Mi Profesor P.2

8K 106 4
                                    

Hablemos claro, ni yo era Pretty Woman ni Mario iba a volverá. a una zorra una princesa.

Mario para mí, era una de esas personas que, por más que intentes entrar en su mente y saber qué quiere, es un laberinto emocional, ni él sabe lo que quiere. Tanto así que había días que podía demostrarte que eras todo para él y otros en los que parecías sobrarle.
Él y yo comenzamos lo que yo definiría como una relación a escondidas. La diferencia de edad era obvia y no estaba preparada para someterme a tesis diarias del por qué con él y no con un chico de mi edad.

En aquellos meses al principio todo fue normal y bonito, pero como se suele decir el tiempo lo desgasta todo ¿no? Y sí no fue para menos el tiempo desgasto su amor, sí el de él.

¿Y yo?

Oh bueno, mi querido y amado cuaderno, no sé si haya personas en el mundo que al igual que yo, hayan estado tan ciegas que no quisieran ver lo evidente.

Las cosas fueron cambiando a medida que avanzaba la relación, el instituto había ido pasando a segundo plano y las escapadas a su casa eran cada vez más frecuentes y con ellas la rara manifestación de sentimientos posesivos de Mario.

«Eres mía, sólo mía, no quiero que le hables a nadie solo a mí.»

Y bueno al principio lo veía normal, una cosa de pareja y tal, unas simples palabras de amor, pero honestamente el amor no te ata ni te pone límites, tampoco te dice cómo vestir y con quién hablar, ni te insulta por ponerte un escote o unos shorts.

Y sí así fue el cuento perfecto de Mía u sus escapadas se transformó en una relación totalmente tóxica e inaguantable.

Cuadernito, cuadernito, ¿Quién de los dos salió más herido?

Sí, yo.

A pesar de intentar terminar con él en repetidas ocasiones me sometió a el a base de inculcarme miedos y amenazas.

Esa relación parecía no tener fin nunca y yo había comenzado a vivir un infierno, ya de últimas no teníamos a penas sexo y cuando teníamos no me gustaba ni siquiera me apetecía.

Se me hacían eternos los días, mis problemas familiares aumentaban por momento y todo se acumulaba.

Un día de repente unos meses antes de cumplir mis 17 de la nada me dejó, me dijo que había otra y que no podíamos seguir así.

Y para mí fue como ver el cielo abierto a la luz. Sonara cruel pero después de años de tortura haberme visto libre era una sensación de alivio increíble.

Recuerdo que me despedi de el haciendo un drama por miedo a que si me veía tranquila se arrepintiera y me echo de la casa.

Lo primero que quise hacer después de eso fue entrar a una escuela y estudiar y formar una coraza nueva.

Honestamente después de aquella asquerosa relación no quería volver a saber nada.de.los hombres, me había visto justo como jure nunca verme por un hombre y eso sería algo que no volveria a permitir.

Digamos que ya que no podía arrancarme el corazón me termine de hacer de piedra no quería saber nada de amor, me dedicaría a disfrutar mí cuerpo y mi vida a base de hacérsela de cuadros a cualquier hombre que se las diera de listo... Esta vez la Dominatriz sería yo.

Y ya imaginarás lo que viene después de eso... Ya sabrás querido cuaderno que nada bueno hay detrás de un pasado oscuro y abusos de un hombre por años. Así me hizo la vida en aquel entonces pero te seguiré escribiendo en otro momento... Debo ir bueno... Mis razones tienen nombre y apellido pero dejémoslo en. «A»

******************
Muchas gracias a todos los que apoyáis este libro, son ya casi 3 Mil visitas estoy feliz.

Gracias por esos votos, comentarios.

:3 Jesús y yo estamos trabajando en un nuevo proyecto... Aún no sabemos si publicarlo y eso dependerá de ustedes.. besos...

Las Vivencias de Mía.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora