Sexto sueño

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Ya hacia dos años de la boda y la feliz pareja había sabido solucionar cada detalle en la nueva casa donde ahora los gemelos compartían sus vidas.

Eliot se encargaba de arreglar a cada uno por las mañanas para que quedaran listos para que Aquetzalli los llevara a la escuela, ya que se le facilitaba mas por el hecho de que entraba temprano a trabajar.

Los gemelos tenían un arduo trabajo en la escuela y desde el primer día en que empezaron a vivir juntos se habían logrado llevar tan bien que no había duda de que eran familia. O al menos eso pensaban todos porque si llegase cualquier persona observadora a conocerlos se daría cuenta que ahí no solo se cocinaba un cariño, si no un profundo amor de pareja.

Gerardo y Gilbert eran mas grandes que las gemelas por dos años, ellos cursaban 6° grado de primaria mientras que Eleonor y Esther cursaban 4" grado, para la facilidad de sus padres los anotaron en la misma escuela. Al tocar la campana del recreo los gemelos siempre se juntaban a degustar de los alimentos que se les habían enviado, compartían anécdotas, risas y tareas de diversas materias. La despedida al terminar el recreo era dura pero poco a poco se habían acostumbrado a ello.

Siempre eran ellos cuatro contra cualquier adversidad así fuera dentro o fuera de la escuela, pero Esther notaba que Gerardo y Eleonor con forme pasaba el tiempo se separaban a platicar ignorándolos, al principio no le disgustaba hasta que noto que empezaba a crecer algo entre ellos. Le dolía pensar en que sus celos de infancia regresaran a estas alturas pero no podía contra ellos y no quería que alejara a su hermana de ella, no lo dejaría ganar.

Mientras que en la cabeza de Esther mecanizaba un plan, Gilbert era al menos quien mas disfrutaba de toda esta nueva historia, de nuevo se sentía en familia y eso valía mas que cualquier cosa.

Las tardes eran pesadas para Eliot ya que era el encargado de ir a recoger a los gemelos justo a las 2:30 pm para dejarlos en casa, darles de comer e irse corriendo a trabajar. 

Aquetzalli terminaba su jornada de trabajo a las 5:00 pm y no aguantaba ni un minuto mas para salir disparada a ver como estaban sus pequeños ángeles, al llegar les ayudaba a terminar sus tareas, alistaba un poco la casa y se disponía a hacer la cena para que al llegar su esposo todo estuviera listo para sentarse en la mesa a disfrutar un merecido rato en familia.

Las noches eran sencillamente alegres donde cada quien sacaba la mejor anécdota de su día para ser contada enfrente de todos, reír y platicar era la mejor combinación con la comida que la familia había encontrado, al terminar todos limpiaban para después ir al merecido descanso.

Aquetzalli acompañaba a los chicos a su habitación, los ayudaba con su pijama para después arroparlos y darles un dulce beso de buenas noches.

Eliot acompañaba a las pequeñas a su habitación, las ayudaba con su pijama y las arropaba en sus respectivas camas les contaba una pequeña historia para después dejarlas descansar.

La noche era solamente para que la pareja descansara de todo y se dieran el respectivo tiempo a solas que cualquier pareja necesitaba.

Todo resulto salir mejor de lo que ninguno de ellos espero, pero todo el destino cambio a base de una decisión tomada por una pareja de gemelos

...

Todo sucedió aquel cumpleaños de las gemelas. 

Un 8 de Abril que parecía lucir como cualquier otro cumpleaños, despertaron las gemelas aun en pijama y un poco adormiladas bajaron las escaleras para encontrar adornado el comedor, en la mesa se divisaba un hermoso pastel hecho por su madre, aun lado estaban dos cajas medianas forradas de distintos colores. La gemelas fueron acercándose a la mesa, estando a dos pasos de ahí los gemelos y sus padres salieron de sus escondites para gritar "Feliz cumpleaños princesas" todos se reunieron en un gran abrazo al terminar Gerardo tomo el regalo de Eleonor y se lo entrego dándole un gran abrazo, Gilbert imitando a su hermano le entrego del mismo modo a Esther aquel obsequio aunque ella no lo acepto de la misma manera en que lo había hecho su hermana.

Al terminar con el pastel dieron paso a abrir cada una su regalo, en cada caja estaba un hermoso álbum de fotos elaborado cada uno por un gemelo, ellas emocionadas dieron las gracias y se subieron a cambiar.

Esther siempre era mas rápida en alistarse, Eleonor siempre se daba su tiempo. Dando asi el espacio necesario para que Gerardo pudiera exponer su propuesta ante sus padres porque esta vez quería hacer algo diferente de el año pasado, pidió por favor que fueran al cine con Esther y Gilbert, la pareja había sospechado al principio de aquella petición pero como todo pequeño prometió que solo quería divertirse con su hermana y con eso gano el permiso de sus padres.

Al marcharse su padres convenciendo a los gemelos que sus hermanos no se sentían del todo bien se alejaron de la casa dejando solos a aquellos dos pequeños. Eleonor justo termino de arreglarse cuando diviso a Gerardo en la puerta de su habitación.

-Hola-susurro.

-Hola.

-Oye ¿Qué dices si vamos a caminar al parque?- el nerviosismo se empezó a notar en su voz.

-¿Los demás se fueron sin nosotros verdad? odio tardarme tanto- dio un pequeño suspiro de resignación.

-No, es que les pedí un tiempo a solas ¿Te molesta?...

-No, no es eso solo que no pensé que fueras a hacerlo, es que no quiero problemas ya lo habíamos platicado Gerardo- ellos acostumbraban a llamarse por su nombre de pila en lugar de decirse hermanos, a menos de que estuvieran sus padres.

-Lo se Eleonor, pero créeme nada malo pasara o ¿A caso no confías en mi?.

-Ya tranquilo creo en ti solo espero no te tires al drama, te conozco demasiado bien-se dedicaron una dulce mirada.

-Entonces vayamos al parque y no se diga mas- salieron de su habitación y caminaron lentamente al parque, mientras mas pasaba el tiempo mas cosas salían con naturalidad. Gerardo perdido en la mirada de Eleonor comenzaba a olvidar el motivo por el que había hecho todo eso. 

Al llegar al parque se sentaron en tronco, miraron alrededor tratando de guardar con detenimiento cada cosa que les daba el paisaje, de pronto él recordó el motivo y sigilosamente tomo la mano de Eleonor, la miro a los ojos y sin dudarlo abrió su corazón.

-Mira...yo se que esto es confuso y hasta para mi lo es, pero he investigado y no cometemos ningun delito no tenemos el mismo lazo de sangre, no cometemos ninguna falta, somos libres de elegir y aun somos lo bastante pequeños como para decidir lo en este preciso momento pero por ahora solo quiero que me prometas que cuando tengamos la edad suficiente me dejaras traerte aquí de nuevo para que me des una respuesta...¿Qué me respondes? - Ella había quedado perpleja, no era ninguna tonta y había comprendido a la perfección todas las palabras solo le tomo unos segundos formular su respuesta.

-Eso lo se... Gerardo es obvio que te diría que si, pero es dulce que hayas investigado, pienso que es algo que nos corresponderá resolver al crecer. Solo quiero crecer, reír y disfrutar cada experiencia a tú lado- Él la tomo por la cintura para regalarle el mas perfecto abrazo que jamas se había visto.

Así fue como pactaron un día regresar para jurarse verdadero amor.








Mentiras AzulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora