EL PRÍNCIPE DE LOS SUEÑOS

LOS CRISTALES

Un rayo de luz, bajo con un ángel a caballo.
Un trueno dorado, con dos ángelus sobre las ruedas del cuerno.
Un relámpago azúl, montado trajo a dos duendes.
Uno era casi humano,
el otro casi hermitaño.
Uno era ojos grises tirando al azulado cielo, el otro era ojos fuego, tirando a rojo sangre.
Sus nombres eran Satun,
El otro Lucifern, uno lo trajo la neblina con tisú, el otro la bruma de la mar.

En sus manos Satun, tenia dos portales tierra y aire, y la selva verde de las montañas.
Lucifern en sus manos fuego del relámpago, agua del mar azul.
Sus pies era torbellino errante, y ligero al viento.
Sus dedos eran índigo púrpura. Y sus orejas alas doradas.

Lucifern tenía pies del trueno y orejas flotantes. Corría con las coordenadas de los trópicos.
Saturn se movía, con las corrientes de las cáscadas, y espumas del mar.
Poseían el don de la adivinación, traslación del aire.
Dominaban al tiempo, lunar y terráqueo.
Domaron los misterios del mar la tierra y los cielos terrestre.

Satun y Lucifern eran hermanos gemelos, eran oposición, uno con corazón blanco y el otro corazón púrpura.
Una poseía la razón y el otro el corazón el misterio del "amor".

Un candelabro de plata, una estrella dorada.
Un bastón de acero y piedras de cristal.
Una bolsa de oro, un cuerno de plata.
Un recitario de Túnez, un rosario del papa Pío, dos cruces escocesas, dos campanas del altar del templo ruida y del templo mudra.
Uno poseía un castillo en la ciudad del mago de Oz, el otro un castillo en la morada del mago Merlín.

Uno un pez dorado del mar de Noruega, el otro un pez plateado del mar de plata.
Uno bailaba el merengue de la Dominica, el otro la salsa de Puerto Rico.

Uno cantaba flamenco, el otro tocaba la acordeón de la ciudad de León.

Uno amaba al Príncipe de los sueños, otro odiaba las rimas de Fedor.

Los dos llegaron en Luna Llena, y buscaron al Príncipe en la ciudad perdida de China, en el templo budista del Himalaya.
Rebuscaron en la mar, y no le hallaron, subieron a las montañas de los Alpes Suizos, y no le encontraron.
Fueron al bosque de Canadá, preguntaron a las Hadas y elfos, a las ninfas y duendes de los bosques grises.

Un bufón del castillo de los príncipes de Gales. Les envío a la Ciudad de Panamá.
Les mencionó que al Príncipe lo habían mirado caminando por las calles de Calidonia junto a su perro, nombrado corazón valiente.
Era un sabueso mezclado galgo de la perdiz.

El príncipe compraba hojas de menta y eucalipto, yerbas aromáticas de albahaca y rompe corazones, aceite de castor y bacalao.
Semillas de linaza con aniz.

También compro el tabaco de Tobago, con las hojas de té.
Planta de ruda y tilo, además una olla para cocer corozo de palma real, y pepas de pisbaes.

Granos de mostaza, y café.
Traían dos cristales, uno de oro, y otro de plata, al unirlos creaban el portal dorado, y en un saquito azul, los cristales de cuarzo y ámbar, la piedra onix y zafiro,  diamante y rubíes.
En un calcetín llevaban, las pepitas de oro, y semillas de Marañón, un lazo rojo para atar el corazón.

Eran dos cristales de cuarzo rosa y violeta, envuelto con lana de oveja, y lino del oriente.
Recitaban a coro un corrido, para hipnotizar.

Así, cristal dorado, abre la puerta para un enamorado.
Cristal plateado, cierra la puerta para los pelaos.

Luz de sol, rayos de plata, deja pasar los gemelos, del Saphir, luz de la Luna gris, deten al duende de Or y al Príncipe de los sueños.
Yo fedor al escuchar el recital, somnoliemte me tomé un tilo, y como quien tira un tiro, quede dormido, junto a la mampara de los cristales.

H.Reyes (príncipe de los sueños)