Capítulo trece

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Atravesé las puertas de aquel bar dispuesto a salir de allí junto al chico que me esperaba.

Le busqué con la mirada y al distinguirle me acerqué a la mesa en la que estaba sentado y me puse frente a él.

- Hola, HoSeok. ¿Te he tenido mucho tiempo esperando?

- TaeHyung... - Levantó la mirada para mirarme. - No, acabo de llegar, y... Te ves realmente bien.

Sonreí con egolatría. - Lo sé. Tú también, cielo.

Me senté frente a él sin borrar la ligera sonrisa de mi rostro.

- ¿De qué querías hablar, Tae?

- Verás... Necesitamos hacer un trato.

- ¿Un trato de qué?

- Últimamente estoy... Manteniendo sexo con alguien.

- Eso no me lo esperaba. - Añadió con sarcasmo.

- Vale, pero creo que ese alguien siente algo por mí, y no puedo permitirme eso.

- ¿Por qué no?

- Voy a confesarte algo, solo a ti. - Suspiré. - Estoy dentro de una especie de juego en el que lucho por mi vida. Y no puedo permitirme distracciones. Necesito que esa persona me encuentre teniendo sexo con otro para que me odie.

- ¿En un juego?

- ¿Serías esa persona, HoSeok? Tengo entendido que la persona de la que hablo y tú os odiáis. Necesito eso.

- Espera... ¡¿JungKook?!

- Sí, el mismo.

- Mierda, TaeHyung. ¿Por qué con él? Él siempre lo tiene todo, ¿por qué también a ti? No es justo. Encima él quiere más, siempre quiere más, y tiene de todo. Estoy harto... ¿Por qué?

- ¿Estás celoso? - Dejé escapar una risita y me incliné hacia él. - HoSeok... Vayamos a mi casa... - Habiendo dicho eso, rompí la distancia entre nosotros y uní nuestros labios en un beso.

Nuestros belfos danzaron juntos hasta acabar en una ligera mordida.

- Está bien... - Susurró, y no nos dimos cuenta de que un pequeño chico nos miraba al otro lado del cristal.

Iba a levantarme, cuando vi que desvió la mirada y me cogió de la cara para volver a besarme con más profundidad. En apenas unos segundos sentí su lengua empezar a jugar con la mía.

Es lanzado... Me gusta.

👑

Sin mucha confianza entré en el bar. Lo primero que vi fueron dos chicos comiéndose la boca. Barrí el bar con la mirada hasta conectar mis ojos con los de NamJoon. Mi corazón se saltó un latido al ver su extraña expresión. Es como... si pensase que nunca iba a volver.

Me acerqué a él a paso lento hasta que ambos nos encaramos.

Mantuvimos el silencio, hasta que él lo rompió. - Hola.

- Hola. - Respondí, y todo volvió a quedarse en silencio.

- Tú... ¿Qué estás haciendo ahora?

- Estoy de voluntario en un hospital.

- ¿En cuál?

- ¿Acaso importa?

- Sí, importa.

- ¿Por qué?

- Si me pasa algo, quiero que me internen ahí. Me mejoraré más rápido sin duda al tener un enfermero sexy como tú cuidándome.

Suspiré con cansancio aunque mis mejillas estaban sonrojadas. - ¿No te vale con tu barbie?

- ¿Cómo?

- La tía a la que te follas.

- Jin, no seas así...

- ¡No me digas que no sea así! ¡No voy a olvidarlo, y tampoco voy a olvidar lo que me hiciste!

- ¡Cálmate, por Dios! ¡Pareces una niñita gritona, no aguantas nada!

- ¡T-Tú me...! Me... - Violaste. Esa palabra no podía salir de mis labios.

- ¡Cállate, mierda! ¿Quieres matarme? ¡Bien, hazlo! - Me tendió una navaja de plata.

- ¡Vamos a perder si lo hago!

- ¡Perderé yo, no estamos juntos en esto, entérate!

- Pero...

- ¡Mierda, Satán, mátame!

- Voy a encargarme de que vivas hasta que solo quedemos los dos. Te haré el honor de dejarte quedar segundo.

- Eres un maldito débil.

- Que te den.

- Oh, yo sí que te voy a dar como sigas.

- ¿Más aún? ¿Cuánto más crees que mi cuerpo puede resistir?

- ¡¿Por qué siempre te haces la víctima?! - Me dio un empujón. - ¡Tampoco te he hecho algo tan grave! ¿Por qué no puedes dejar de pensar en ti y pensar de vez en Cuándo en los demás?

- ¡Abusaste de mí!

- ¡Tenía mis necesidades! Además, ¡tú has pasado por encima de todo el cielo y toda la tierra! ¿Vas a reprocharme eso?

- ¡No es lo mismo, yo puedo hacerlo, yo tengo ese poder, tú no! Es la primera vez que me vencen en algo. No puedo dejar que vuelva a pasar. - Me empujó con fuerza contra la barra y sentí la madera chirriar mientras me inclinaba más hacia atrás al sentirme acorralado por su cuerpo.

- Pues quizá vuelva a pasar. ¿Nunca tienes suficiente, Príncipe? - Sentí sus fuertes manos tomar el borde de mi camisa.

- No, por favor...

- Venga, la otra vez solo disfruté yo. Pon de tu parte esta vez... - Se acercó a besar con posesividad mi cuello.

- N-No, no, NamJoon, p-para... Amon detente...

De pronto sentí que alguien me lo quitaba a la fuerza de encima y le lanzaba al suelo. Al abrir los ojos vi que eran los dos chicos de antes. Uno de ellos estaba hablándome, y el otro estaba gritándole algo a NamJoon, pero no conseguía escuchar nada.

- L-Lo siento, ¿qué? - Miré al chico que me estaba hablando, el cual tenía una mueca de preocupación.

- Soy HoSeok... ¿Estás bien?

- Oh, yo... Sí, supongo. Gracias. - Hice una pequeña pausa. - Soy Jin.

- Un placer. - Me estrechó la mano con energía. - Tú... ¿Estás dentro del jue...?

Se interrumpió cuando el otro chico se chocó con él, habiendo sido empujado por NamJoon.

- Mierda, lo siento, HoSeok.

- Tranquilo...

Me acerqué a NamJoon lentamente. - Nam... Por favor, ya basta.

- Están dentro, tenemos que matarles.

- ¿Qué...?

El segundo chico se acercó a NamJoon por detrás y le colocó un cuchillo de plata en el cuello. - Hazle caso, Ángel.

Los 7 príncipes del infierno ▪BTS▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora