Sorpresa.

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Tocamos la puerta de la habitación del hospital, dentro estaban Aitana, Luis y por supuesto Noah. Se escucho un "pasad" ilusionado de Aitana. Alfred y yo reímos al mirarnos y pasamos a la habitación. Allí nos encontramos con Noah en brazos de Aitana y Luis al lado.

-Hola.-Dije yo sonriendo y llendo hacia la cama donde estaba Aitana con Noah- ¿Y mi ahijada guapa? -Dije acercándo a Noah dejando un besito en su cabecita.

-Hola eh.-Dijo Aitana al ver que le hacía más caso a Noah que a ellos.

-Ay, hola Aiti ¿Que tal?

-Muy bien, pero no nos vayamos del tema.-Dijo Aitana.-¿Sabéis si es niño o niña?

-No lo sabemos.-Dije yo gastando una pequeña broma.

-¿Y para esto tanta intriga en la llamada?-Dijo Aitana desilusionada.

-Si.-Respondió Alfred riendo en silencio.

-Vale no.-Dije yo, no soportaba ver la cara de Aitana de desilusión.

-¿Que es?-Pregunto con la ilusión de antes.

-Niño.-Dijimos Alfred y yo a la vez.

-¿Enserio? Dios que bien ay.-Dijo emocionada abrazándome con cuidado ya que tenia a Noah tomada. -Alfred cuquito ven.-Dijo y Alfred se acercó a abrazarla mientras yo abrazaba a Luis.

Estuvimos un rato más allí con ellos hasta que Alfred me dijo que tenía que prepararme para la sorpresa. Nos despedimos de los tres y salimos del hospital camino a casa. Cuando llegamos intenté sacarle información a Alfred sobre cuál era la sorpresa, pero claro estaba, no me iba a decir nada. No le di más importancia y me cambie de ropa. Quería ir formal pero a la vez sencilla, como yo era. Me puse un vestido negro con unas flores rosas y blancas en el. Baje al salón para cojer mi calzado y vi a Alfred.

-Estas preciosa.-Me dijo dándome un pequeño beso.

-Tu también está muy guapo ruru.-Dije dejando una pequeña y delicada caricia en su cara y yendo hacia el calzado.-Oye Alfred.-Dije haciendo que el se girara y me mirase.-No me apetece llevar tacones así que me voy a poner las bambas ¿Val..

-Te iba a decir que no te pusiese tacones,  así que si, ponte la bambas.-Me interrumpió.

Me puse los deportivos y me mire en el espejo. Me puse de perfil para ver el contorno de mi vientre. Se notaba mi pequeña barriga, la acaricié y mire yo mismo para ella. De pronto siento como Alfred me abraza por detrás, yo sonreí y le mire por el espejo. Le coji sus manos y las puse en mi barriga entrelazadas con las mias. Levante la mirada al espejo y veo como el sonríe igual que yo. No podíamos estar más felices. Me giré para quedar enfrente de él y le doy un beso. El me siguió el beso y nos separamos entrelazando nuestras manos y saliendo de casa rumbo a la sorpresa que me tenía preparada. Durante el trayecto en coche pusimos música que nos gustaba a ambos. Hasta que Alfred paro en una gasolinera a echar gasolina.

-Estamos cerca de la sorpresa así que, toma, ponte esto.-Dice entrando al coche y tendiéndome un pañuelo.

-¿Me vas a tapar los ojos?

-¿Puedo?

-Si.-Respondí para que me vendara los ojos.

Arrancó el coche y seguimos con el camino. Cinco minutos después Alfred paró el coche y note como se bajaba y me abría la puerta a mi. Busque su mano para ayudarme a bajar del coche y no caerme "Menos mal que no he traído tacones, porque estaría ya en el suelo con un tobillo roto", pensé.

-Tranquila, confía en mí.-Me dijo ayudándome a caminar.

-¿Puedo quitarme ya la venda?

-Un poco más y te la quitas.-Andamos unos pasos más adelante, hasta que se paro.-Vale, ya hemos llegado, pero antes de que te quites el pañuelo, quiero que pienses en un momento bonito e inolvidable, no lo digas solo piénsalo.

¿Estas brillando solo para mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora