☆〰 Bangtan Café 〰★ [ BTS ]

Capítulo 8

Como alma que llevaba el diablo y dejando atrás a su jefe en la cafetería colocando lo adquirido anteriormente, Jungkook corrió todo lo que pudo hasta llegar a "La Guarida". Quería saber cómo estaba su hyung después de todo lo que había sufrido, seguramente estaría muy dolido y él, aunque no lo pareciera, estaba preocupado.

Abrió la puerta dejando las bolsas restantes en el recibidor e ingresando en la sala, empezó a ojear cada rincón de la sala, hasta que dio con dos figuras fuera, en el jardín. Se quedo observando la escena, durante el tiempo suficiente para que el dueño de la casa llegase y se posicionara a su lateral, mirando hacia la dirección en la que el castaño mechado no quitaba la vista. Este se cruzo de brazos, negando con la cabeza.

- Parece que no tendré que ir hablar con él. - Comento el pelirrojo viendo como el azabache le revolvía el pelo a JiMin, y al menor le salió una mueca - Vale, igualmente lo haré. Pero después, no quiero molestarles. - Se encogió de hombros y se fue hacia la cocina, seguido de Jungkook, para colocar los alimentos.

Mientras, en el jardín, aquellos dos individuos seguían en su mundo. Ni siquiera se dieron cuenta de cuando entro el maknae y su jefe o como estos después de colocar las cosas, se fueron cada uno por su lado, Kook subió las escaleras y Keith se dirigió al gimnasio con una toalla en el hombro.

El pelirrosa se situó a un lado del azabache después de que este le revolviese el cabello, y apoyo su cabeza en el hombro de este. Se respiraba paz en el ambiente, ambos estaban bastante a gusto el uno con el otro, y eso se notaba.

- Muchas gracias, Min hyung. - Dijo con una sonrisa en el rostro.

El nombrado rasco su nuca - No tienes que dármelas, ya te lo he dicho. Pero prométeme una cosa. - Miro serio al pelirrosa y este le observo atento - Cuando tengas problemas, cuéntalo, no solo a mi, sino también a los demás, sabes que ellos te ayudaran. Podrías habérselo dicho por lo menos a Kim, ¿no crees? El se va a sentir decepcionado y va a pensar que no confías en él. - El más joven asintió triste - Tengo que recordarte que ese chico es todo un dramático profesional.

- Tienes razón. - Se le escapo la risa solo de pensar como se pondría su mayor.

-"¡Soy tu hyung deberías contármelo todo a mí, le daré con una cacerola en la cabeza a quien se acerque a mi pequeño con intenciones de hacerle daño!" - El azabache hizo una mala imitación de SeokJin que no iba mal encaminada.

- Si, suena a algo que el diría. - JiMin tapo su boca mientras reía cada vez más alto.

El azabache sonrió al ver que su menor ya no le recorría lágrimas y que ahora parecía estar bastante mejor que minutos atrás. Este siempre parecía que le daba igual todo, pero JiMin sabía que si algo malo le pasaba alguno de ellos, el estaría dispuesto a protegerlos y cuidarlos. Pero eso es algo que su mayor por algún motivo ocultaba y el no iba a meterse en sus asuntos. Se había creado esa personalidad y el no la iba a cuestionar. Simplemente disfruto de la compañía que YoonGi le había proporcionado tan gentilmente y que muy pocos habían conseguido. Extrañamente, al pelirrosa se le hizo bastante familiar estar en esa situación, un deja vu recorrió su mente, sin visualizar bien la imagen. Tal vez solo era su imaginación, o no.

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Tumbado en su cama, se hallaba el pelivioleta, ojeando sus redes sociales tranquilamente. Unos minutos después se abrió la puerta de su habitación dejando ver la figura del menor de la casa, y el mismo cerró la puerta rápidamente echando el pestillo. En ese momento, a Jungkook se le notaba acelerado, y sus mejillas se tornaban sonrosadas. Taehyung, algo sorprendido, solo lo había visto así un par de veces y fue desde que empezaron a vivir todos en "La Guarida", la verdad es que ellos dos nunca habían vivido juntos y mucho menos con más personas, que antes eran unos completos desconocidos, o eso creía él. Al verlo así el mayor dejo el móvil encima de la mesita de noche y se incorporo quedándose sentado en la orilla de la cama, estaba preocupado por su amigo. El contrarío empezó avanzar hacia él, y este se hizo a un lado para dejarle asiento.