No hagas nada.

1.1K 60 4
                                    

Había pasado una noche regular. No encontraba una posición para dormir en la que estuviera cómoda y además no había parado de pensar en todo lo que había ocurrido con María. Nunca se que hacer en estos casos, así que tome la decisión de que me iba a ir unos pocos días a Pamplona a desconectar de todo. No sabía si Alfred iba a venir conmigo ya que él tenía que ir al estudio, componer y grabar maquetas. Además también tenía algún que otro concierto.
Me desperté, coji el móvil y vi que eran las 10 de la mañana. Alfred hoy tenía el día libre. Él estaba en la cocina preparando el desayuno.

-Buenos dias cucu.-Dije entrando en la cocina con una cara de recién levantada.

-Buenos dias titi.-Me acerqué a él para darle un beso. -¿Que plan tienes para hoy?

-Pues..-Dije sentándome.- No se si te parecerá buena idea o no, pero..

-Dime.

-Quiero irme unos días a Pamplona, con mi familia, a desconectar -El hizo un amago para hablar pero yo se lo impedí. -Si, se que tú no podrás porque tienes que componer e ir al estudio y hacer conciertos pero de verdad que lo necesito, alomejor me tengo que ir sola sin ti pero de verdad que no pasa nada.

-Titi, no te vas a ir sin mi, porque yo también necesito desconectar, y vale que tenga que hacer cosas como componer pero eso puede esperar un poco, ahora lo más importante eres tú y si quieres ir a Pamplona nos iremos a Pamplona.

-Pero ¿y los conciertos?-Pregunte un poco confusa.

-El próximo que tengo es en 6 días. Me iré al concierto y volveré a Pamplona contigo.

-No vamos a estar 6 días allí.-Rei.-Vamos a estar 3 o 4.

-Pues perfecto. ¿Hacemos la maleta?-Sonrei y me abalancé sobre el.

-T'estimo molt.-Dije besándolo.

-T'estimo molt Amaix.

Hicimos la maleta, solo llevábamos una ya que iban a ser pocos días y en la casa de mis padres todavía había ropa mia y alguna que otra de Alfred de cuando nos quedamos allí. No avise a mis padres de que íbamos a ir ya que quería que fuese una sorpresa.

-Alfred, voy a ducharme.

-Vale titi, yo me ducho después.

-Dúchate conmigo, porfavor.-Dije acercándome a él y abrazándole.

El no dijo nada, solo me miro, me sonrió y me beso. Nos fuimos al baño y empezamos a desnudarnos, me encantaba ducharme con Alfred, me transmitía paz y tranquilidad. Era un momento íntimo, solo para nosotros dos y yo amaba eso. Me quite la camiseta de pijama y me quede solamente con las braguitas. El hizo lo mismo quedándose solamente con él bóxers. Yo me deshice de mis braguitas y el me imitó. Abrió la ducha y nos metimos los dos bajo el agua caliente. A mi sinceramente me ponía cachonda verlo sin nada, desnudó, y menos mal que teníamos la ducha abierta porque sino se me notaría lo cachonda que estaba. Mire para abajo y pude ver su ereccion. Fui yo quien tomó la iniciativa de rozar con mi mano su miembro. Él soltó un gemido ahogado al notar ese pequeño roce. Le mire, sonreí y me abalancé a sus labios como si fuera lo último que hiciera en esta vida. El no se quedó atrás y profundizó el beso. Me separé para coger aire y vi que su ereccion había aumentado, así que decidí que eso había que remediarlo. Masajee su miembro con mi mano mientras él se retorcía y gemía mi nombre. Se corrió y di mi trabajo por terminado. Fui a coger el gel para enjabonarme pero él me lo impidió.

-No voy a dejarte así ¿sabes? Ahora te toca a ti titi.-Me susurro al oído.

Eso hizo que me pusiera más cachonda y le besara. El bajo su lengua por mis pechos y barriga. Llego a mi zona íntima. Estaba mojada. Me miro esperando a que yo le diese pase directo. Le asentí con la cabeza y le sonreí. Él movió su lengua por mi zona íntima haciendo que yo gimiera su nombre. El aumento la velocidad e introdució sus dedos en mi zona. Yo aumente el ritmo de gemidos. Hasta que me corri y el saco sus dedos de mi vagina. Le di un apasionado beso y nos enjabonamos.
Salimos de la ducha los dos relajados y abrazados en la misma toalla. Me abracé a él como un koala. Nos secamos y nos vestimos. Teníamos que irnos para Pamplona. El cargo la maleta en el coche y nos fuimos dirección Pamplona. Durante el trayecto él iba conduciendo y yo iba en el asiento del copiloto. Nos dábamos la mano y pusimos música. Cuando llegamos a Pamplona le comenté a Alfre que mis padres no sabían que veníamos. Aparcamos el coche en la puerta de mi casa y tocamos el timbre.

¿Estas brillando solo para mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora