Buena noticia.

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Mis padres hablaban con Alfred y Angela mientras yo, apoyada en el hombro de Alfred iba adormilada. El me hacía círculos en la mano y me acariciaba con el pulgar los dedos y yo sonreía.
Cuando llegamos a El Prat eran las 20:15. Nos bajamos de la furgoneta y fuimos a la casa de los padres de Alfred. Sus padres nos saludaron y nos prepararon la cena a todos. Durante la cena Alfred y yo decidimos no decir nada todavía. Yo me encontraba un poco mal. Estaba mareada y con angustias.

-Voy un momento al baño.-Dije levantándome de la mesa y yendo hacia el cuarto de baño.

Cuando llegue al lavabo me agache y me recogí el pelo con una coleta que tenía más a mano para que si vomitaba, que no me manchara el pelo. Me apoye en la taza del váter. Cinco minutos más tarde salí un poco menos mareada y con menos angustias.
Me senté en la mesa y Alfred me miro, yo asentí como señal de que estaba todo bien. Alfredo y María Jesús sacaron el postre, tarta de chocolate, no me pude resistir a comerme esa tarta. Cuando terminamos de cenar nos despedimos de mis padres y Ángela ya que se tenían que ir a un hotel porque en la casa de los padres de Alfred no había demasiado sitio. Nos despedimos y quedamos en que mañana vendrían a desayunar. Alfred y yo nos fuimos a su habitación antigua. La verdad es que me encantaba la habitación antigua de Alfred. Tenía varios posters de Michael Jackson, The Beatles, David Bowie y muchos más. Me fijé en su escritorio y vi que tenía un marco con una foto, me acerqué y vi la foto mía y de Alfred en Londres. El se dio cuenta de que la estaba mirando y me abrazó por detrás a lo que yo me giré y le devolví con un suave beso. Me separé de él y fui a ponerme mi pijama.

-Joé, es que no si ducharme ahora o no.-Le dije mirando mi pijama y poniéndolo encima de la casa.

-Dúchate si quieres, te doy una toalla.-Me dijo levantándose de la cama y yendo hacia su armario.

-No no.-Le dije parándolo.-Es que no lo sé porque no quiero molestar, no sé igual es muy tarde y molesto.

-Que vas a molestar Amaia.-Me dijo cogiendo la toalla.-Anda dúchate que además te vendrá bien para relajarte, toma.-Me tendió la toalla y me dio un beso en la frente.

-Vaale.-Dije aceptando.

Me metí en el cuarto de baño de al lado de su habitación y me duché. Él tenía razón, me vino bien para relajarme y olvidarme un poco de todo. El agua salía templada, como me gustaba a mi. Cuando salí cogí mi toalla y me envolví en ella yendo para la habitación donde estaba Alfred y donde había dejado mi pijama. Me puse el pijama y me metí en la cama esperando a Alfred que había ido a hacerse un vaso de leche como todas las noches.

-Ves como no has molestado.-Me dijo entrando en la habitación cerrando la puerta.

-Ya bueno.

-Oye por cierto.-Me dijo captando mi atención.-Cuando en la cena has ido al lavabo, ¿Te encontrabas bien?

-No. Estaba mareada y con nauseas pero bueno poco a poco se me ha pasado y bueno me encuentro mucho mejor, además la ducha me ha venido bien.

-Mañana vamos a ir a dar una vuelta por Barcelona centro, si te encuentras mañana mal dímelo y nos quedamos aquí.-Me dijo mientras se metía en la cama conmigo.

-Vale, tranquilo.

Se acostó y yo me acurruqué en el, mientras me daba caricias por la cara, cosa que antes odiaba pero ahora me encantaba.

-Buenas noches titi.-Dijo dándome un beso y acariciando la barriga.

-Buenas noches ruru.-Le di un beso en los labios.-Ah oye, mañana si se lo decimos ¿vale?

-Vale.

Después de eso, me acosté en su pecho y el me rodeaba con su brazo, me dio un beso en la cabeza y nos dormimos entre mimos y caricias.

¿Estas brillando solo para mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora