•Dallen•
A la mañana siguiente al despertar Gareth no se encontraba a mi lado, pero logré escuchar el sonido del agua en la regadera, por lo que supuse que se estaba bañando.
Quería descansar un poco más, por lo que me enrollé nuevamente en las sábanas y cerré los ojos.
— ¡DALLEEEEEEN! — los cuales volví a abrir cuando Frank gritó escandalosamente al entrar al cuarto, azotando la puerta en el proceso — revisé tu mochila-maleta y vi que no tienes casi nada de ropa, así que después de Gareth entra a bañarte rápido para que podamos ir al centro, ahí hay muchas tiendas con buena ropa — y después de eso, salió rápidamente del cuarto para dejarme solo.
¿Qué hacía revisando mi ropa?
(. . .)
Íbamos por la cuarta tienda, Frank no paraba de elegir conjuntos que creía que se verían lindos en mí para después obligarme a probármelos. Yo no opinaba nada al respecto porque:
1- No tenía idea de lo que estaba de moda, ni tenía interés.
2- Odiaba estarme cambiando a cada rato, pero después de ver cómo me quedaba amaba el conjunto.
Por lo que aprendí rápidamente que debía dejarme llevar por Frankie y su extraña manía de comprarme ropa.
— Hermanito, quita ya esa cara de sufrido y camina más rápido, aún nos faltan muchas tiendas por ver — habló Frank parado a un lado del camino para dejar pasar a los demás mientras movía su pie de manera rápida y rítmica. Poco después llegó Gareth, cargando 10 bolsas llenas de lo que había elegido su hermano con una aura no muy feliz.
— Tal vez podrías ayudarme con algunas de tus compras y así caminaría más rápido — ironizó el menor, a lo que el otro le dio una sonrisa y negó.
— No puedo, yo soy quien escoge la ropa del niño, jamás dejaría que alguien como tú decidiera qué se va a poner esa linda criatura — finalizó ganándose una mirada de reproche por parte de Gareth.
— Yo puedo ayudarte, puedes darme las que estén menos pesadas si quieres — me ofrecí, pues yo tampoco llevaba nada.
— Tú no debes de esforzarte — hablaron al unísono.
Suspiré y seguí caminado, negando con la cabeza. Esos dos nunca dejarían de sobre-protegerme.
Por alguna razón que aún desconozco, levanté la mirada, y al hacerlo pude ver una rubia cabellera que me era muy familiar.
— ¿Erick? ¿Por qué estás aquí?— pregunté asombrado. Sus orbes verdes voltearon a verme, y ahí me di cuenta de la importancia de la situación.
Mi mejor amigo estaba fuera, y solo.
— ¡Dallen! — exclamó al verme con sus ojos llorosos. Corrió el leve tramo que nos separaba y se lanzó a mis brazos, como siempre hacía cuando estaba feliz o asustado — ¡Santa mierda! ¡¿Qué estás haciendo aquí?! — preguntó esta vez en leves sollozos y con su cara enterrada en mi cuello mientras se aferraba a mi con todas sus fuerzas.
— Esa es mi pregunta, ¿qué rayos haces tú afuera, solo y lejos del edificio? — pregunté correspondiendo el extraño abrazo que se había formado. Algunas personas que pasaban por ahí nos veían intrigados, sin saber todos los problemas que nos rodeaban y que tendríamos que enfrentar.
— Es una larga historia — respondió después de haberse calmado un poco, seguido de eso bajó de mis brazos y se limpió los pocos rastros de lágrimas que había en su rostro para después dedicarme una dulce sonrisa.
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Temporalmente Mío (Gay)
Romance"Cuando te tratan como a un objeto, como basura, como si no valieras nada, es imposible creer que existe el amor." - Dallen "Al ser utilizado y ver cómo utilizan a los demás, a la persona que amas, deseas ser Dios para poder cambiar las cosas y re...