Mi profesor. P.1

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Todos en esta vida tenemos una persona que nos rompió y nos dijo... “Ahora construyete" como todos yo también caí en esos juegos.

Querido cuaderno... ¿Estás listo? tal vez hoy se derrame un poco de la tinta de mi bolígrafo... Pero prometo intentar no tachar nada.

Como cada mañana solía ir al instituto a pie, pues ni vivía tan lejos, ni me podía permitir el lujo de que me llevará un Bus.

¿Soy a la única que le ha pasado que no da una en ciertas mañanas? (Soy un poco desastre) así que a veces me tocaba ir a una cafetería a comprar el desayuno... Todo el mismo proceso:

Abres la puerta, suena una campanita molesta y ruidosa en señal de tu entrada, la camarera rubia teñida de unos aparente 45 con busto demasiado grande mascando chicle viene a atenderte y te quedas pensando la cantidad de hombres que han pasado por su boca... Sí... Así pienso yo.

Pero esa mañana fue... Distinta, una segunda campanita sonó, y dejó ver a mi antiguo profesor Mario. Por un momento pensé que me siguió en aquella ocasión... Pues nunca lo vi por allí, la cosa es que él parecía no saber quién era yo, y yo no me moleste en entablar una conversación con él.

Todavía me sobraba tiempo, así que pedí una Dona y un Café y me fui a sentar.

Todo marchaba bien hasta que Mario paso por al lado de mi, chocando con mi maleta y vertiendo toda su bebida encima de mí.

¿Ya te imaginas no?

Luego de disculpas y mas disculpas el quedó mirando mis ojos.

“¿Pequeña Mía?”

Y aunque eso no debía significar más de que se dio cuenta de quién era, fue el inicio de una larga conversación la cual sin saber cómo, acabo en su casa, encima de él devorando su boca.

¿Crees que la cosa no puede ir a peor Cuaderno? ¿Qué dices? ¿Que valgo más que eso?

Oh... Pues no... No acabo ahí, luego de aquellos besos, me empecé a excitar como una perra y empecé a jadear en su entrepierna.

Comprendeme llevaba meses sin tener sexo.

Él parecía estar acostumbrado, en ningún momento hizo ende a mi edad o puso problemas, al contrario parecía muy satisfecho con poder morder mis pezones por encima del sujetador. Era un maldito experto.

Me tenía totalmente sorprendida porque parecía no querer que yo tuviera el poder... Y eso me gustaba. Maldita sea. Era jodidamente increíble que me estuviera dejando llevar.

Sin pensarlo dos veces le arrebaté su camisa... (La verdad es que estaba más bueno de lo que yo recordaba en ese entonces) dejé mordidas por su cuello, pecho y abdomen.

“Sigue bajando tu sucia boca de zorra ¿O te da miedo?”

Si había algo que me pusiera en esta vida a mojar todo, eran los retos sexuales, y no fue para menos, tal vez una chica sensata y normal no hubiera desabrochado los pantalones de su profesor, ni quitado su boxer ni metido todo su pene en la boca, lamiéndole el glande, pasando la lengua de arriba a abajo y mordiendo sus testículos de vez en cuando... Pero yo ni era normal ni era sensata.

Tomé sus testículos con una mano y los apreté fuertemente mientras lo miraba a los ojos con mi boca atragantada por su gran pene.

Podía notar como se iba dejando llevar por el placer que le causaban mis labios.

“Me voy a venir”

Quité mi boca cuando estaba a punto y se enfureció. Tomó mi cabello y tiró de mí hasta ponerme en pie y guiarme hasta la encimera de la cocina. Me puso encima y me obligó a ponerme en cuatro. Abrió la nevera y saco algo, segundos después pude notar algo frío por mi vagina y empecé a gemir como una zorra.

Comenzó a lamer, y yo me movía en su boca, con su dedo pulgar masajeaba mi ano y joder, eso me gustaba.

Empezó a meter sus dos dedos en mi vagina y a darme nalgadas, me obligó a moverme en su mano al compás, metió un tercer dedo y mordió mi nalga.

Saco sus dedos de la nada y al sentir el vacío me quejé, me bajo de la encimera poniéndome contra una ventana cercana y empezó a embestir mi vagina desde atrás. Mis tetas botando chocaban con el cristal a pesar de que aún llevaba el sujetador del cual me desprendi solita.

Abrió un cajón de su cocina y saco un maldito preservativo sin parar de meterla. Lo abrió con la boca y la saco un momento, no tardó en ponérselo y volver a entrar en mi.

“Tenemos audiencia”

Levanté mi cabeza para ver a lo que se refería y en la ventana de en frente había un chico que nos observaba.

No niego que sentía mucha vergüenza pero a la vez sentí tanto morbo que no tarde mucho más en venirme con Mario.

Tocó mis pechos mientras mordía y besaba mi cuello ante la mirada del individuo y me llevo a su cama.

¿Qué si esto fue una experiencia sexual más? Ojalá. Esto solo fue el inicio de...

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Wow, con su profesor. O.O Mía no dejas de sorprenderme. ¿Qué más nos ocultara?

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Muchas gracias a mis lectores/as por su gran apoyo. :3

Atte: AmandaML

Las Vivencias de Mía.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora