más falsos e hipócritas del mundo, como si solo fueran algo que Dios puso ahí por error.
Y por desgracia ese odio... También lo adquirió ella, cuanto más nos conocíamos más parecía su hermana mayor, y ella quería ser yo, ser como yo y me imitaba, al principio juntas nos reíamos de los hombres, nos burlábamos de ellos, les hacíamos creer que estábamos locas por el, que nos pasarán fotos y nos reíamos, los humillabamos, era nuestra manera de sentir que teníamos el poder... Sobre todo yo.
Los problemas empezaron cuando ella se enloqueció con un chico, el más vulgar, ese tipo que sabes que es un mujeriego, que le va a hacer daño, sin embargo no quería soltarlo... Me lo presentó y supongo que presentarlo para ella fue su gran error.
Él solamente al escuchar mi voz mostró interés en saber más de mi, digamos que no era un chico muy avispado pues me decía piropos a pesar de tener a mi amiga ahí escuchando.
A mí no me hacía gracia la idea de que alguien así estuviera con ella y le hiciera de nuevo daño... Así que hice lo que mejor sabía hacer: Seguirle el juego a un Hombre.
Hice que él me buscara día a día y la mostré de mi personalidad lo que sabía que a él, le gustaría más de mí. En tres días ya lo tenía loco diciendo que quería dejar a mi amiga por mi y quería mostrarle las evidencias a mi amiga.
Cuando lo hice paso justo lo que no pensé que llegaría a pasar y es que me acabo echando la culpa de que el la dejara.
En cierta parte, fue feo que ella sintiera que fue con su mejor amiga, por otra parte el que es perro es perro y de eso no tiene culpa nadie, si no iba detrás de mí le iba a engañar igual.
¿Qué pasó con ella?
¿En realidad quieres saberlo?Se alejó.
Y a medida que lo hacía yo me sentía más sola muy sola.
Al menos hasta que Anthony apareció.
¿Qué quién es Anthony?
Oh bueno... Más adelante lo sabrás.
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Las Vivencias de Mía.©
Teen Fiction¿Estás leyendo esto persona irrespetuosa y osada? ¿Sigues? Aún estás a tiempo de parar y dejar de husmear donde no te importa... ¿No tienes vergüenza no? Bueno, ya que te vas a convertir en mi maldito/a confidente, al menos déjame advertirte persona...