Capítulo 14: No todos los ángeles tienen alas

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Sepan disculpar la demora, pero como lo prometí, aquí está el cap!

Gracias a MariMalfoy99, CaterinaCullen2000, Iriaarb, Samantahazelfm, AlmaMadizonFlores y CarlaBernengo por comentar la historia, y a todxs los que la votaron o añadieron a sus listas, me alegra mucho saber que alguien la lee :)

Disfruten!

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Capítulo 14: No todos los ángeles tienen alas

 “Muchas veces perderse es la mejor manera de encontrarse a uno mismo.”

 Cuando le di a Edward Masen esa tarjeta con mi número telefónico pensé que, a causa de su orgullo, tardaría más que unas cuantas horas en llamarme para pedir ayuda. Por eso me sorprendí hasta la médula cuando escuché su inconfundible voz del otro lado de la línea, al borde de una depresión nerviosa, confesando todo lo que había pasado. Sinceramente no la estaba esperando.

Corté la llamada y corrí hacia el garaje para sacar mi Mercedes. La casa se encontraba en un silencio profundo ya que todos habían salido a cazar. Yo tenía guardia nocturna en el hospital dentro de una hora, pero llamaría para avisar que estaba enfermo, no sabía cuánto tiempo me tomaría con Edward del modo en el que estaba. Por lo que me había dicho por teléfono, estaba a unas cuadras de la casa de su hermana pero ni él sabía con exactitud dónde. Qué hacía afuera a esta altura de la madrugada, no tengo la menor idea, pero era sin duda algo arriesgado, más en el estado en el que estaba.

Todo lo que me había confesado era por demás perturbador, me sentía abrumado, con mucha ira al haber confirmado mis sospechas sobre el jefe de policía. Aún con mis sospechas –que probaron no ser ninguna sospecha–, nunca me hubiese imaginado que la historia llegara a tal extremo. Lo peor de todo, es que era tan obvio que me reprendía a mí mismo por no haberlo visto antes, cualquiera que prestara el mínimo de atención se hubiera dado cuenta de la situación, y creía que varios habitantes de Forks estaban bien enterados… Pero nadie había hecho absolutamente nada. ¿Acaso era demasiada molestia tomar un bendito teléfono y hacer una denuncia a servicios sociales? Al parecer sí.

El volante del auto crujió, advirtiendo que la presión que le estaba ejerciendo con mis manos le causaría un daño permanente. Respiré profundo, aflojando mis manos engarfiadas entorno al volante, razonando conmigo mismo que el auto no tenía la culpa. Mi calma no duró nada. Apreté mi mandíbula con fuerza y un gruñido sordo se formó en el fondo de mi pecho. Aparentemente mi cuerpo tenía que estar tensionado de alguna manera para lidiar con esta situación. No, eso es mentira me dije, mis manos querían apretarse alrededor de un cuello de sangre caliente; querían apretar y apretar hasta ahogar la vida de esa… persona pensé amargamente, la palabra sonaba mal puesta.

No era un hombre violento, pero casos extremos ameritan soluciones extremas.

Traté con dificultad de calmar mis emociones para lograr un semblante sereno. Quería que Edward se encontrara relajado en mi presencia, si me aparecía en esa plaza con una ira asesina en el rostro no lo ayudaría en nada. Supongo que no había mejor manera de romper el hielo que llegar al lugar en cuestión con la apariencia de un verdadero vampiro, ¿no?

Como todo habitante de pueblo, sabía vagamente dónde vivían casi todos los vecinos, pero no conocía bien este barrio ya que no era uno de los más amigables del pueblo, y nunca me había encontrado con la necesidad de visitarlo. Di unas cuantas vueltas hasta que llegué a hasta una plaza poco iluminada y estacioné el auto enfrente, en una esquina debajo de un poste de luz. Gracias a dios nadie estaba en la calle con este clima, no me agradaría que Forks cotilleara sobre esto.

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