Llego a casa cogiendo el movil que encontré casualmete al lado del acelerador mientras trato de bajar del auto. El cómo siento cada paso que doy completamente doloroso, completamente mortal, el sentimiento de como si me desarmara, mi mirada gura tornando mi vista hacia el frente de la casa, a donde mi espalda esta dirigida; logro divisar aún con mis ojos hechos cristal, un cristal roto, una sombra que se acerca a paso medio.
No no no, ahora no. Camino rápidamente hacia la entrada, lo mas que puedo en estos momentos, e intento entrar para mi lamento la puerta tiene bloqueo. Busco la llave bajo el tapete insertando esta, mis manos temblorosa retrasan el proceso y ahora es muy tarde...
La sombra ahora, posada atrás de mí reposa su mano en mi hombro girando mi cuerpo lentamente, con la pantorrilla golpeó su pierna para después empujarlo con las palmas dd las manos hacia atrás.
Y con voz de dolor la sombra habla.- Alice... Demonios.- dice quejandose.
Al voltear noto las facciones del muchacho.
Su rostro es conocido, muy conocido en realidad.- ¿Ian?- aturdida y poco confusa respondo a su llamado.
- ¿Y quien crees que sería? ¿El monstruo del lago Ness?- dice irónico.
- No sé, son las dos de la madrugada ¿Que mierda haces acá? Espera, espera ¿Cómo demonios sabes donde vivo... Ian?- Sigo alegando sin si quiera ayudarle a parar.
- Estaba pasando por acá, salgo a caminar todas las mañanas, vivo a unas cuantas cuadras de aquí, por si no sabías.- me guiña mostrando su perfecta dentadura.- Y no sabía que vivías... acá, simplemente vi que llegaste y me pareció extraño que una niña linda andara sola.- se pone de pie acercándose a mí, notando todos los moretones que tengo en cara, cuello, brazos y piernas.
-¿Que te sucedió Alice?- dice con tono de preocupación tratando de observarme de cerca dando un paso más hacia adenlante mis manos se reposan es su pecho.- Caí.- digo volteando hacia la puerta, abriendola, es la realidad, caí por las escaleras.
-Si claro, "caiste".- hace con los dedos comillas.- No me creeré esa querida. Ahora ¿qué te paso?.- dice mirando serio.
- Es en serio Ian, caí por las escaleras de una casa.- trato de entrar a la casa pero al tratar de moverme, todo se me estremece diciéndome hasta el cabello, a lo cual me agachó de rodillas, mala desicion Alice. Sin haberlo pensado hice esta acción sin meditar que mis rrodillas están completamente golpeadas.- Tu grandisima...- callo y mascullo sentándome en el marco de la puerta.
El chico más seguro por lastima hacia mí lastimado cuerpo y triste situación, coge mi mano para colocarla al rededor de su cuello.
- No hay necesidad. Entraré como pueda.- digo tratando de pararme con un poco de su ayuda.
- Exacto, si es que pudieras.- dice mirando, ahora más cerca que antes tanto que su respiración es muy presencias por mi cuello erizado, así que confirmando y reafirmando, demasiado cerca; para luego reir y que se le resalte los dos hoyuelos en sus mejillas al lado de sus labios rojizos y rellenos.
Dejo que me ayude, pues tiene razón, no puedo si quiera levantarme sola, teniendo en cuenta que un poco de (su) compañía no me haría mal.Entramos a casa y detras de nosotros el peli negro cierra la puerta con un aumento de la sonrisa en su rostro junto con el calor proveniente de mis pómulos.
- Vamos, te subiré a tu habitación.- dice cargando mi cuerpo acunandome.- Así que ¿cuál de todos es, pequeña?- lo miro con el ceño fruncido, pero no puedo contradecir que soy pequeña para mi edad además de a comparación con él la diferencia es mucha.
- Pfff, a la izquierda.- señaló con la boca en la que posa su atención por unos segundos antes de llegar a las dos puertas, mira con confusión.- La del fondo.
Me posa sobre la cama sentándose a mi lado mirando su alrededor.
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Acosador
Teen FictionAlice, una estudiante, una chica ordinaria que tiene sus altibajos, una chica que va a fiestas descontroladas y todo lo que puede vivir un adolescente en esta época. Todo parece ser tan mundano, pero en cierto punto se da cuenta de que alguien sigue...