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Cuando Hoseok come algo, se le suelen marcar los hoyuelos.

Y eso era algo que había cautivado a Taehyung desde el primer momento.

Recordaba con exactitud las miles de veces que se quedó embobado viendo al mayor comer, y como los hoyuelos se le marcaban suavemente.

Era una de las razones por la cuál amaba ver a Hoseok comer.

Y ahora lo estaba viendo nuevamente, frente a él.

No como un recuerdo nítido en su mente, sino como parte de la realidad.

Y Taehyung amaba esta realidad.

Hoseok se veía tierno, y eso llamaba por completo la atención del menor.

Taehyung amaba cada cosita de Hoseok, por mínima que fuera.

Como ahora, que se encontraba amando el color negro en el cabello del mayor. Le gustaba como se veía con el cabello rojo, pero no negaría que con el cabello negro se veía más sexy de lo normal.

Hoseok tampoco alejaba su vista de Taehyung.

Observaba detenidamente cada detalle del rostro del menor, cada pequeña célula de piel la analizaba, para llegar a la conclusión que amaba a Taehyung al completo.

Y el cabello largo le quedaba estupendo.

Hoseok ya se imaginaba que en unos meses más el menor podría amarrarse el cabello en una pequeña coleta, y eso le daba ternura.

Todo de Taehyung le provocaba ternura.

Taehyung emanaba ternura ante sus ojos.

Más con esa sudadera con un estampado de un cachorro en el centro.

Sonrió, dándose cuenta de la suerte que tenía.

La suerte de tener a alguien como Taehyung a su lado, a pesar de todas las cosas malas que le hizo.

El corazón de Taehyung era puro, sin malas intenciones.

Y Hoseok estuvo a punto de perderle.

Sabía que había sido un completo idiota en el pasado, pero estaba orgulloso de haber detenido todo y pedir perdón por sus acciones.

Agradecía que Yoongi estuviera lejos, porque el solo hecho de verlo le daba náuseas.

Náuseas al recordar todo el daño que había causado, y todo el rencor que le tenía a Yoongi.

Era algo que no podía evitar sentir, como cuando te golpeas y no puedes evitar sentir el dolor.

Dejó de pensar en el pasado, y se concentró en ver al pequeño que estaba sentado frente a él, con una sonrisa en su rostro.

Taehyung le alegraba el corazón.

Si algo le llegaba a pasar, Hoseok se derrumbaría.

Se haría trizas en el mismo instante en el que escuchara la noticia.

No, no podía ponerse pesimista.

No debía tentar a la suerte.

-¿Que quieres hacer?- Preguntó el menor, con una sonrisa marcada.

Hoseok lo pensó.

-No lo tengo claro, pero lo que tú quieras hacer lo haremos, después de todo tú conoces este lugar mejor que yo.

Taehyung rió.

-Podemos ir a la playa, o a alguna feria artesanal, o al cine, o a comprar ropa, o a jugar vídeo juegos- Taehyung comenzó una lluvia de ideas -O podemos ver una película aquí, jugar algún vídeo juego que tenga Jungkook, o nos sentamos en la terraza y apreciamos el mar todo el día.

ENGAÑO ||HOPEV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora