18. La guarida de los recuerdos

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Mientras que John, Paul y Thalia se despedían del Señor Padington, los demás estaban en aquel desván frío, siniestro, tenebroso y oscuro intentando encontrar una salida. Debían darse prisa antes de que los guardias los atraparan. Las consecuencias de aquella persecución podrían ser desastrosas para nuestros personajes.

—¡¡Ah... ah... achuuu!! —Ringo estornudó fuerte.

—Eres muy escandaloso ¿Lo sabías? —Dijo quejándose Fany.

—Soy alérgico al polvo y aquí hay bastantes cuadros como para hacerme estornudar una semana seguida. -snif-snif... ¿Alguien tiene pañuelos?-snif-snif...

—Tendrás que aguantarte. ¡SHHHH! ¿Habéis escuchado eso? Ha sonado como una pequeña risa o quizás un chirrido de un globo con escape de gas. ¿No os habréis echado unas risas? —Dijo George mirando hacia atrás con sarcasmo y risa nerviosa.

—Puede que haya sido un gas que se me ha escapado. Lo siento...

—No eres más escandaloso por que no puedes, Ringo —Dijo George mientras movía sus manos para ventear el aire —No podemos ir a ningún sitio contigo porque siempre nos pasa algo.

—No hablaré más. Os lo juro...😳

—George, no seas duro con él.—Fany alzó la vista de repente a lo lejos y su cara cambió radicalmente.—Mi-Mira allí. ¿V-Ves a... a... esa... mujer... de... bla-blanco?

—¿Dónde? No me asustes Fany. No veo nada.

—Ha desaparecido... Juro por dios que la vi George. ¿Crees que este desván está encantado?

—Nnnoo loo ssseee —Respondió de nuevo el beatle temblando—Pero tenemos que seguir adelante.

Se escucha un ruido

*Hola ¿Podéis ayudarme?

Se escuchó una voz proveniente de sus espaldas

Se dieron la vuelta lentamente y vieron lo que parecía una mujer con pelo largo color oro, de bello rostro y vestida de blanco pero a la vez flotando sin piernas. En cuanto reaccionaron al verla, salieron corriendo despavoridos en la dirección opuesta al ente casi llorando del terror.

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Mientras Thalia, John y Paul...

—Yo había pensado en ir de habitación en habitación para buscarles.

—No seas tonto John. ¿Quieres que vayamos a la boca del lobo?

—¿Se os ocurre algo mejor? —Dijo de nuevo John con sarcasmo.

—¿Por qué no nos disfrazamos de guardia real para que no nos reconozcan? —Sugirió esta vez Thalia.

—¡Mamá, donde quiera que estés, ayúdame!—Dijo John suplicando hacia el cielo.

—Buena idea. Pero como nos pillen, estaremos el doble de tiempo en la cárcel —Dijo Paul a carcajadas.

—Según nos dijo a mi y a mi hermana el señor Padington en la tienda, la habitación de uniformes de soldados estaba cerca de la primera puerta a la derecha más cercana al jardín trasero. Hay que seguir buscando por la primera planta y buscar el jardín.

—Sí. Me gustaría verte vestida de soldado amore.

—Dejad los comentarios amorosos para cuando estéis solos. Ahora tenemos una misión si queremos salir vivos de aquí.

—El jardín está por allí. Seguidme. —Dijo Thalia tomando el mando mientras los dos chicos la seguían por detrás corriendo hacia la salvación.

Seguían corriendo

—Hemos llegado y supongo que esta será la primera puerta. Entremos. —Comentó de nuevo la joven de cabello rubio.

—¡Bingo!

—Disfrazaos rápido...

—Ya he cerrado la puerta por dentro. Coged ropa con cautela y dejad la ropa innecesaria intacta para que no se den cuenta. Daos la vuelta porque no me gustaría que dos hombres me mirasen ahora mismo...

Tras 5 minutos...

—Vamos a buscar a los demá...¿Pero qué es eso? Esperad. ¡Mirad lo que hay ahí! —Dijo sorprendida señalando a una puerta—Ese lazo lo llevaba Fany porque yo se lo recomendé en nuestro catálogo antes de venir.

—Quizá el lazo está bajo la puerta porque ellos han entrado por ésta —Espetó Paul— Entremos, puede que estén dentro.

—Mierda, no se abre. Esperad tengo una idea. Apartaos voy a derribarla.

John cogió carrerilla y la golpeó-Pum Pum- pero seguía sin abrirse

—¡Fany, Fany abrenos, somos nosotros!—Gritó Thalia golpeando la puerta desde fuera con sus dos puños.

—Dilo más bajo. Nos pueden descubrir —Le dijo John sobresaltado.

—¡Sé lo que hago! ¿Ahora mismo ves a alguien cabeza hueca?

—¡Oye! ¡No te pases!

—Yo la derribaré pero antes... —Paul se acercó a Thalia y la besó.

—¡¡Buuaagghh!! ¡Qué asquito! —Dijo John saltando como un cursi de asco.

—Utilizaré todo mi poder. A la de una a la de dos y... —Se acercó corriendo y con su hombro derecho consiguió desencajar la puerta.

—¡Qué fuerte eres! ¡Ese es mi Paul! —Dijo Thalia con admiración.

—No hay tiempo de tonterías vayamos con ellos.

—Eres celoso, John. ¿Verdad? —Respondió Paul con una risa pícara.

—Y tú eres gay.

😒

—Chicos, ¿Nunca vais a parar de discutir y competir entre vosotros dos?

Entraron uno a uno en fila india lo más rápido posible para que no fueran descubiertos. Una vez dentro, John se tropezó con una armadura que había nada más entrar y se hizo daño en la frente, en la espalda, en el brazo derecho y en la pierna izquierda. Tuvieron que curarle las heridas por lo que Paul se quedó con él y Thalia fue a investigar sola aquel lugar extraño.

Había polvo en casi todos los cuadros que había en el suelo, ratas por detrás de unas cajas abandonadas, una suave brisa siniestra y algo goteando por algún lugar de allí. De pronto, el mechero que le prestó Paul se quedó sin llama y ella tuvo que andar a tientas por la oscuridad tropezándose con todo lo que se encontraba en su camino.

¿Por qué me habré separado de ellos?Pensó—¡Socorro! ¡Me he quedado sin luz!

—¡Ahora voy Thalia! Quédate aquí, John. Ahora vuelvo.

—¡¡Nno tte va-vay-vayas!! ¡¡Nno me dejjeees sso-so-lo!!—Dijo con apenas fuerzas—¡No, aún no! ¡Mierda no puedo morir! ¡Debo resistir, debo ser fuerte! —Dijo gritando mientras se arrastraba por el suelo —Me arrepiento de tantas cosas... Por favor dios, si me estás escuchando ayúdame a salir de esta situación y juro que cambiaré por lo que más quieras. No tengo fuerzas para resistir. Fany, donde quieras que estés... siento mucho por no haberme despedido de ti y siento haber metido a mis compañeros en este asqueroso lugar —Dijo esta vez llorando.

De repente, una luz extraña apareció alrededor de John y ésta lo cubrió haciendo que sus heridas desaparecieran y se curaran. Era un milagro. Él miró su brazo, su pierna, se tocó la frente y vio efectivamente que ya no tenía rasguño alguno. Después de ponerse en pié con las fuerzas recuperadas, tomó un mechero que tenía en su bolsillo con confianza y empezó a buscar a los demás.

Galanting: "Una boutique mágica".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora