VII

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El agua tibia llega hasta mi antebrazo poco más arriba de mis pechos, pues estoy acostada en el espaldar de la bañera con la llave abierta mientras mis lágrimas salen, al final Ian me ayudo a entrar a la bañera mas al hacerlo salio y corrió la puerta.
Hace más de media hora estoy aquí sumergida, cerrando y abriendo el grifo para que el agua corra y se detenga.
Traté de quitar el vestido de mi cuerpo, pero me es imposible, el cierre está en la espalda contando que  con el más mínimo movimiento que realizo me deja inmóvil, claramente no le pediré a Ian que me ayude por ninguna razón haría eso, suficientes traumas ya tengo encima.
El agua ahora llega a mis hombros terminando de sobrebordando la tina.
Cierro la llave pero ya el piso de la habitación está mojado.
Realmente no me importa.
Acojo mis piernas en mi pecho rodeandolas con mis brazos para continuar derramando lágrimas pensando constantemente ¿Porqué me ha pasado esto a mi? 

Levantando mi vestido por mis piernas para intentar nuevamente quitarmelo sintiendo unas hendiduras ¿Qué es esto? Llevando mi mirada bajo el agua noto como una costra delgada cubre unos cortes pequeños seguidos que comienzan a sangrar. Salgo de la bañera sentándome al lado de esta, me fijo mas detenidamente y las marcas son unas cinco, en cada pierna.
Son cortadas con la forma de medialuna, al estar tan asustada y con la adrenalina alta no me he dado cuenta que el chico me cortó con sus manos al cogerme la parte superior de las piernas.
Mis ojos no paran de botar lágrimas y yo no puedo detenerlos. Continúo retirando el vestido que ahora está muy pegado a mi piel. Trato de ir lo sacando poco a poco y este va saliendo lentamente, y tan solo tapando mi cara con la tela.

- Necesitas ayuda? - pregunta el pelinegro a lo que no recibe respuesta alguna, el vestido se mete a mi boca al tratar de hablar.- ¿Muñeca?.. Voy a pasar.- dice el chico abriendo la puerta la cual suena y esta se abre.

- ¡¡NO ENTRES!!- trato de decir moviéndome bruscamente haciendo que me lastime y caiga como una patética tortuga sobre su caparazón.- ¡SAL! ¡SAL AHORA!.- mi voz quebradiza mis ojos empapados e impregnados en sangre ¡Mis piernas!
Acurruco mis piernas y volteo mi cuerpo quedando de lado.
Coge mi brazo para ayudarme pero me suelto y caigo en mi brazo haciendo que pegue un quejido.

- Deja que te ayude demonios, eres demasiado obstinada Alice.- diciéndome y con fuerza coge de lo que se supone es mi mano, aunque no se pueda ver por el enredado vestido.

Me siento e inmediatamente acurruco mis piernas nuevamente, el chico tirando del vestido termina por sacarlo y ahora puedo respirar bien.

- En serio eres obstinada.- hace un mal gesto viendo mi cara.
Mis ojos rojos muestran que estaba llorando o que me drogue, pero ha sido lo primero.- ¿Porque llorabas? Pequeña Alice.- Dice sentándose frente a mi.

- Me sorprende que no hagas ningún comentario pervertido.- cambio el tema.

- No trates de cabiar lo que te estoy preguntando ahora debes responder. Y no me contradiga cariño, lo odio.

- Me cayó jabón en los ojos.- miro hacia la ventana.

- No mientas.- réplica en chico ya de mal genio.

- No miento.- respondo.

- Si, lo haces, no me tomes por estupido pequeña Alice. No te conozco bien, pero se que cuando mientes aparta la mirada.- se acerca a mi.

- No, no es cierto.- volteo mi mirada hacia el lavabo a lo que caigo en cuenta.- Mierda.- doy una pataleta contra el suelo.

- Ahora dime...- detiene su interrogatorio cogiendo la piel de mi muslo, o mejor, las heridas de mi muslo.- ¿Que es esto?

Retraigo la pierna sin escapatoria, vuelve a retirarla y atraerla hacia él.

- Suelta.- reclamo.

- Dime.- dice con mucha seriedad.

- No.

- ¿No?

- ¡No!

- Entonces no te soltaré.- se encoge de hombros.

- ¡Me duele Ian!- me quejo pues me arde las heridas.

- ¡Entonces dime!- me callo y me rindo, en algún momento me soltara, pues se cansara.

Veinte minutos,han sido ya veinte minutos y el chico continúa en la misma posición, no se él pero mi trasero casi desnudo está comenzando a doler.

- Suelta.- hago un último intento.

- ¿Me lo contaras?- dice alzando una ceja.
Apartó la mirada y con un leve movimiento, asciento, a lo que abro la boca para hablar pero el sonido del móvil me cayó, justo a tiempo.
Tarto de ponerme en pie para cogerlo más el dolor en mi cuerpo no me lo permite por lo que el chico lo trae.

- Es un tal Peter.- refiere el chico mirando a la pantalla mientras me lo pasa haciendo que abra los ojos un poco sorprendida.

-¿Ahora sí le importó al maldito? Pfff.- digo mofándome antes de contestar la llamada. Coloco el altavoz, pues al tratar de colocar el móvil en mi oído un jalón desde mi cuello hasta mi brazo lo impide.- ¿Qué quieres?.- rodeo los ojos.

- Alice encontré una nota sobre la cama de mi hermana, con una Margarita, tienes que venir ahora mismo... La nota.- antes de que comience a hablar apago el teléfono.

¿Otra maldita nota?
No puede ser.
¿Quién está haciéndo esto?
¿Porqué?
¿Qué quiere?
Millones de preguntas asaltan mi mente mientras el chico me toca el hombro para preguntar.

- ¿Irás así mojada y en esas fachas muñeca?- mira de arriba hacia abajo.
Me trato de cubrir lo más que puedo con el vestido emparamado.

- Ya vete Ian.- refunfuñeo.

- No me iré, además no he acabado contigo tendrás que contarme absolutamente todo hasta... y el porque esa referida "nota" te deja tan pensativa.- me coloca su Hoodie por encima para luego ponerme en pie haciendo que su ropa se moje.

- Haz como quieras ya no te puedo echar a patadas como estoy ahora. Pero no responderé cuando te des cuenta de todo... Si esque sigues vivo para entonces.- digo en un tono serio para lograr que pronto se vaya.
Claramente no morirá...
Su mirada centrada al frente no dice mucho, pero sus labios, sí.

- Si es así, solamente te recomendare una cosa cariño.- me deja sobre la cama para tirarme unas cuantas prendas que hay en el suelo.- No juegues con fuego o saldrás quemada.

¿Que les va pareciendo la historia?Al parecer el acosador le gusta dejar cartas por doquier a nuestra querida Alice, y más que todo margaritas

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¿Que les va pareciendo
la historia?
Al parecer el acosador
le gusta dejar cartas
por doquier a
nuestra querida Alice,
y más que todo margaritas.
Que por si no lo
saben dan el significado
de inocencia y pureza.

A n g e l .

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