EL PRÍNCIPE DE LOS SUEÑOS

AMOR POR FEOR

Pasaron los días y las noches, entre juegos bromas. Salidas y entradas a través de los espejos, cada espejo nos llevaba a diferentes lugares.
Se que sentía afecto por Feor, no se le extrañaba, cuando en mi soledad y noches de invierno no estaba.
Empecé a odiarlo por dejarme sólo con mi nana Juana, y es que en el castillo todo era rutina, Guillermo mi primo era mayor que yo, tenia como catorce años, y podría ser rey, ya que le gustaba la cacería y Lancería, era afortunado, el rey Felipe le amaba y le llevaba a los Alpes suizos en vacaciones.
Yo me quedaba con Monseñor y Trevor. Yo me enfadaba con monseñor siempre me jalaba con fuerzas, mis orejas, y me encerraba junto a la chimenea del salón púrpura, pasaban horas Feor me enseñaba rimas y acertijos.

Les diré algunas:

En el bosque del este, entre zarzas y moras, habita el Ogro con las monedas de oro.

Caen del cielo, llorando vuelan, son las aves que Guillermo tira al vuelo.

En Dinamarca quedan los duendes de Or, fue donde Feor dejo su marca.

La choza del granjero es, la casa de la Osa, que junto al pozo posa.

Si esta amaneciendo son casi las tres, el duende no ha vuelto
Lanux se a caído al piso, y yo tengo frío. Afuera escucho los pasos del centinela, es cojo y calvo, tiene los ojo de águila, la boca de sapo.
Hay silencio la neblina del bosque, entra por la ventana, a los lejos se oye una canción, es Feor que ha regresado.

Cantaba, tarareaba: Del valle de Dolí, traje ajonjolí, un aro de oro, para ti.
Príncipe Fedor IV, le traje anís para la nariz.
Una sortija que en la tinaja vi, le traje un traje de seda, del paraje del paje, un dulce de fresa, para el que reza.

Y así me quede dormido...a los lejos su vos se hizo débil, caí en un sueño profundo, el canto del duende me produjo sueño...mucho sueño.
Les contare que los duendes, duermen a los niños, y cuando despiertan se hallan perdidos en lugares extraños, eso me ocurría a mi.

También les comentó, que cuando ellos comen moras se tiran pedos, y le provoca sueño a los infantes, y se pierden en las sendas.

A Feor le desagradaba cuando en noches frías, me orinaba, cuando yo deseaba que se fuera, me orinaba,  él se tocaba las orejas y la nariz desapareciendo.
Han pasado los años llegué a la adolescencia, me estaba convirtiendo en un mancebo, lo raro es que el duende seguía igual. Un poco mas avispado, ya sabia contar y leer las fechas del calendario.

MI AMOR POR FEOR EL DUENDE.
Si, le amaba, le respetaba, sentía  simpatía por él, le extrañaba cada tarde, le esperaba en el pasillo del jardín, le cortaba flores en ramilletes de colores, eran de rosas rojas, de margaritas amarilla y blancas, eran claveles de rosado color labios, un par de girasoles entre geranios y gladiolos morados.
Se que quizá Feor sintiese amor por mi...?
Cada siete días se iba, de pueblo en pueblo, y se robaba alguna joya, un botón dorado, pedrería de colores, frutillas del campo y las fresas del valle.

Le abrazaba besándole la nariz, y chasqueaba mis dedos uno, dos, tres. El se sonrojaba como cara de tomate quedaba, y en repuesta a mi amor, me revelaba los sueños, los secretos de sus parientes, de los magos, Delfos, hadas del jardín del castillo.

Mi padre enfermó un día, y su retrato junto al abuelo, en el pasillo de los recuadros permaneció.

REY FELIPE I REGENTE DE ASTURIAS Y ESPAÑA.

Una noche se produjo un incendió, qué salió del salón rojo, se oyó el grito de dolor de monseñor, y todo el pasillo cogió fuego, Feor me tomo de la mano y juntos partimos del Castillo. Sin rumbo ni dirección.
Feor canto conmigo: Manuelito de la Vega, roque y roche, sandoval y vado van jugando los gallos de vilches y pineda de España.

Soy le decía al caminar con Feor, el Príncipe de los sueños.
Y narraremos estos y muchos más....... Sin fin.