LE FORTUNA

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El carruaje del tiempo se detuvo, el Príncipe Fedor abrió sus ojos, y sonrió de nuevo.
Los lirios eran henchido por las perenne gotas del Rocío.
Consternado no recordaba nada de los sucesos pasados, la diosa FORTUNA le producía una irresistible paz, eran los años que adormecido, soñaba con las historias, del cuerno de monedas de oro, las copas de vino púrpura, del asado de pavo y los frutales de primavera.

Ummm.. expiraba y vaciaba sus pulmones del tibio bostezo de aire añejo.
Si, los malos recuerdos eran del pasado.  Ya no los revisaba, eran días de felicidad, su corazón palpitante en conjugación con la paz y felicidad otorgada, por Le FORTUNATA.

Jaaa....reia y su corazón crecia de euforia, exclamó¡ Soy Fedor Príncipe de los sueños.

Un día no muy lejano mis riquezas aumentarán así lleno de fortuna viviré.
Muy cerca de la ventana, una enredadera de fresas.
Siluetas creativas figuraban un borroso rostro, no puedo esclarecer que es, un niño, una damisela, oh mi rostro refractario en el ventanal.

Un alegre coro llamó mi atención, se escuchaba con tenue voz infantil.
Decia: Que rápido corren los carros, llenos de azúcar por el ferrocarril.

¡ Ahí llega la pájara pinta, Pegadito al pie del limón, con sus alas jala las ramas y con el pico, corta el limón.

Algo despertó mi inconciente y un recuerdo agónico aprisa trajo la imagen...Y fue el duende que matizado, su rostro tomó el color de mis tristezas.
Mi amado, mi apreciado viajante, el que me observo al nacer, allá en el Castillo eterno. Mi fiel duende Feor de Or.

EL CUERNO DE ORO, DE FEOR DE OR.

Se deslizaba desde la colina del Ancon, junto al Edificio de la Administración, del Canal de Panamá.
Remolinos de polvo se elevan y tocan el péndulo de la vida, es Feor que se escapó desde la ultratumba, engaño al guardián de la salida, y en la distracción trajo el cuerno de monedas de oro.
La palabra mágica, quedó entre las hojas secas,  de los arbustos de mangos, el viento en círculos elevaron hojas y acertijos, y su rostro oscuro imperceptible, chocó con la ventana de la casa, en hora buena chorros de monedas doradas, caian
junto al pie del frutal.
Producían música como encanto, bullicio estridente.

Toma el cuerno, sopla fuerte, se abre como cántaro iluso. Y miles de monedas se esparcen por el sendero.
Piedras y guijarros, diminuto escarabajo, cae dentro del cuerno.
Y hablando a mi oído,  exclamó:
Toma el cuerno,  y pronuncia el acertijo del Guijarro.
Para que yo Feor pueda pasar de un lugar a otro.

Se crea una pausa en el recuerdo, mi memoria está torpe, quien es el que ha hablado por el Guijarro del escarabajo.

Soy Fedor el Príncipe de los sueños.
Continuará...


EL PRÍNCIPE  DE LOS SUEÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora