003

102 17 2
                                    


Kim

Levante mi cabeza al escuchar ese nombre, lo miré, era él ¡Por dios era él! Nos quedamos unos segundos mirandonos pero después  fue como si no controláramos nuestros cuerpos y ambos nos abrazamos, era el único rostro que conocía desde que llegue.

La palabra sorprendido se quedaba corta con lo que sentía en este momento.
El abrazo era cálido sin duda de los mejores abrazos que jamás había tenido en toda mi vida. Al separarnos él fue el primero en hablar.

-¿Cómo llegaste...aquí?-se veía realmente sorprendido.

Mire de reojo adentro a su apartamento. Lo notó.

-Perdón, pasa-se hizo a un lado para dejarme entrar-Bueno, estas es tu nueva casa, tu cuarto esta al fondo del pasillo-señalo la dirección-Toma asiento-me llevo hasta el comedor donde veía que tenía bastante comida. Tome asiento. Mi estómago rugió de hambre a lo que el río-Puedes comer si quieres-fue por un plato junto con cubiertos y me los entrego.

-Gracias-hable, tome el primer bocado de un platillo llevándolo a mi boca, era delicioso-Creía que estabas muerto-le mire.

-Mm.. no quería que difundieran aquella información falsa, pero después de pensarlo me di cuenta que realmente no había nadie que se preocupara por mi allá afuera, de seguro mis tíos celebraron desde el día que no regrese-mostró una sonrisa dolorosa-bueno, nadie me conocía así que fue una buena decisión-finalizo.

-Yo te conocía, me sentí mal al enterarme, no sabía si estabas bien, si esos tipos te habían maltratado todos esos años hasta el punto de matarte, sentía culpa-le dije totalmente sincero, era la verdad pues me sentía culpable.

Él mostró una sonrisa cálida, muy hermosa.

-No te sientas culpable, aparte me siento bien por que fue lo mejor que me pudo haber pasado en toda la vida, lamento preocuparte-tomo sus palillos para comenzar a comer-Deberíamos comer si no se enfriará la comida-dijo.

Asentí y le sonreí.

Estaba disfrutando cada bocado, ambos comíamos disfrutando el ambiente entre nosotros. Lo mire comer, realmente estaba más guapo desde la última vez que lo vi, ahora tenía músculos muy formados y marcados, sin duda alguna era muy guapo, su piel igual de morenita que siempre.

Hermoso y sexy.

Solo esas dos palabras podían definir a este hombre.

-Llegue aquí por tu culpa-hable después de terminar de comer.

-¿Qué ?-me miro sorprendido.

-Después de enterarme de que habías muerto cada día te iba a visitar al cementerio, hablaba bastante cuando iba contigo-reí-un día al salir estaba demasiado obscuro, era demasiado tarde, ese día había sido uno muy terrible para mi por lo cual mi mejor amigo me acompañaba para que no hiciera una tontería y lo único que quería hacer era que alguien me escuchara sin juzgarme, es irónico ya que estabas muerto-Sonreí-al salir me encontré con la camioneta, la recordaba perfectamente pero ya no tenía fuerza para correr así que lo único que hice fue quedarme parado justo enfrente, pero mi amigo no sabia nada y lo lamento por él, por que también lo arrastre hasta aquí.

-Oh no lo sabía, perdón por no hacerte saber que de alguna forma que no estaba muerto pero nadie podía enterarse-me lo dijo con un tono muy sincero.

Asentí, lo entendía.

-Buena creo que sera mejor dormir, es muy tarde y mañana tengo que enseñarte todo el lugar que no es nada pequeño por cierto, asi que vamos a mi habitación te daré algo para dormir y que puedas quitarte ese horrible uniforme azul-me lo habían dado cuando llegue-cuando llegue yo recuerdo que el color era mas apagado-se levantó y me hizo un ademán con la mano en señal de que lo siguiera.

Caminamos por un pasillo hasta llegar a su habitación al menos estaba justo enfrente de la mía, genial, dormiría justo enfrente del chico que creía muerto.

Al entrar vi una cama matrimonial con un edredón blanco, sus muebles eran obscuros, tenía un escritorio al lado de su cama pegado a una pared con papeles junto con una computadora, arriba de este tenia un pizarron el cual tenia cosas que no comprendia, había otras dos puertas donde una de ellas tenía al lado una fotografía colgando de un paisaje hermoso, al lado izquierdo de ellas había una mesa junto con unos sillones color gris, claro, junto con una alfombra del mismo color. Una pantalla justo enfrente de la cama, demasiado grande.
Y por último tenia un balcón la pared que daba justo al balcón que era de vidrio por el cual podías ver  los hermosos árboles, podías sentir el aire fresco, apuesto que cada mañana podías despestar por el sol pegar en tu cara.

-Toma-me extendió una pijama que no vi cuando ni de donde la saco por estar metido en mis pensamientos.

-Gracias-dije.

-Bueno, creo que sera mejor que descanses ya que mañana tenemos un largo y duró día por delante-se veía algo agotado.

-Tienes razón-camine afuera de su cuarto-Por cierto gracias Jungkook-hable sincero.

-De nada, buenas noches Taehyung.

-Buenas noches Jungkook.

Cerré la puerta de su cuarto para caminar al mío, abrí la puerta de este y antes de entrar escuche el sonido de su puerta abrirse para después escuchar su melodiosa voz.

-Estoy feliz de tenerte aquí-dijo.

-Yo también estoy feliz de estar aquí-voltee a verlo, ambos sonreímos.

Volvió a su cuarto cerrándo la puerta y yo entre al mío.

Hoy dormiría a lado del chico que creía muerto.

Genial.










Se que mis lecturas son algo diferentes a las de las demás chicas y eso es lo qué hace a esta historia especial :)

ESPIAS I La ConexiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora