Madrid otra vez.

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-Amaia.-Alfred me acariciaba el pelo para despertarme.

-Mmmh..-Me giré para el.

-Amaia, tus padres acaban de llegar del hospital.

-Vale-Me desperece.

-Tenemos que bajar a desayunar.-Me dijo acariciandome un mechón de pelo.

-5 minutos más porfavor-Le insistí.

-Amaia como tus padres suban y os vean así..-Sonrei y él también sonrió.

-¿Asi como?-Le sonrei.

-Pues.. desnudos Amaia.-Me dijo sonriendo.

-Buenos pues me visto si tanto te molesta.-Dije para picarlo. Obviamente sabía que no le molestaba.

-No no, no te vistas, es decir si, pero que a mí no me molesta , más bien me agrada la vista-Dijo, sonreí al verle su cara de vergüenza.

-Que mono-Le dije acariciando su mejilla.

-Chicos-Alguien tocó la puerta-A desayunar venga.-Era mi madre.

-Sisi, mama eeeh...-Mire a Alfred- Ya bajamos.

Nos vestimos entre risas y miradas cómplices recordando lo que pasó ayer. Cuando nos vestimos bajamos los dos a la cocina a desayunar. Mi madre nos dio los buenos dias.

-¿Si?-Coji mi teléfono.

-¿Javiera? Le llamamos desde el hospital.-Le pase el móvil a mi madre.

-Si.. ¡que!... Sisi... ahora mismo estamos allí... si... Vale... muchas gracias por avisar.-Mi madre colgó y bajo la cabeza hacia el suelo.

-¿Que pasa mama?-Pregunte un tanto preocupada.

-Tu padre y yo tenemos que irnos al hospital.... la abuela ha entrado en... parada.-Bajo la cabeza y una lágrima se le escapó.

-¿Que?-Dije asustada. Alfred no tardó un segundo en acercarse a mí y abrazarme.

-Voy a avisar a tu padre, si pasa algo te aviso-Me dio un beso y se fue.

Al cabo del rato mi madre y mi padre. Alfred y yo desayunamos.

-Amaix.. todo va a salir bien ya verás.-Me dijo Alfred rodeándome con sus brazos.

-Pero Alfred..

-Amaia... hazme caso, todo va a salir bien. Te lo prometo.

-Te quiero-Le di un beso.

-Y yo titi-Me dijo.

Alfred y yo nos vestimos, fuimos hacia el hospital, una vez más tendría que ir a aquel hospital y ver de nuevo a mi abuela dormida, inestable, en una camilla y llena de cables que emitían un pitido horroroso. Para mí suerte, Alfred iba conmigo. Era increíble.
Llegamos al hospital, fuimos directos hacia la habitación. En la sala de espera me encontré con mis padres, mi hermana y Víctor. Me parecía raro que estuviesen allí.

-¿Que haceis aquí? ¿Porque no entráis? ¿Que pasa?- Empecé a preguntar nerviosa. Alfred me agarro la manía más fuerte como seña de tranquilidad.

-Amaia tranquila, han entrado porque-Mi hermana tenia los ojos llorosos-Porque la abuela ha entrado en parada hace un rato.

Me senté, sabía que este momento iba par largo. Salió una enfermera, nos dijo que tardarían 1 hora o así en dar los resultados de las pruebas. Me apoye en el hombro de Alfred, el apoyo su cabeza en mi cabeza y yo le cogí la mano. Mi madre y mi padre nos miraban con caras de amor y felicidad. Sabía lo mucho que mis padres querían a Alfred y nunca lo habían dejado de querer después de nuestra ruptura. Mi hermana y Víctor fueron a la cafetería a por un café y a despejarse. Mis padres se sentaron a nuestro lado mirándonos. Alfred me acaricio la mano y yo iba cerrando los ojos poco a poco. Cuando me daba cuenta de que los cerraba los abría, ni quería quedarme dormida allí.

¿Estas brillando solo para mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora